De amores y recuerdos
Jacobo Bergareche (Londres, 1976) regresa a la novela con una emocionante historia que ahonda en la pasión, en la pérdida y en la fuerza del recuerdo. Es un libro en el que despliega todo su talento narrativo y lo confirma como uno de los escritores más prometedores del panorama literario español.
Bergareche compagina la escritura con su trabajo como productor audiovisual y guionista, y colabora regularmente en diversos medios de comunicación. Es autor del poemario Playas (2004), la obra de teatro Coma (2015), la colección de libros infantiles Aventuras en Bodytown (2017), el ensayo autobiográfico Estaciones de regreso (2019) y las novelas Los días perfectos (Libros del Asteroide, 2021), traducida a diez lenguas. Ahora publica Las despedidas (Libros del Asteroide, 2023).
La idea del libro la tuve justo después de Los días perfectos. Empecé con este de seguido. De hecho, mientras esperaba que se publicara, ya saqué toda la trama de Las despedidas, el conflicto, el personaje principal. Yo reescribo mucho. Esta novela tiene como siete u ocho reescrituras. Tiré un montón de capítulos. Pero me gusta tener clara la primera versión y sacarla rápido.
"Me gusta tener rápido la primera versión de mis novelas"
Él está además con su hija. Ella es bastante bruja y conoce muy bien a su padre, y sabe de sus reacciones. Diego ve a la mujer con la que ha tenido una aventura extramarital. En el momento en el que salte la libre, se van a enterar su hija y su mujer. Va a tener que dar muchas explicaciones. Es un momento complicado.
El amor, desde luego, con la convivencia y el roce continuo, genera un desgaste. El amor pasional se acaba. Químicamente, el cerebro no da para más. El cóctel de hormonas dura quince meses o así, y se acaba. Pero bueno, luego hay otro tipo de amor: el cariño, el cuidado mutuo, el de la gente que ha aprendido a vivir el uno con el otro, y otros que al revés; que con el tiempo no se pueden ya ni ver.
No sé si cuesta volver a la realidad. Yo creo que mis novelas hablan mucho de la realidad. A lo mejor, mucha gente que las lee analiza después sus propias relaciones, digamos, con una luz diferente. Creo que de eso se trata la literatura: poder ver tu mundo con otras herramientas.
Es la muerte, ¿no? Cuando estás enamorado de alguien o alguien está enamorado de ti, si eso se acaba, vives un duelo parecido al de la muerte, porque sabes que nunca va a volver. Es como el que se muere, que no va a volver de entre los muertos. El amor se pierde y raramente uno se vuelve a reenamorar. La vivencia es de duelo, como cuando se muere alguien.
"La vivencia del amor que se acaba es de duelo, como cuando se muere alguien"
A mí me gusta pensar las novelas, publicarlas y luego ver lo que pasa cuando las publicas. Pero estar encerrado y concentrándome no se me hace muy agradable. Hay momentos en los que dices: "¡Guau, qué bien me ha quedado esta página!, pero la verdad es que me genera muchísima ansiedad, darle vueltas: lo paso fatal. No me gusta nada escribir. Me gusta mucho lo que pasa después, cuando escribes.
No, no son siempre decisiones. Lo que pasa es que en esta novela, en concreto, todo se pone en marcha por una enorme casualidad. Después tú tienes que jugar las cartas, pero luego el destino o el azar a ti te pone delante una situación en la que sí que tienes que jugar esas cartas. Eso sí que son decisiones. Y en este caso Diego, el protagonista de mi novela, tiene que jugarlas muy bien porque esa persona con la que se encuentra va a removerle la vida.