El sector agrícola es fundamental para mantener a toda la sociedad. Para ello, es necesario agilizar los procesos y optimizar el tiempo de producción. Es aquí donde entra la mecanización del sector agrícola. Es fundamental que los productores cuenten con máquinas modernas para seguir siendo competitivos. Sin embargo, no todos los agricultores tienen medios para adquirir sembradoras y cosechadoras. Por eso, hoy en día es común que los empresarios soliciten renting o leasing de maquinaria agrícola como una alternativa a la compra. Tanto el renting como el leasing son modalidades de financiación de activos. Permiten el arrendamiento de maquinarias agrícolas a cambio del abono de una cuota mensual. La principal diferencia entre ellos es que el renting no ofrece la posibilidad de compra final, mientras que el leasing sí. Además, en el leasing, es el usuario el que tendrá que hacer frente a costes de avería, mantenimiento y seguro, mientras que en el renting esos gastos son responsabilidad de la empresa que concede el arrendamiento.
Ventajas del renting y leasing de maquinaria agrícola
El precio de las máquinas necesarias para el sector agrícola es muy elevado. No todos los agricultores pueden hacer frente a un gasto elevado para adquirirlas. Aquí es donde entran en leasing y el renting. Estas dos modalidades de financiación ofrecen una solución a la falta de liquidez inmediata de los empresarios. Ambas dan la oportunidad de arrendar todo tipo de maquinaria agrícola, como cosechadoras, sembradoras, tractores, trilladoras, segadoras y empacadoras, entre otras opciones.
La principal ventaja tanto del leasing como del renting es que, a través de ellos, los individuos pueden tener acceso a maquinarias para trabajar la tierra sin tener que comprarlas. El usuario paga una cuota mensual para tener el derecho de usar dicha maquinaria. De esa forma, los agricultores no tienen que asumir deudas ni hacer préstamos para poder adquirir bienes necesarios para optimizar el trabajo en sus campos.
Otra ventaja del leasing y del renting frente a la compra de máquinas agrícolas es el combate a la obsolescencia. Para optimizar la siembra, cosecha y recolección, es necesario apostar por tecnología avanzada. Pero, como el precio de la maquinaria es alto, los productores no pueden renovar sus activos con frecuencia. El leasing y el renting ofrecen la posibilidad de tener siempre maquinaria moderna, puesto que, al acabar un contrato, se puede solicitar uno nuevo para una máquina diferente.
Por último, además de este beneficio financiero evidente, estas dos modalidades también ofrecen ventajas fiscales. En el leasing, el IVA se financia con la maquinaria. El usuario paga una pequeña cantidad del impuesto junto con cada mensualidad. De esa forma, no tiene que preocuparse por abonar todo el IVA al finalizar el contrato. Por otra parte, el renting ofrece la ventaja de poder deducirse fiscalmente. Es una operación que tiene lugar fuerte de balance. Como no consta como deuda ni en el Cirbe del Banco de España, el productor que solicite un renting, podrá pedir financiación a través de entidades bancarias, y no tendrá problemas para conseguirla.
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