Treinta años no es nada
O eso decía Gardel en su tango (en realidad decía 20, pero por 10 años no vamos a estropear el subtítulo). Daniel Diosdado (Jerez, barriada rural de El Portal —para él, ese detalle no es cosa menor—, 1978) es diseñador gráfico, ilustrador, autor de cómics, muralista... Pero artista no; eso no. "Ya hay muchos" defiende con esa modestia que suele caracterizar a los que son grandes.
El creativo jerezano recibió a finales del pasado año el primer premio de la Asociación de Profesionales de la Ilustración de Madrid (APIM) por su trabajo Un año de película, un viaje a aquel año histórico, 1992, en el que pasaron tantas cosas y que, por cierto, cambiaron en muchos aspectos, no solo España,sino el resto de Europa. Algunos hechos estuvieron bien: el Tratado de Maastrich, y otros no: la Guerra de los Balcanes (aunque empezó en 1991, pero se extendió hasta 2001). Todo eso y más recoge Diosado en su exposición que viajó también al Festival de Cine de Málaga. La muestra se inauguró el 13 de este mes y puede verse en la sala de exposiciones, Aula 1, de la Escuela de Arte de Jerez.
Aparte, Diosdado es dibujante, ilustrador y creativo en campañas de publicidad o con trabajos como freelance para publicaciones nacionales e internacionales, como El País, New Yorker, The Wall Street Journal... Además, se encarga desde hace años del cartel oficial del Festival de Jerez.
Esto nace a través de Cristina Consuegra, comisaria de las exposiciones y actividades paralelas al Festival de Cine de Málaga. El año pasado se cumplían 30 años de 1992. Cristina me hace la propuesta, porque todo va a girar en torno al 92, para hacer esa exposición allí. Ellos me proponen como única condición que lo que exponga tiene que estar ambientado en 1992. Como está en el marco del Festival, son diez acontecimientos producidos como carteles de películas ficticias.
Ocurrieron muchas cosas, es verdad, y nosotros éramos niños, pero nos acordamos y había que poner algunos porque era ineludible ponerlos por su importancia. Hay acontecimientos que se tenían que poner sí o sí, como la Expo 92, los Juegos Olímpicos de Barcelona, la llegada del AVE; cosas que cambiaron este país. Luego hubo otras cosas más relacionadas con la cultura, con las que yo me siento más cercano; otras de índole política. Eso fue ya una selección más personal. Por ejemplo, el primer mensaje, que fue en ese año, y me pareció divertido. También ocurrío la muerte de Camarón, la llegada del grunge a España, como lo es hoy el reguetón. Después, algunos temas políticos, como el tratado de Maastrich, que transforma Europa, o la guerra de Bosnia. Entonces, digamos que por su importancia, tenían que ir, y otros que he elegido de forma personal.
"He elegido temas por su importancia y otros por decisión personal"
Pues sí, nostalgia mucha. Los que van a ver la exposición, sobre todo gente un poco más mayor, sí. Es que aparte de los carteles, hay una instalación que refleja lo que era una de nuestras habitaciones, o el saloncito de aquella época, de principio de los 90. Se puede ver un vídeo VHS, cámaras con carrete, la Nintendo, porque no había Play Station... Y también la cintas de vídeo VHS. En ese año disfrutamos de una forma muy diferente a la de ahora, con maneras muy distintas de ocio. Yo a los chavales les pongo como ejemplo que lo de ahora, lo que son las plataformas, que casi todo el mundo tiene en sus casas, para nosotros estaba el videoclub y la media hora que te tirabas ahí eligiendo una película. Estaba todo dividido por secciones: las de terror, las de aventuras... Cada película ficticia, cada acontecimiento, está dentro de un género. Así, la Expo está en el género fantástico, la Ruta del Bacalao en una película de terror. Va todo de esa forma.
La primera dificultad, sin duda, fue hacer la selección de los diez acontecimientos, y después encontrar los elementos para la instalación. A ver, yo no soy coleccionista para nada, pero cuando he ido al Rastro de Madrid y veo cosas de los años 90 las compro porque me gusta tenerlas. Y algunos objetos que quería encontrar también me han resultado muy difíciles. Después, resolver gráficamente los acontecimientos para darle una forma al cartel. Tuve que tirar de mucho boceto, de muchos recursos, tirar de referencias. Al final tocas temas políticos y varios temas sensibles y hay que hilar muy bien.
APIM (Asociación de Profesionales de la Ilustración de Madrid) tiene premios para la comunidad de Madrid: mejor ilustración publicitaria, mejor ilustración editorial. Luego, un premio nacional, y lo premian para proyectos grandes: exposiciones, cuentos ilustrados. Entonces quedamos tres seleccionados y tuve la suerte de ganar yo. ¿Por qué? Hombre, les habrá gustado. Por todo todo el trabajo que tiene detrás, por el contenido, por el resultado.
Eso lo sabes tú igual que yo. Quedabas con tus colegas y te tirabas allí un buen rato. Más que perdido, creo que se ha sustituido por las plataformas digitales. Antes cogías las películas en el videoclub, y ahora las eliges tendido en el sofá. Pero con menos gente todo. Antes nos reuníamos. Lo bonito de antes es que unía. Hoy todo el mundo o casi todo el mundo tiene Netflix o HBO. Antes, de cinco, solo dos tenían el VHS en su casa.
"Más que haber perdido el encuentro en el videoclub, lo hemos sustituidos por las plataformas digitales"
Uff. Esa pregunta... Es bonita. Yo creo que es pasado. Pienso que la nostalgia te hace decir siempre que fue mejor. Pero si lo analizas, hay cosas que se hacen peor ahora, cosas que se hacían mejor antes. Eso siempre será así. Ahora echas de menos cosas de hace 10, 20 o 30 años. Pero es que hay cosas que hace treinta años no estaban y ojalá hubiesen estado. Hay un poco de las dos cosas.
No tiene por qué. Hay temas más sensibles, más fríos. No creo que haya unos parámetros en el arte, en la creatividad. Cada uno utiliza su lenguaje. No hay estereotipos.
En Jerez pegas una pataíta y salen artistas de todas partes. Yo no me considero artista. Yo me considero un ilustrador, tiro del oficio. Artistas ya hay muchos.
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