“Un complejo de ocio turístico-cultural único en el mundo”. Así presentaba hace diez años la cabeza visible de grupo Romero Caballero, Francisco Romero Caballero, la que iba a ser la guinda del conglomerado empresarial que había levantado junto a su hermano Manuel, el hotel rural Cortijo de Ducha. Una imponente y luminosa villa a siete kilómetros del casco urbano de Jerez y emplazada frente al aeropuerto. Levantado al calor de los fogones de la escuela de hostelería y siempre espoleado con ayudas y subvenciones públicas —solo para el proyecto formativo llegaron a tener concedidas ayudas de la Junta de Andalucía por más de 425.000 euros—, Fyser XXI (la sociedad que lo mismo abría una tienda gourmet que una editorial o un estudio de grabación) resistió la gran crisis de 2008, pero lógicamente no todos sus proyectos.
Uno de los sacrificados fue precisamente el más ambicioso. El grupo había alcanzado tal magnitud, con unos 200 empleados en aquella época, que la inversión rondó los 12 millones de euros (con previsión de 5 millones más en una segunda fase para levantar un gran parque infantil y un rocódromo). Hasta inversión en pistas de pádel llegó a tener el ambicioso complejo turístico, así como una plantación de viñedos de uva petit verdot de la que saldrían los primeros tintos del grupo. Una apuesta, desde luego, por todo lo alto.
“Nuestro cortijo tiene que ser elemento cultural, y no sólo por la música sino también por las artes escénicas o la gastronomía así como otros elementos culturales endógenos como, por ejemplo, los concursos de galgos que siempre se han celebrado en Ducha y que nosotros queremos potenciar”, decía Romero Caballero en una entrevista en La Voz Digital. Sus buenas intenciones se las llevó la crisis. Hoy el Cortijo de Ducha se vende en Altamira, la filial de activos inmobiliarios tóxicos del Banco Santander.
Las gangas que dejó la gran crisis: el Palmera Plaza, a precio de saldo
Seis años después de echar el cierre, el antiguo Hotel Palmera Plaza, un espectacular cinco estrellas con centro de convenciones que fue en su día uno de los hoteles más lujosos del germinal boom turístico de la ciudad, está a la venta. Después de caer en desgracia y ser objeto durante años de saqueo y todo tipo de pillajes, incendios incluidos, la propiedad salió a la venta por un precio de 1,68 millones de euros, "directo de la propiedad y sin comisiones inmobiliarias". Un precio irrisorio para un complejo de estas características y este potencial.
Sin impuestos, y aunque pudiera pensarse en una cifra excesiva, la propiedad es una ganga si se recuerda lo que costó levantarla: el antiguo hotel de cuatro estrellas se vende por 3.236.000 millones de euros, alrededor de un 70% menos de la inversión que se desembolsó hace solo una década.
Con 6.000 metros cuadrados, la descripción de la oferta habla de un “complejo hotelero, anteriormente Hotel Cortijo de Ducha, tuvo categoría de cuatro estrellas. Se sitúa a diez minutos del centro de Jerez y a 3 kilómetros de su aeropuerto. Consta de 34 habitaciones con terraza exterior y baño completo. En zonas comunes cuenta con espacios para cafetería y restaurante, con capacidad para 150 comensales. Espacios para servicio de catering y de eventos, amplios espacios exteriores, patios y salones con capacidad para 600 personas. Recepción, piscina y espacio para pistas deportivas”.
El sueño más ambicioso de los Romero Caballero, que llegaron programar con éxito algún que otro mini festival de música en este entorno privilegiado, era llenar el complejo con hasta 25.000 personas en sus días grandes. Un ambicioso sueño de la edad dorada del pelotazo que hoy es la referencia 00224208 en la web de Altamira. Una propiedad en venta a la espera de mejor vida.