Es posible que España entre en la siguiente recesión sin apenas haberse recuperado de la anterior, sostiene el prestigioso Center for European Reform.
1. España es el último paradigma de la austeridad y las reformas estructurales en la Eurozona. La economía del país está creciendo firmemente gracias a un fuerte aumento del empleo, la recuperación de los salarios reales y un incremento de la inversión empresarial. En efecto, España va camino de convertirse en la economía de más rápida expansión en la UE este año.
2. Que España vuelva a crecer es una buena noticia, pero hay pocos indicios que señalen que sea a consecuencia de las políticas de austeridad y las reformas llevadas a cabo. Es más, las perspectivas económicas son más sombrías de lo que sugiere el discurso imperante y los desafíos a los que se enfrenta el país siguen siendo tremendos.
3. La inflación será demasiado baja para reducir el valor real de la deuda de enormes proporciones que tiene el país. El desempleo continuará siendo elevado durante muchos años y seguirá ejerciendo presión sobre los precios. Y el Center for European Reform (CER) rehuirá la agresiva flexibilización monetaria necesaria para aumentar la inflación española.
4. Los costes del endeudamiento real son más elevados en los países débiles de la Eurozona como España, (donde la inflación es la más baja de la UE), y menores en los más fuertes (donde la inflación es la más alta), lo que provoca que el capital y la mano de obra cualificada lleguen a las economías más fuertes de la Eurozona. El Gobierno español no puede potenciar el gasto público para contrarrestar este efecto, y la Eurozona carece de mecanismos fiscales para compensar a los Estados miembros más débiles.
5. España necesita un mayor crecimiento de la productividad, si el nivel de vida tiene que converger con el de los países más ricos de la UE. Pero son pocos los indicadores de que las inversiones se trasladen a actividades de mayor valor añadido. La mayoría del trabajo creado durante los dos últimos años pertenece a empleos mal pagados del sector de los servicios, especialmente en el del turismo.
6. Los relativamente buenos resultados de las exportaciones de España desde lo peor de la crisis han sido impulsados por sectores como el de los carburantes y el de la alimentación, en vez de desarrollar sectores de mayor valor añadido. La recuperación de la demanda interna hará que las importaciones aumenten más rápidamente que las exportaciones, lo que provocará un nuevo déficit contable y empeorará la ya muy débil posición acreedora neta de España frente al exterior.
7. El sector de la construcción ha tocado fondo, pero se prevé que se estanque en bajos niveles de actividad debido a la insuficiente estructura demográfica de España y al exceso de viviendas vacías del país, algunas de las cuales están siendo demolidas, pero muchas de las cuales continuarán sobrecargando el mercado.
8. Con una de las tasas de natalidad más bajas del mundo y la emigración neta, se prevé que la población en edad de trabajar de España se reduzca rápidamente. Puede que esto no parezca un problema para un país con un número de desempleados masivo, pero los países que experimentan una reducción de su población activa tienden a verse afectados por un crecimiento económico débil, lo que dificulta la devolución de la deuda pública y privada.
9. Es posible que España entre en la siguiente recesión sin apenas haberse recuperado de la anterior, con unos altos niveles de endeudamiento en el sector público y privado, y una tasa de desempleo muy superior a la que existía antes de la crisis. Fundamentalmente, tendrá pocas herramientas económicas a su disposición para combatir un nuevo debilitamiento de la demanda interna, lo cual aumenta las probabilidades de que la nueva recesión sea profunda.
Traducción de Paloma Farré
Simon Tilford es director del Centre for European Reform en Londres. El documento Gain or more pain in Spain? se publicó originalmente el 19 de octubre.