Teresa se crió en Aroche, un municipio onubense de poco más de 3.000 habitantes, donde pasó su infancia en contacto con la naturaleza, a la que aprendió a valorar y a amar. Cuando le llegó el momento de decantarse por una carrera, eligió Ciencias Políticas, y se trasladó a Granada para cursarla. Al acabar, viajó por muchos países antes de volver a sus orígenes.
En Aroche, casi sin querer, empezó a hacer jabones naturales en sus ratos libres. "Hacía cositas y las regalaba a la gente a ver qué les parecía", cuenta Teresa Domínguez, quien sin saberlo, estaba dando los primeros pasos de Alambiqe, su propia marca de cosmética natural, que está a punto de cumplir sus primeros diez años de vida.
Hace casi una década que Teresa empezó a regalar jabones, que gustaron, y que le fueron inculcando el gusanillo de adentrarse en el mundo de la cosmética natural, para así "fomentar el consumo consciente en lugares de cercanía", relata.
"Es un mundo apasionante, porque nunca dejas de aprender, y además cuidas a las personas", relata Domínguez, quien a base de mucho estudiar de forma autodidacta y de realizar diversos cursos, ha ido aprendiendo. Ahora su marca lo que menos produce son jabones. La joya de la corona es su champú sólido, pero también tiene mascarilla capilar, crema facial, pasta de dientes, desodorante natural, agua de rosas o protector solar.
"Voy variando según los clientes me van demandando", cuenta Teresa Domínguez, quien lleva casi una década —desde 2013— trabajando para que Alambiqe sea una marca reconocible en la Janda y la Bahía de Cádiz, sobre todo. Sus productos se pueden encontrar en tiendas de Conil, Vejer, Cádiz, Puerto Real, Zahara de los Atunes, Jerez o en el ecomercado de Los Toruños, en El Puerto.
"Me voy expandiendo poco a poco, a pequeña escala, porque no quiero que los productos dejen de ser sostenibles y que mantengan su formato ecológico", relata la emprendedora onubense, conileña de adopción. "Aquí llevo ocho años y me siento parte de este lugar", comenta, al tiempo que recuerda lo duros que fueron los inicios del negocio. "Emprender es bastante sobrecogedor", explica. Ella lo hizo a base de ahorrar e ir invirtiendo sus ganancias. "Voy como una hormiguita ahorrando para asentarme bien y que todo funcione", dice.
Teresa Domínguez, en el laboratorio artesanal instalado en su propia casa, es la encargada de probar fórmula tras fórmula hasta dar con el producto que busca. En un primer momento hasta se planteó tener su propio laboratorio a mayor escala, "pero era inviable", por lo que optó por producir su línea de productos en laboratorios de Jaén y Almería, "para que se mantuviera el sello andaluz, y se hicieran lo más cerca posible", cuenta.
En una cocina, con varias probetas, va añadiendo y quitando ingredientes a sus fórmulas. Los productos que utiliza son todos naturales, desde aceites vegetales —oliva, caléndula, argán...—, hasta minerales —óxido de zinc, de titanio...—, plantas ayuervédicas o activos naturales como el ácido hialurónico. Algo que cuida con mimo, porque "es algo tuyo, que has creado a base de mucho trabajo".
"Cuando haces las cosas con amor y constancia, va dando sus frutos", dice Teresa Domínguez, quien lleva unos años dedicada en cuerpo y alma a Alambiqe, una marca llamada así por el instrumento que usa —en ocasiones— para probar su fórmulas. El alambique, utilizado para la destilación de líquidos, se usaba antiguamente para producir perfumes o medicinas. Una técnica ancestral que ha querido recuperar.
La intención de Teresa, cuando inició su proyecto, no era otra que "introducir a la gente en el mundo de la cosmética natural y que salgan de las toxinas de la cosmética industrial. Hay que fomentar el consumo consciente en sitios más locales". Ella pretende crecer, de forma sostenida, en el entorno que la rodea. "Este mundo tan competitivo siempre te lleva a ir a más, pero a mí eso me desborda mucho".
Alambiqe fomenta "el ecologismo, la sostenibilidad y el consumo responsable". Su impulsora, Teresa Domínguez, apuesta por la atención personalizada. A las tiendas en las que vende sus productos hasta les manda audios para resolver dudas de clientes. "Ese es un punto a favor del proyecto, hay un contacto más directo que con otras marcas", sostiene. Todo ello desde Conil, con productos naturales y aportando su granito de arena para "cuidar al medio que nos rodea".
Comentarios