Aunque su tenencia y uso es cada vez más común hay personas que todavía no tienen una noción básica de cómo funcionan las criptomonedas, cuáles son las más populares o cómo pueden intentar sacarles provecho más allá de la cripto minería, una actividad que requiere un gran desembolso y gasto de energía.
Lo primero que hay que conocer es que son activos totalmente digitales -las monedas físicas que han podido ver de bitcoin, ethereum… no son más que curiosidades para coleccionistas, no la criptomoneda propiamente dicha- y su almacenamiento es online, en los servidores de una Exchange por ejemplo, o en las llamadas carteras frías, que las guardan offline, a salvo de hackers. Las criptomonedas como bitcoin se consiguen o bien minando bloques virtuales resolviendo operaciones que como ya hemos dicho, a día de hoy requieren una considerable inversión en tarjetas gráficas y gasto energético, o bien comprándolas o aceptándolas como medio de pago en nuestro negocio.
Las tres reinas del criptomercado
Aunque decidir cuáles son las tres criptomonedas más importantes del mercado puede crear controversia, no cabe duda de que bitcoin es la más importante de todas las criptomonedas, fue la primera en nacer y es la más valiosa -tanto a nivel individual como a nivel de capitalización global, acaparando casi doscientos mil millones de dólares- y además relativamente escasa, ya que jamás existirán de ella más de veintiún millones de unidades.
Es difícil así mismo discutirle a ethereum su papel como segunda criptomoneda más importante, su capitalización global a día de hoy es de menos de una cuarta parte de la de bitcoin, y en el momento de escribir estas líneas vale unos 323 euros.
Por último, la tercera posición la ocupa tether, que cuenta con una capitalización ligeramente mayor a la de XRP, pero en este caso se trata de una stablecoin, vinculada al dólar en su valor, y por lo tanto una unidad de tether siempre valdrá un dólar, cuando la divisa norteamericana suba tether subirá, y cuando el dólar baje, tether perderá valor y eso puede restarle atractivo como activo para especular.
Trading online de criptomonedas
Tan solo siete años después de haber nacido bitcoin saltó a la cabecera de todos los medios económicos del planeta, un activo que valía pocos céntimos en sus primeros momentos cotizaba en diciembre del 2017 a miles de dólares, se crearon algunas fortunas y otros se tiraban de los pelos por no haber comprado/minado en su momento. Algunos otros inversores perdieron dinero al entrar demasiado tarde en un mercado que ya se estaba corrigiendo a la baja y haberlo hecho mediante crédito.
Si se desea sin embargo invertir en cualquiera de los distintos tipos de criptomonedas que existen –compraventa aparte- es posible realizar trading online de criptomonedas mediante CFDs, los denominados contratos por diferencia.
En el caso del trading de criptomonedas con contratos por diferencia, donde se trata de prever la tendencia del mercado y abrir las operaciones en consecuencia hay que tener dos cosas muy claras; las órdenes en trading se llaman de compra” o “de venta”, pero no es para comprar los activos, es decir, al finalizar sus operaciones el trader tendrá beneficios o pérdidas pero no criptomonedas, y por lo tanto no deberá preocuparse de su custodia. Sin embargo es necesario señalar que los CFDs son productos complejos donde las operaciones están apalancadas y esto aumenta la exposición del trader a ganancias y pérdidas, lo que puede resultar en una mayor rentabilidad o en elevadas pérdidas, en una sesión de trading pueden sucederse bruscos movimientos de precios que cierren las posiciones del trader a veces a favor y a veces en contra –por condiciones del mercado como la actual o por la volatilidad intrínseca del activo que se opere, que es alta en el caso de las criptomonedas- y los efectos en el capital del inversor de cada movimiento de precio, aunque fuera pequeño, se ven multiplicados por el nivel de apalancamiento.
Por todo ello, aunque en el trading con CFDs de criptomonedas el capital necesario para empezar a operar no se asemeja ni de lejos al de la minería de criptomonedas, esta forma de operar implica unos riesgos financieros que deben conocerse muy bien.