Ana Vega Burgos, la poeta del desamor: "A las mujeres nos han enseñado que el amor es dolor, a los hombres, no"

La autora de 'La geisha despintada', premio en memoria de Salvador Rueda, presentó su poemario ganador en la biblioteca Sebastián Oliva, en la sede de la CNT en Jerez

Ana Vega por las calles de Jerez, después de la charla.

El amor según Ana Vega

A la escritora Ana Vega Burgos (Villafranca de Córdoba, Córdoba, 1965) no hay quien la convenza de lo contrario: el amor no debe doler, aunque nos hayan enseñado (o haya sido) así desde el que el mundo es mundo. 

La poeta, ganadora de infinidad de premios literarios, de los últimos, el Salvador Rueda, en el Rincón de la Victoria (Málaga), cree firmemente que la mujer sufre mucho más que el hombre cuando de amar se trata. Se le exige todo y recibe normalmente menos de lo que da. De hecho, afirma: "Lo malo es que siempre se nos pide el sacrificio a nosotras, las mujeres, y este amor que nos venden en películas y canciones se convierte en una trampa".

'La geisha despintada' suena a catástrofe o al menos a desgaste.

El poemario va contra el amor romántico. Yo lo he vivido y he sufrido sus consecuencias. Y la geisha... Va por unos versos de José Luis Lupiañez que decían: "Sola en su camareta, desnuda y despechada, la geisha se tatúa las cejas". Esto me impresionó. Es una máscara. Yo me imaginaba a la geisha despintada por las lágrimas o por la lluvia. Se despinta y por lo tanto sale tu verdadera cara. 

¿El amor nunca trae nada bueno o es culpa del romanticismo?

Nooo, hombre. Trae muchas cosas buenas si el sacrificio es por parte de los dos. O no el sacrificio. Es que nos han enseñado, sobre todo a las mujeres, que el amor es sacrificio, y que sufrir por amor enaltece. O sea: si sufres es amor. Eso no es así. Yo lo he descubierto muchos años después. 

Ana Vega posa después de la entrevista y poco antes de la presentación de 'La geisha despintada'. CANDELA NÚÑEZ
Pero eso de que se haya enseñado que el amor es sufrir solo a las mujeres...

Casi siempre. A las mujeres nos han enseñado que el amor es dolor, y a los hombres no. A las mujeres se nos ha enseñado que nuestra vida privada se limita al matrimonio. Tienes hijos, dejas el trabajo porque tienes que cuidar a los hijos, como mujer que eres, les das el pecho. Digo yo que será por eso, porque otro motivo no se me ocurre. No creo que una madre críe a un hijo mejor que un padre. No debería de ser. Dejas de trabajar y deja de cotizar, la mujer. No el hombre. 

"No creo que una madre críe a un hijo mejor que un padre" 

¿Y las canciones y las películas de amor, son cosas de mujeres también?

Eso es de los dos, pero cuando te cantan: "Yo que esperaba con la carita empapada...". Yo he llorado con esa canción lo que no está en los escritos. Todavía me emociona. Pero no es la carita empapada de un chico. Casi siempre es una chica lo que sufre. 

"En este poemario, la mujer se quiere ir por la toxicidad del hombre que la ama"

Me va a decir que el hombre y la mujer no sufre el amor por igual...

Nooo, no me cuentes historias. Tú sabes que no es así.

Ana Vega con un ejemplar de su poemario premiado en Málaga. CANDELA NÚÑEZ
Discrepo. 

Nos han vendido que para la mujer lo más importante es el ámbito privado y es el amor. ¿Y cuántas parejas conoces tú que al separse el padre se quede con los hijos?

Será cosa de las leyes también. Digo yo. O de litigios. 

Por suerte se va igualando. Pero tiene que pasar mucho tiempo para que se llegue a un equilibrio. 

El poemario da espacio para que cada uno elija la opción que quiera y saque la conclusión que le parezca.

Está escrito a dos voces. Voz de hombre y voz de mujer. Obviamente todo escrito por mí. Pero no lo he escrito para hacer este poemario. Son poemas míos a lo largo de mucho tiempo. La parte del hombre es cuando habla muy enamorado, pero la quiere porque ella se sacrifica por él y él es feliz. Pero ella no lo es. Ella está dando mucho más de lo que recibe. En este poemario, la mujer se quiere ir por la toxicidad de su amor. 

Usted habla de la ruptura amorosa como un naufragio. También puede ser una salvación, ¿no?

Verdaderamente sí, pero cuando la estás sufriendo es un naufragio. Cuando estás sufriendo eso, te estás ahogando. Yo lo he vivido. 

Hay mucho de usted, entonces, en esta geisha despintada...

Mucho. Muchísmo. 

 

 

 

 

 

 

Archivado en: