Versos, noticias y activismo
Yolanda Rosado (Jerez, 1983) es periodista especializada en comunicación social y sensibilización. Fundadora y coordinadora del club literario intercultural Alas y raíces, formado por mujeres diversas para la investigación y recuperación de voces de autoras de diferentes culturas y épocas. Colabora con medios de comunicación locales y nacionales.
Rosado comenzó su andadura escribiendo poesía, ganando certámenes literarios en su juventud, como el I Premio de Poesía del Certamen Literario Roquetas de Mar de Almería y el certamen literario Antonio Gala de Palma del Río de Córdoba.
Tras dedicar su carrera a la comunicación social y al activismo, regresa de lleno a los versos con la publicación de Sagrado, (Platero Editorial). El 21 de octubre firmará ejemplares en los Claustros de Santo Domingo, con motivo de la Feria del Libro, entre las 12:00 y las 14:00 horas.
Al contrario, más bien fueron estos poemas ese espacio seguro que necesitaba para que fueran fluyendo todas esas ideas que quizás no encontraban su modo de expresarse en otros contextos. Creo que lo bueno de la poesía es eso, que nos permite salir de la rigidez y explorarnos de forma mucho más honesta, fluir en todas direcciones. Ya lo decía Alejandra Pizarnik: "No puedo hablar con mi voz, sino con mis voces".
Sí, en gran parte me refiero a la reivindicación de nuestro deseo, de conectar con aquello que nos mueve. A menudo andamos terriblemente desconectados de nosotros mismos. Muchos de estos poemas los escribí en los últimos meses de pandemia y pospandemia en los que, por un lado, las relaciones con otros desde el aislamiento y en la virtualidad tomaron más peso si cabe del que ya tenían, y por otro lado, yo necesitaba conectar con mi propia energía, liberarme de muchas capas que no me permitían responder a varias preguntas: ¿Quién soy yo? ¿Qué es lo que quiero yo?
"A menudo andamos desconectados de nosotros mismos"
En Sagrado hay una conexión estrecha con la sexualidad o el placer como fuerza de energía creadora, incluso reveladora. Hay emociones que no podría expresar más allá de estos poemas. También están las voces de mis amigas. Hay veces en las que se da una suerte de vivencia vampírica a través de la otra, lo que les pasa a ellas también me pasa a mí. Quizás también son cosas que están pasando en otras posibles realidades, que estamos casi conjurando. ¡O que no han pasado jamás! La poesía puede ser la autoficción más salvaje. Este poemario tiene mucho de aquelarre, aviso.
A que conforme más adultos nos vamos haciendo más miedo nos da decir lo que sentimos, expresarnos como somos. Vamos respondiendo a entidades estancas. Yo, “la madre de” o “la esposa de”, o yo definida por mi posición profesional. Todo el mundo espera de ti que seas o actúes o sientas de una determinada manera, pero somos mucho más complejos que eso. Tenemos mucho miedo al juicio, a salirnos de los márgenes, a reivindicar nuestro deseo. Hace poco, decía la escritora Sara Torres: “Deseamos la posibilidad de una conversación íntima lejos de la influencia del poder sobre nuestro habla y nuestra imaginación”, y no puedo estar más de acuerdo con esta afirmación.
La búsqueda es, quizás, involuntaria, un juego o una consecuencia que se da al empezar a escribir. Hay cosas de las que te das cuenta después de haberlas escrito. Para mí la poesía tiene este punto de urgencia, de brotar cuando lo necesita, tener que agarrar el móvil y escribir algo en las notas del móvil intentando no deformar demasiado ese impulso primario. Luego a veces vuelves a ellas cuando no recordabas haber escrito eso y son casi una revelación profética.
"Para mí poesía tiene un punto de urgencia, de brotar cuando lo necesita"
Si por místico y terrestre te refieres a la contraposición de algo más etéreo con lo material, te diré que ahora mismo para mí, lo místico está íntimamente relacionado con el cuerpo. Pienso en las místicas y a mi cabeza vienen imágenes de corazones flameantes atravesados por espadas, de santas en éxtasis, de estigmas abiertos en la carne. Pienso en Hildegarda de Bingen describiendo por primera vez los orgasmos femeninos, en Margarita Porette quemada en la hoguera por no querer renunciar a las ideas expresadas en su libro... A mí el misticismo que me interesa, y creo que coincido con Luna en esto, es el que encuentra su camino hacia el cuerpo, que lo convierte en herida y se manifiesta en lo terrestre, Así que sí, podría decir que son fuerzas equilibradas en este poemario, o incluso dos caras de la misma cosa.
Este grupo surgió de una actividad cultural que organizamos hace un año en los Claustros en la que un grupo de mujeres nos reunimos para leer poemas de autoras de diferentes países y épocas. Queríamos reivindicar voces que en su momento fueron silenciadas en su contexto y literalmente se jugaron o perdieron la vida por escribir. También poner en valor la diversidad y conocer obras a menudo no recogidas en los libros de texto. Nos dimos cuenta de lo difícil que era acceder a muchas obras y de la escasez de traducciones decentes de las mismas. Esta experiencia nos animó a continuar reuniéndonos periódicamente.
Actualmente, la iniciativa se enmarca en un proyecto financiado por la Diputación de Cádiz en la ONG CEAin, en la que trabajo. La biblioteca municipal nos cedió un espacio maravilloso para reunirnos y en el grupo hay mujeres de Irán, Haití, Afganistán, Siria, Ecuador, Rumanía, Venezuela, Inglaterra, Marruecos, Nigeria, Escocia, Estados Unidos, España… entre otras nacionalidades. Algunas son mujeres refugiadas, pero hay una gran variedad de perfiles muy diversos.
Me temo que soy malísima vendiendo cosas. Además, ocurre que cuando una es más lectora que escritora, tiende a pensar: ¿qué puedo decir yo que no se haya dicho ya muchas veces y mejor? Pero aceptar estos vínculos y esta genealogía es hermoso. Es bueno y necesario ver qué han dicho otras personas respecto a lo que tú estás diciendo, cada poemario conforma un mosaico de voces que por sí mismas son únicas. Leer junto a otras mujeres me ha hecho ver que cada obra que escribimos forma parte de una conversación mucho mayor que nos trasciende y que nunca termina.
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