De feria en feria
Juan Gómez (Lebrija, 1976), lo tiene claro: lo mejor de todas las ferias es que ha pasado el covid y se puede seguir trabajando para que tanto él como su plantilla se puedan llevar el sueldo a casa. Pero para eso, sostiene, hace falta la colaboración de los políticos y de los ayuntamientos.
El hostelero se desvive porque las personas que se acercan a las casetas, como La Tertulia (número 112, calle Moraíto) en la Feria del Caballo, que estén bajo su mando sean correctamente atendidas y salgan satisfechas. Esto, que parece de Perogrullo, no se da con toda la normalidad que pudiera parecer. No son pocas las quejas (tampoco la mayoría) de muchos visitantes al González Hontoria respecto a la falta de precios o mal servicio. No es, desde luego, el caso de las casetas que van al timón de Juan Gómez.
Tela.
Este calor es lo malo que tiene: aunque estés debajo de un toldo, por muy bien que tú acondiciones una caseta, la tienes que cerrar herméticamente para que el aire acondicionado haga su función, y como la gente entra y sale constantemente, es imposible.
El rebujito es lo que nos está salvando este año y el año pasado. Por las circunstancias que estamos viviendo, después del covid, la economía como está, con todo subiendo, pues si te das cuenta, por lo menos el 80% en los eventos, la feria y demás, la venta del alcohol ha bajado. Lo que sube es la venta de cerveza y la venta de rebujito. Si nos vamos a tomar una copa con una convidá de cuatro o cinco personas, son 40 o 50 euros, si pides dos jarras de rebujitos son 25 euros.
Son largas; la de Sevilla, la de Jerez, no hay cartera ni cuerpo que lo aguante. Es muy difícil.
Imposible. Los precios se están poniendo... Nosotros entendemos que las cartas están elevadas, pero no es porque nosotros queramos, es que el marcado está así, y encima vas a negociar con la directiva de una caseta y te piden mucho más que el año pasado. A ellos les sube el alquiler de todo. Es normal. Como dices, que la gente vaya a la tienda y pregunte lo que vale un kilo de chocos, por ejemplo. Verá que no es tanto el margen que se le saca.
"No es tanto el margen que se saca"
Hay un cúmulo de todo. Por ejemplo, Sevilla es más amplia en el tema de casetas, el tema de no estar tan ubicada la zona de copas, la zona de comidas como pasa en Jerez. Aquí sabemos que hay un sitio donde están las casetas de copas, las casetas para comer y copas. Pero eso cambia cada año más. Están las casetas para comer, y luego las de copas. Pero es que en esa misma caseta de comer están la copas, las copas y las copas.
Hay de todo. Hay gente que sabe beber y gente que no. A los que no, se les ve venir.
Yo creo que sí. Me voy a mojar. Tengo amigos de todos los partidos políticos, le trabajo a todos. Pero se lo digo cuando nos reunimos para actos o hacer negocios. Las feria tan largas son más perjudiciales que beneficiosas. Hay tantos días que, como te decía antes, no hay cuerpo ni cartera que lo aguante, y seguimos teniendo los mismos gastos de todos los días del resto del año. Abrimos algunas casetas el viernes, pero luego llega el lunes, que es flojito, el martes igual, y ya se remonta con el día de la mujer, pero los gastos de los días anteriores para nosotros son los mismos.
"La Feria de Jerez siempre ha sido de día"
La Feria de Jerez siempre ha sido de día, pero volvemos a lo que te decía antes: nos estamos acostubrando todos los profesionales, todas las casetas, a meter grupos de flamenco. Pero es que a pesar de eso, hasta el flamenco en la Feria se está perdiendo. Ahora hay mucho grupo de rock, de los 80, mucho pum pum, como yo digo. La gente se queda hasta las tantas y luego no regresa a la Feria al día siguiente hasta muy tarde. No hay que mirar más que cómo está hoy (por el martes) el paseo: vacío.
Yo no lo entiendo. Dijeron los políticos que iban a quitar la botellona y no la han quitado, y eso es un daño muy grande que nos hacen a nosotros. Y después hay otra guerra viva, que aunque yo respeto a todo el mundo, no me parece bien que en las dos o tres calles de zonas de copas que hay, todo el mundo regala jarras de rebujitos y todo el mundo hace hora feliz. ¿Ellos piensan que con eso tienen la caseta llena y puede ser una formas de vender? Vale, pero perjudica al resto de la gente y supone una competencia desleal.
Sí. Eso debería de estar penado. Pero eso va a existir siempre. Además siempre ha existido. Es como lo de los billetes falsos. Cada vez hay más.
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