Ganarse la vida para no estar en los datos de desempleo del SEPE. La pandemia y su correspondiente crisis económica están al acecho y, aunque la provincia de Cádiz registraba cuatros meses de bajada del paro, los últimos datos ponen fin a la buena racha. En agosto se han contabilizado 137.643 personas desempleadas, 2.148 más que el pasado mes. Al menos, la subida sigue siendo inferior a la del año anterior, con casi 3.000 parados más.
Algunos respiran tranquilos y, aunque alguna vez sufrieron el desempleo en sus carnes, supieron apañárselas para salir adelante. Es el caso de Javier Guerrero Fernández, jerezano de 51 años nacido en el barrio de San Miguel. Vivía en Castellón, Valencia, donde trabajaba en una fábrica de cerámica hasta que perdió su puesto. “Vi un anuncio en el que necesitaban personal para una tienda, era una tienda erótica. Hice la entrevista, les gustó y empecé. Era una sustitución, pero al final estuve años”, cuenta desde un pequeño local de la calle Sol.
"Hicimos un programa de radio erótico"
Javier consiguió un puesto en una de las mayores empresas del sector del sex shop en Castellón. Con el tiempo, conoció a la que hoy es su mujer, Cecilia Méndez, —venezolana residente en Bilbao que apareció en Segovia un domingo que él también pasaba por allí— y, cuando salió una vacante, se la presentó a su jefa, que aceptó su incorporación. “Ella en una tienda y yo en otra. Incluso llegamos a hacer un programa de radio erótico, entrevistamos a Nacho Vidal. Estuvimos allí bastante tiempo hasta que llegó la última crisis”, comenta.
Tocaba reinventarse de nuevo y decidieron regresar a Jerez donde, desde 2020, regentan Tu punto hot, el sex shop del barrio donde nació Lola Flores. Ese negocio que, con esfuerzo, les mantiene a salvo de caer en las cifras de desempleados registrados. Este viernes, Andalucía experimenta su mayor incremento de paro durante agosto —9.955 personas más.
“La primera idea fue montar una papelería pero vimos que era complicado y acabamos en algo que ya conocíamos”, explica el jerezano que acumula una década entre consoladores, dildos y huevos masturbadores. Como tenían más información sobre productos y proveedores, se lanzaron primero con la venta online y, posteriormente con la tienda física porque “somos más del cara a cada y la gente quiere ver y hablar”.
La pareja eligió para instalarse una calle emblemática de Jerez. A unos metros se divisa la casa donde creció La faraona y, varios pasos más se sitúa la estatua de La Paquera, que se ve desde la puerta del sex shop. “Si Lola Flores viviera, sería clienta. No me extrañaría, ella era muy abierta en su época”, dice frente a una chapa con la imagen de la artista besando a Rocío Jurado.
El flamenco se suma al catolicismo. En la esquina se ubica la capilla de la Yedra, esa en la que tantas veces se ha mecido a La Esperanza y un poco más allá, el Seminario diocesano. En las calles de San Miguel se respira tradición y, cada vez más, apertura de mentes.
“Aunque no sea una ubicación muy lógica para la tienda y el barrio tenga un vecindario con una edad elevada, ha caído bien”, comenta. Ellos buscaban abrir cerca del centro y aunque comenzaron con discreción, su llegada generó cierta expectación. Según explica Javier a lavozdelsur.es, “la gente estaba confundida. Lo primero que ves es la cara de Marilyn Monroe y muchops creían que esto era una peluquería. Poco a poco la han ido conociendo y asimilando”.
El jerezano repasa la historia de su local rodeado de un sinfín de artilugios que, por mucho que te quedes embobada mirándolos, no sabes para qué sirven hasta que no preguntas al experto. Clonadores de pene y vaginas, un perfume de Nacho Vidal con el molde de su atributo, consoladores de cristal que se pueden lavar en el lavavajillas y, los que no podían faltar, los estimuladores de clítoris, el famoso Satisfyer pero también de otras marcas, y para hombres.
“En navidades fue un boom. Yo creo que poca gente queda sin tenerlo”, expresa mientras se detiene en algunos productos de las estanterías. Hay lubricantes “curiosos” con sabor a cerveza, a gin tonic, a whisky con cola o a sangría y también líquidos vibradores con aceite de cannabis. “No lleva el reactivo pero tiene un aroma especial”, señala.
El dedo de Javier apunta a una vitrina con lo último en la línea de cosmética. “Es de una casa española y lo interesante es que todos llevan feromonas femeninas y están hechos con productos naturales y ecológicos”, explica.
También hay vibradores que dan descargas eléctricas, con efectos calor, y huevos control remoto que se pueden usar entre dos personas que están en distintas ciudades. “Gustan mucho, es un juego de parejas que se puede usar en la calle o en una comida familiar aburrida. Tiene calor y funciona con la voz”, ríe.
Masajeadores de próstata de electroestimulación de metal pesado, pluges anales o anillos doble delfín con vibración, pero también libros. Esta tienda es una de las pocas de Andalucía que cuenta con una sección de literatura erótica y libros de ayuda, e incluso organizó una feria del libro erótico con autores. Un mundo para el placer que atrae cada vez a más personas independientemente de su edad.
Javier da fe de que una vez “vino una madre con su hija para llevarse algo las dos” y que por su tienda pasan desde jóvenes con 18 años recién cumplidos hasta ancianos de 80 años. La mitad de su clientela procede de Jerez y, la otra mitad, de otras ciudades. Además, en verano se acercan muchos turistas ingleses o alemanes que pasan por esta calle de interés.
“Fuera de la provincia se toma con más naturalidad. En Castellón los sex shop tienen escaparates grandes. En esta zona de Jerez la gente tiene mucho la picha y el chocho en la boca, pero hablar de ellos, cuesta”, reflexiona con un estimulador en la mano.
Dispone de servicio a domicilio en Jerez, “hay gente que todavía tiene reparo en venir” y para facilitar la compra siendo consciente de que aparcar en el casco antiguo es complicado. A su vez, Javier y Cecilia realizan charlas de tuppersex públicas y privadas con monólogos creados por ella y publican artículos y relatos en un blog.