Tierra. Su presencia late hasta en el símbolo alquímico de la camiseta que Laura Pintado se ha puesto este viernes con ilusión. Acaba de llegar a su estudio, ubicado en El Puerto, la primera prenda de Villana, una marca de ropa sostenible que busca recursos del mar —y de otros ámbitos— para su fabricación.
Podría ser la mala de la película, pero no lo es. Esta zamorana de 36 años, natural de Benavente, ha elegido este nombre para dar vida a un proyecto que busca enganchar a las amantes del skate, el surf y la naturaleza, no por su significado más común. “Villana es una persona que está atada a la tierra”, dice señalando el eslogan —Tied to the land— también plasmado en el primer objeto palpable que lanza.
“Hice un máster en investigación de arte y vi que la simbología que utilizaban las sociedades primitivas siempre estaba unida a la tierra. La marca es más profunda que el ser solo una villana”, comenta esta emprendedora que ha vinculado este elemento a su iniciativa.
En estas siete letras engloba la idea que quiso hacer realidad en febrero de este año, cuando tuvo una oportunidad en la provincia gaditana, donde se instaló hace un año y medio por amor. Villana Project forma parte de la familia de Incubazul, la incubadora en Cádiz que impulsa a emprendedores con proyectos asociados a la sostenibilidad y a la economía azul.
La vocación de Laura es poder potenciar los recursos del mar y utilizarlos para crear prendas, moda femenina sostenible que empieza por las camisetas. Como artistas y diseñadora gráfica que estudió Bellas Artes en Granada, en un principio, se planteó montar un estudio creativo donde, paralelamente, naciera una marca. “Cuando entré en la incubadora, me di cuenta de que era un proyecto demasiado grande y me quedé solo con la marca de ropa”, cuenta a lavozdelsur.es desde su estudio.
Desde entonces, “trabaja a tope” para desarrollar un proyecto en fase embrionaria para el que busca materiales sostenibles. La artista viajará a una feria textil en Oporto con el objetivo de empaparse de las opciones disponibles. “Estoy en ese paso de encontrar materiales reciclados para la fabricación de las prendas. Hay plástico, caño, caucho, hasta patatas. Quisiera hacer camisetas de bodysurf con algún material procedente del mar”, explica.
Antes de sumergirse en este proyecto, Laura, que se dedica a hacer creaciones corporativas de marca, vivió en Sevilla y, después, siete años en Tarifa, donde se enamoró del estilo de vida. Esta amante del surf skate, de los viajes en furgoneta y de los días eternos de playa en contacto con la naturaleza, pinta murales en sitios abandonados y ha sacado a la luz su propia obra en distintas exposiciones en la Alhambra de Granada o en la provincia gaditana.
A su espalda, reposan sobre las estanterías retratos de mujeres con amuletos bereberes. “Me gusta mucho esa simbología, suelo pintar esta temática, en acrílico”, dice la zamorana, que avanza con la ayuda de la incubadora. “Te guían en todo, en marketing digital, en cómo comunicar la marca, en todo”, añade.
Laura lleva puesta la misma camiseta que sujeta con sus manos, que lanza este mismo viernes en la página web recién creada. Está fabricada con algodón orgánico, sin químicos, por trabajadores locales, apostando así por la proximidad y la economía circular. En ella se observa una “máscara de villana” y el manifiesto “muy girl power” de la marca. Según comenta, “explica esa sensación que tienes cuando estás en la playa y la arena te toca los pies o el agua te salpica, y también que queremos juntarnos para darnos visibilidad y apoyarnos entre nosotras”.
Su proyecto va más allá y busca vincular a las mujeres creadoras a través de la página web. “Aparte de los diseños que haga Villana, quiero hacer colaboraciones con artistas que pongan sus diseños en la ropa, para que ellas mismas tengan un producto y un espacio donde darles visibilidad a su trabajo”, explica.
Por su cabeza pasan muchas ideas que le encantaría materializar, como hacer exposiciones colectivas o una revista que de visibilidad a las chicas que practicas surf o skate. Pero, de momento, toca ver cómo funciona la marca recién nacida. La emprendedora arranca con ganas esta nueva etapa de la mano de una marca que quiere convertir en su medio económico de vida. “Realmente vendiendo cuadros no me da sinceramente”, confiesa desde este rincón en el que deja volar su imaginación.
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