No es casualidad (o sí) que una casa palacio de cargadores de Indias, donde los comerciantes que viajaban a las Américas ejercían su actividad, sostenga sus contrafuertes con la finca de Destilerías Pico, ubicada en la calle Cielos en El Puerto. Mientras esta, que conserva tras siglos su torre vigía, está semiabandonada, la destilería que fundó Manuel Pico en 1824, sigue intacta y a pleno rendimiento. ¿El responsable de tal hazaña? Serafín Merello, quien en 1952 compra la empresa a un grupo de inversores, junto con sus tres hermanos. Tras dos generaciones de familiares Pico al frente de la destilería más importante de El Puerto, esta pasa a manos de la familia jerezana Merello.
Serafín, nada más terminar la carrera de profesor mercantil —lo que hoy se conoce como economista— en Madrid, entró a trabajar en el negocio en los años 40 del siglo pasado, al ser el cuñado del conocido empresario Fernando Terry del Cuvillo, de Bodegas Terry. Vinculado desde los veinte años a la destilería, tomó la decisión de comprar la empresa junto a sus hermanos para, de este modo, continuar con una tradición bicentenaria.
¿Por qué dio el paso? Su hijo y actual gerente de Destilerías Pico, Pablo Merello, explica que "él tenía la obsesión de conservar esta empresa". "No quería que descuartizaran, que desmantelaran, la destilería. Y él compraba la empresa si luego tenía una continuidad, claro, porque si tú lo cierras, esto se va cayendo por días… Y te da pena tirar por tierra 200 años. En una marca, la antigüedad es importante, y para nosotros es un sello de calidad", añade.
Si bien en 1952 la destilería ya era propiedad de la familia Merello, es en 1994 cuando Serafín acorta el círculo familiar al comprar el 100% de la empresa; justo un año antes de su fallecimiento. "Antes de irse, él quería dejar bien cerrado este capítulo", incide Pablo Merello, quien toma las riendas del fuerte en 1995. "El único que tenía posibilidad de seguir con este sector era yo". Sus estudios, una licenciatura en Derecho y un master en Administración de Empresa, le ayudaron a la hora de navegar el barco, pero su implicación en la destilería desde que era un crío, fue fundamental. "Siempre he venido de pequeño a trabajar aquí, me ponía a repartir en Navidad... Lo he mamado, mientras que mis primos han estado algo más desvinculados".
Cuando Pablo Merello comenzó a dirigir la empresa familiar, se encontró con una destilería que "estaba muy dormida y prácticamente con unas instalaciones muy obsoletas". "Pero sí partíamos de una historia, de una cosa única", enlaza. En la provincia de Cádiz solo hay dos destilerías, Pico y Rives, ambas emplazadas en El Puerto. Sin embargo, que esté libre de químicos y que lleve a cabo el proceso tradicional de destilería, solo existe una en España: Destilerías Pico. "Esto es una destilería natural, artesana, con alambiques de diferentes tamaños... Esas máquinas tienen más de 100 años, pero no quisimos cambiarlas porque es nuestro punto diferenciador. No puedo competir en volumen y en costes, pero sí en calidad y en valor añadido", destaca el actual gerente.
A día de hoy, Pico destila para muchísimas otras empresas del país, como Botanic, la ginebra de William&Humbert; las bebidas premium Indi Essence; y la ginebra y vodka Wint&Lila, entre otras. Pero desde sus inicios, la joya de la corona es Cacao Pico, uno de los licores más famosos de todo el territorio español, que igual se bebe en una copa con hielo, que se saborea en repostería elaborada por el chef malagueño Dani García o del jerezano-portuense Ángel León, con dos y tres estrellas Michelín, respectivamente. "En España somos los únicos que hacemos un licor de cacao; de café sí hay, pero de cacao no. ¿Natural como lo hacemos nosotros? Ninguno", aclara Merello. La selección del cacao también es clave para que luego el licor tenga un aroma potente al fruto, por ello trabajan con cacao criollo de Ecuador, Venezuela y Ghana.
"Después de todo lo que ha luchado mi padre (y yo) por la empresa, no me gustaría cerrarla"
Según cuenta Pablo Merello, en El Puerto llegaron a coexistir unas seis marcas de licores de cacao: Cacao Varela, Cacao Galloso, Cacao Periquito, Cacao Paco… "Esas son las que recuerdo. Pero todas vinieron después de Cacao Pico e intentaron ser una copia, por ello nosotros fuimos los líderes y los únicos que sobrevivimos". Tras llevar casi 25 años al frente del negocio, su intención es continuar con su conservación y expandir aún más la empresa. La destilería portuense vende su licor más famoso, fundamentalmente, en la provincia de Cádiz, pero también por toda la geografía española y más allá de sus fronteras: en Bélgica, Italia, Alemania, Portugal, Suiza... "Mis hijos ahora mismo son jóvenes, pero me gustaría que siguieran con esto, que siga viva la empresa. Después de todo lo que ha luchado mi padre (y yo), no me gustaría cerrarla", concluye.