Entrar en un local y que no quede nada en el mostrador se puede considerar una buena noticia. Al menos para el dueño del negocio. En la cafetería La Fábrica, situada en San Fernando, entra un chaval a mediodía. Pregunta si ha quedado algo. Y la respuesta que recibe es que no. Tendrá que buscar el pan en otra parte, aunque lo que encontrará será muy diferente a lo que hay aquí.
El responsable de este lugar es Jesús Santos, un joven de 32 años natural de El Cuervo que ha decidido llevar lo más carácterístico de su pueblo a toda la Bahía de Cádiz. Ahora, el pan de este pueblo se encuentra en La Isla, pero durante ocho años estuvo en pleno centro de la capital. El precio del alquiler y las diferentes características de ambas ciudades obligaron al cambio.
"Aquí el alquiler es mucho más rentable, pero también buscábamos un negocio que fuera rentable todo el año. En Cádiz es mucho más estacional", comenta a lavozdelsur.es desde el local que abrió en diciembre en plena calle San Rafael, una de las más transitadas diariamente en La Isla.
"Buscamos el cliente habitual de todos los días, tanto la gente que trabaja por aquí alrededor como la gente que viene a comprar en el comercio local". Y es que San Fernando cumplía todas las características. Una ciudad mediana y con buenas conexiones con el resto de la provincia.
En cualquier caso, está claro que el producto que se puede encontrar es único en el entorno. El pan de El Cuervo sobresale en el escaparate. En este pueblo que hace frontera entre las provincias de Cádiz y Sevilla, Jesus señala que todo lo relacionado con el pan es famoso. Hasta el punto de que se celebra una feria anualmente enfocada a este producto. Un pan llamado "de carretera" o "de campo" que se compraba "para ir a la playa".
Y es que este pan no es como el que se compra en cualquier supermercado. "Es un pan de masa madre horneado durante más de 24 horas. Un pan de pueblo con harina buena de pueblo", explica este joven cuerveño. El pan industrial se cuece durante menos tiempo, con una fermentación más corta. "No termina de hacerse", dice Jesús.
Aquí todo es distinto. "En nuestro pan la harina le da una fuerza especial y le mete a la masa una fermentación completamente diferente a la masa industrial. Además tiene mucho mimo y se hace en hornos de piedra, que cambia mucho el sabor de los hornos industriales". La calidad se nota en la duración. A diferencia de los panes que se ponen duros de un día para otro, este dura. En el caso de la rebanada puede estar hasta cuatro días a temperatura ambiente.
El producto estrella es la rebanada de campo, un pan de un kilo prácticamente. "Es el que damos a probar al principio a la gente para que sepa qué tipo de pan come y qué tipo de miga tiene". Cuando el cliente se introduce en el mundo, comienza a probar otras opciones que también se encuentran aquí como el mollete de maíz o una baguetina hecha con cereales. El encargado de ir y venir a diario desde El Cuervo cargado de estos productos no es otro que su padre, que observa allí sentado como transcurre la mañana.
Aunque tradicionalmente la calle San Rafael ha sido de comercios, lo cierto es que en los últimos años han aumentado el número de cafeterías. De hecho, antes que 'La Fábrica' el local lo ocupaba una franquicia, pero con el mismo fin. Jesús cree que es positivo, "si hay muchas cafeterías al final todo el mundo va a esa zona porque sabe que si no tiene sitio libre en una, va a tenerlo en otra".
Este joven de El Cuervo, tras dos meses abierto, cree que ha acertado con la decisión de trasladarse y elegir justamente esta zona. Una vez asentado, espera poder desarrollar con más calma una gran variedad de dulces que complementen a los panes que se llevan, de momento, el protagonismo.
Todo ello respetando la calidad del producto, según explica el propio Jesús, pese a que esto suponga que los precios tengan que subir. "La mayoría de las personas valora la calidad del producto", cuenta sobre la novedad del establecimiento. "Explicando poco a poco y contándole a la clientela cómo se mueven los precios día a día, la gente se conciencia y valora la calidad", sentencia. Por ahora, la mayoría repite.
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