Una feminista 'peleona'
Alicia Domínguez (Cádiz, 1966) lleva el feminismo por bandera. Doctora en Historia Moderna y Contemporánea, también es investigadora y escritora, de hecho acumula más de 15 publicaciones entre ficción, ensayo e investigación. Además, es articulista en lavozdelsur.es y colaboradora en diversas revistas, como Woman's Soul o CaosCultura. En 2011 recibió el Premio Mujer Constitucional, con motivo del Bicentenario de la Constitución de 1812, y en 2011, a propuesta del Observatorio de Igualdad de Cádiz, el Premio 'Clara Campoamor'. Autora de varios libros sobre la represión franquista, dice que que "todo son etapas". Recién llegada de Chile, vuelve al relato breve con el segundo volumen de Memorial a Ellas. Que su luz no se apague, que presenta en la Fundación Caballero Bonald de Jerez, una obra prologada por Carmen Calvo y con ilustraciones de Rosa Olea. El dinero recaudado por la venta de su última publicación irá destinado a diferentes fines de carácter social.
Los gaditanos es que nacemos donde nos da la gana (risas). En mi caso fui una niña prematura. Mi madre era emigrante en Alemania, venía a parirme a Cádiz, donde vive toda mi familia desde hace muchos años, A mi madre no le sentaría muy bien el vuelo y se puso de parto en Madrid, nada más aterrizar. Fue algo completamente circunstancial. Yo me siento gaditana, aunque todos tenemos antecedentes de muchos sitios, pero mi familia vive en Cádiz desde hace tres o cuatro generaciones.
Mira, vengo precisamente de Chile, donde he estado documentándome sobre el exilio republicano para mi última novela, cuando he pisado Cádiz, yo, que no me siento una persona chovinista en absoluto ni soy de las que dice: ay, porque Cádiz es lo mejor del mundo... No pienso eso, pero se reafirma mi idea de que aquí se vive muy bien. Es una ciudad amable, acogedora, te puedes mover con comodidad.
"El machismo es fruto de una cultura mantenida durante años"
Un legado patriarcal y machista que relegó a las mujeres a un segundo plano. Desde decir que salimos de la costilla de Adán, hasta quitarnos la voz. Hay un hecho histórico que a mí me llama mucho la atención y esta imposibilidad de estar presentes, y es aquel en el que Penélope, en ausencia de Ulises, se va a dirigir al Consejo de Ancianos, su hijo Telémaco, le dice: "¿Dónde vas mujer? La palabra es cosa de hombres". Ahí se nos quita la estima, la consideración de ser seres iguales es fruto de una cultura machista mantenida durante siglos, y que a duras penas ahora nos vamos sacando del cuerpo.
Yo estoy convencida de que derecho que no se lucha, derecho que se pierde. Lo que se ha hecho es muy reciente. En contra de lo que muchas jóvenes piensan hoy en día de que todo está conseguido y que ya no hay que mantenerse alerta, sigo pensando que estos avances hay que mantenerlos día a día, peleándolos. Hay que seguir creando una sociedad igualitaria entre hombres y mujeres. Esto es una lucha que no solo compete a la mujeres, que hemos sido relegadas a un rinconcito a través de la historia; esto es también una pelea de hombres, una lucha de personas que crean en la justicia.
A mí me gustaría que hubiera más hombres que colaboraran en esto. Sí me consta que hay muchos, pero no son conscientes de que han recibido una educación machista. En sus actos cotidianos reproducen estas actitudes, ese modelo. Y algunos en contra de su voluntad o de forma involuntaria. No se dan cuenta de ello hasta que no les haces reflexionar. Repito que la lucha debe ser de mujeres y hombres, porque si no se crean resistencias que ya estamos viendo, y que dan al traste con todo lo conseguido hasta ahora.
Yo es que esas etiquetas de feminismo radical, de feminismo moderado, no las comparto. Imagino que habrá gente que quiera llegar a un sitio de una manera y otros, de otra. ¿Qué es el radicalismo, lograr una igualdad efectiva? ¿Eso es radical?
Creo que ninguna anulación del género es buena. Esto es una sociedad de hombres y mujeres, y somos necesarios los dos. Lamentablemente, nosotras llevamos una desventaja histórica, y esos avances se ven como una amenaza hacia sus privilegios. De ahí pueden nacer unas actitudes de parte de feministas que sí sean más radicales, pero estoy convencida de que a todas nos mueve la consecución de una sociedad igualitaria. Pero es cierto que puede haber actitudes que no sean las más adecuadas.
La gente se está liando con todo porque la política, lamentablemente está, no sé, desvirtuando el sentido. Pero no todos los políticos. Tampoco voy a hacer esa generalización del todos son iguales. Tengo amigos en la política y son gente honesta, personas que quieren construir. Las etiquetas son malas siempre y yo huyo de ellas. Lo que sí es cierto es que la arena política se ha convertido en demasiado circo. Creo que hay que buscar esa moderación, ese punto de encuentro, y no de divergencia. Hoy por hoy, hay una dejación de funciones en ese sentido. Debería buscarse lo que nos une y no lo que nos separa. Las sobreactuaciones están de más y falta voluntad real por encontrar soluciones para la ciudadanía.
"Los avances del feminismo se ven para el hombre como una amenaza para sus privilegios"
Ufff. Hay muchísimas y se han extendido durante siglos, pero lo que no podemos es pretender atribuirle a esas mujeres la culpabilidad en esta rueda. Ellos educan a sus hijos con ciertos rasgos machistas, pero porque ellas, a su vez, fueron criadas igual, metidas en ese engranaje patriarcal y machista del que es difícil salir. Mi bisabuela era machista sin saberlo; mi abuela era machista sin saberlo, y mi madre tenía ramalazos machistas sin saberlo. Pero crecieron con una forma de hacer las cosas que apuntaban siempre al machismo.
Pero se habla de la suegra (risas).
Es inquietante. Pero es que lamentablemente la igualdad es algo tan moderno, que las actitudes están tan interiorizadas en la sociedad que no es fácil sacarlas.
Yo confío en que sí. Es que sobre el tema... (se ríe). Verás, es que eso lo he sufrido yo en la calle cuando estaba de buen ver. Me decían guapa, pero bueno, ¿qué necesidad hay de que me digan guapa por la calle? Otra cosa es que yo a mi marido, a mi hijo, a un amigo, le diga ¡qué guapo estás! Es que son dos conceptos diferentes. Pero lo que se dice como galantería en la calle es expresar que la mujer es objeto de deseo y así se manifiesta
¿A un desconocido? Vamos, a mí ni se me ocurre, no sé si a las generaciones venideras les dará por ahí, pero para mí es impensable.