Dicen que, de media, nos pasamos durmiendo el equivalente a 25 años. Teniendo en cuenta que 25 años son casi un cuarto de nuestra vida, qué menos que darle a nuestra cama y nuestro colchón la importancia que merecen. Y, sin embargo, muchas veces nos conformamos con colchones de poca o nula calidad, que, sin darnos cuenta, van perjudicando nuestro descanso y haciendo mella en nuestra salud.

Invertir en un colchón de calidad es algo fundamental. No sólo nos ayudará a descansar mejor y afrontar nuestros días de manera más positiva, sino que es una manera indirecta de cuidar nuestra salud y nuestra postura.

Y no valen ya las excusas de que un buen colchón es muy caro. Hoy en día, se pueden encontrar colchones baratos y de una excelente calidad, ya que la relación calidad-precio cada vez es más beneficiosa para el consumidor, especialmente para los que optan por comprar colchones online.

Pero, si aún así sigues dudando, deja que te convenzamos contándote todos los beneficios de apostar por colchones de calidad.

Mejor descanso

A todos nos ha tocado alguna vez dormir en un colchón de mala calidad. Sabemos los que es sentir los muelles clavándose en nuestra espalda, o hundirnos como si durmiésemos en una colina, o sentir cómo rechina cada vez que nos movemos lo más mínimo. Por ello, huelga decir que un colchón de mala calidad no le hace ningún favor a nuestro descanso. 

Nos cuesta más conciliar el sueño, y también dormimos peor, no sólo porque la incomodidad puede hacer que nos despertemos, sino porque nuestro cuerpo también siente el malestar aunque sea de forma inconsciente. Además, un mal colchón y la consiguiente dificultad para dormir puede elevar nuestros niveles de estrés, haciendo que la hora del sueño se convierta en una pesadilla.

Mayor durabilidad

La vida útil de un colchón está en una media de diez años. Está cifra puede bajar si se trata de un mal colchón, que puede sorprendernos quedando casi inutilizable a los 7 u 8 años. Sin embargo, para los colchones de buena calidad, puede elevarse incluso a 13 o 14 años. Los materiales utilizados en los buenos colchones tienen mayor resistencia y mantiene mejor su firmeza, haciendo que se conserve como nuevo durante años.

Contra bacterias y ácaros

A lo largo de los años, un mal colchón puede convertirse en el caldo de cultivo ideal para microorganismos como los ácaros, los hongos y las bacterias. Estos microorganismos aparecen de forma natural y son prácticamente imposibles de eliminar de nuestro colchón. 

El exceso de contacto con ácaros, hongos y bacterias puede ser muy nocivo para la salud y llegar a crearnos alergias respiratorias. La mejor forma de evitar estos problemas es la prevención. Por eso, las altas calidades de los materiales empleados en los colchones de gama alta facilitan la transpiración y evitan la aparición de estos dañinos microorganismos.

Garantía de salud

El beneficio más destacable de dormir en un buen colchón es la inversión en nuestra salud. Es evidente que nuestro sueño diario es muy importante para tener una vida saludable. Un descanso diario en buenas condiciones tiene un impacto directo en, por ejemplo, nuestra salud mental, ya que el sueño es un importante regulador emocional. 

Pero un buen colchón puede ser también una garantía de prevención de problemas óseos y musculares. Las malas posturas que se adoptan al dormir en un mal colchón pueden ocasionar contracturas y pinzamientos musculares, e incluso desviaciones de la columna vertebral. 

Además, el buen descanso también es beneficioso para el sistema inmunológico, ya que dormir bien fortalece nuestras defensas y aumenta la resistencia del cuerpo a las infecciones y enfermedades comunes.

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