Una moda que ha llegado para quedarse
Rocío Rubiales (Jerez, 1975) empezó a hacer amigurumis como terapia ante uno de esos golpes que te da la vida, y del que no sabes cómo evadirte, siquiera por unas horas. Pero Rocío no fue al psicólogo a pedir ayuda. Tenía el problema de salud en casa, pero decidió que tenía que ocupar la mente como fuera. Encontró una vía de escape, una puerta por la que salir a tomar aire fresco. Ese 'aire' tiene forma de muñeco hecho de lana, y se puede hacer prácticamente el que quieras: desde Harry Potter a una niña de comunión, un perro o una embarazada. No hay límites. Solo hace falta paciencia, tiempo y un mínimo de habilidad.
El arte de tejer haciendo ganchillo y crochet, es una moda en auge que no ha quedado relegada exclusivamente al terreno de la moda o al de la decoración hogareña. Se ha extendido al mundo de los juguetes y de los peluches, llenando de color y fantasía la vida y los hogares de los miles de aficionados a fabricar estos personajes caseros y divertidos.
Ya es un hecho que desde Japón nos llegan tendencias que tienen que ver con la cultura de la dulzura, lo tierno y lo entrañable como, por ejemplo, el Kawaii, el fenómeno por el que miles de seguidores coleccionan objetos y merchandising relacionado con Hello Kitty y otras criaturas.
La nueva tendencia (aunque lo de nueva ya es relativo) es el Amigurumi, que consiste en fabricar peluchitos y sus muñecos a golpe de ganchillo y crochet; este tipo de ganchillo surge de la unión de dos términos japoneses: "ami", que significa ganchillo o punto y "nuigurumi", que significa peluche.
Pues de Japón vienen, de los años 80. Yo empecé a hacerlos porque me entretiene y me evadía de un problema de salud de alguien muy cercano, pero ya aproveché para saber de dónde procedían, por qué no tienen boca... Muchas cosas que desconocía.
Por lo visto es como si fuera tu mejor amigo, que sabe cosas tuyas, pero no las va a contar.
Creo que a la parte occidental de Europa llegaría sobre los 90 o por ahí. Yo empecé hace tres años.
"Esta moda llegó a esta parte de Occidente sobre los años 90"
Pues una situación familiar dura. A un familiar muy allegado le detectaron una grave enfermedad. Ahora la tiene controlada y está más o menos bien, pero es inoperable. Pero, lo quieras o no, la mente da muchas vueltas, y a mí, en lugar de un psicólogo, me vino muy bien el croché. Porque esto es el croché de toda la vida, lo que pasa es que la técnica se llama amigurumis. Pero en realidad es croché, cosa que, hasta ahora, yo no había hecho en mi vida. Es que las manualidades se me dan fatal. Pero esto te obliga a contar puntos, que si disminuye, que si aumenta... Te distraes mucho.
¡Qué va! Es algo que es mío. Me sirvió de ayuda, pero ahora es que no lo puedo dejar.
No. Yo cobro lo que me cuesta el material, que es caro: la lana, los hilos, los botones... Son muchas horas las que se le echan. Lo que pasa es que a mí me hace feliz. Esto no está pagado, pero como todas las cosas artesanales. Yo no cobro el trabajo que tiene, no podría pagarse.
Es lana. Las primeras cosas que hice eran de un material más malo. Ahora uso cosas de más calidad, lana, algodón 100 por cien... Ahora, además, tengo experiencia y las cosas están más conseguidas.
Son las dos cosas. Te puedes equivocar, tienes que desbaratar todo lo que llevas hecho, y a lo mejor es ya medio muñeco, cuando te das cuenta de que tienes que empezar otra vez, o casi.
"Tienes que estar atento porque si te equivocas puede que tengas que desbaratar todo lo que llevas hecho"
Desde aquí estoy viendo ese muñeco tan gracioso para primera comunión. Dice que lo acaba de terminar. ¿Cuánto tiempo lleva un personaje como ese?
Teniendo en cuenta que tengo que llevar por delante la casa, las tareas con la niña, el colegio... Pues cuatro o cinco días. Depende también de qué tipo de muñeco. Por ejemplo, las niñas de comunión es algo más por el pelo, el vestido, que lo hago por separado, y se les puede quitar.
Me gustan todos. Para mí es un reto, sobre todo cuando me encargan algo. Me pongo a buscar en YouTube, miro patrones... Porque yo los patrones no los hago, hasta ahí no llego. Creo que las verdaderas artistas son las que hacen los patrones.
Los puntos más o menos vienen a ser lo mismo, lo que pasa es que cambia la forma.
Imagino que lo vas haciendo, y como te va saliendo bien, lo que quieres es verlo terminado. Ahora estoy con un pastor alemán que va para Barcelona. Está a la mitad, pero estoy deseando meterle mano para tenerlo acabado.