De la moqueta cara de la Carrera de San Jerónimo a su humilde despacho de Alcaldía en El Gastor
Dice con una sonrisa que desde muy joven tuvo tres vocaciones. Aún hoy se confiesa incapaz de ponerlas en orden. Veterinaria, docencia y política conviven desde siempre en su cabeza. Afortunadamente para ella, ha podido combinarlas durante muchos años. María Isabel Moreno Fernández (El Gastor, 1976) curó animales y ejerció de profesora de Secundaria impartiendo Biología. Así estaba cerca de la naturaleza, su pasión, aunque fuera de forma teórica. En 2007 debutó como concejala del PSOE en la oposición y en 2011, días antes de cumplir 35 años, fue elegida alcaldesa de El Gastor.
Desde entonces ejerce de forma ininterrumpida. "La única promesa electoral que no he cumplido es la de estar ocho años en el cargo". En mayo de 2023, en pleno retroceso socialista en la provincia, aún fue capaz de ampliar la mayoría absoluta (seis concejales frente a tres del Partido Popular). Le emociona que ese respaldo vecinal crezca 13 años después "porque lo normal es que la gente se vaya cansando de verte".
Su trayectoria política le ha convertido, de forma inesperada, en altavoz de toda la Sierra, incluso de las zonas rurales menos pobladas de Andalucía y España. Desde El Gastor, uno de los cinco municipios menos poblados de los 45 gaditanos, con apenas 1.700 habitantes, puede levantar la voz serrana, la de los pequeños. Llevó esa palabra a la Diputación Provincial (con la responsabilidad en Fomento y Empleo en los dos mandatos precedentes) y ahora tiene plaza en el Congreso de los Diputados. Ocupa desde el 12 de diciembre de 2023 el escaño que dejó libre Fernando Grande-Marlaska.
Alterna las alfombras caras y centenarias de la Carrera de San Jerónimo con el modestísimo despacho en la planta baja del Ayuntamiento de El Gastor. La comprensión de las dos españas resucitadas le viene dada de nacimiento. "Tuve un abuelo republicano, represaliado, y otro de la división azul". Entre los dos caminos le atrajo siempre "una forma de entender la vida que viene del progresismo, de la izquierda". Enamorada de su pueblo, siempre encuentra tiempo para volver de Madrid o Cádiz a El Gastor. También para regresar desde el despacho y las reuniones a los animales. En las casas de su familia hay tantos perros que le apura soltar todos los nombres. "Y alguna cabra". Eso sí, menciona con cariño a Ultrashadow, un anciano caballo con nombre de superhéroe que es una de sus alegrías. Veterinaria, al principio y al final.
A pesar de llevar 12 años como alcaldesa, de haber sido diputada provincial y ahora parlamentaria en Madrid, de tener mucha presencia en la dirección provincial del PSOE, no da el perfil de política profesional
Vengo de la empresa privada. Soy licenciada en Veterinaria. Trabajé en clínicas de pequeños animales en Sevilla. Luego saqué la oposición en Magisterio porque la educación es también mi compromiso. Me llamaba la docencia. Di clases de Biología, sobre todo, en Secundaria. Fue una decisión muy, muy vocacional, casi más que la veterinaria. Esas dos y la política son las tres patas de mi vida. La política me atrae mucho desde pequeña. La he vivido en familia. Mis abuelos me inculcaron mucho esa motivación por mejorar tu pueblo, por creer que está todo por hacer, que siempre quedan cosas por conquistar. Siempre tengo la motivación, la ilusión, de seguir mejorando mi pueblo.
Como integrante de la dirección provincial del PSOE percibe algún tipo de malestar interno, de discrepancias, sobre todo después del retroceso electoral en las últimas municipales de hace un año ¿existe un sector crítico que pide un congreso extraordinario, un relevo?
Yo soy muy humilde en cuanto a la ideología de partido. Entiendo que los procesos internos comienzan y terminan. Ahora estamos con la dirección que tenemos por el bien del partido. Sobre todo, por el bien de la gente. El fin último de un partido político es mejorar la vida de la gente. Siempre he estado alejada de posibles divisiones internas. Históricamente, este partido, el PSOE, ha tenido mucho poder institucional. Siempre han existido las familias, grupos internos. Lo entiendo. Es natural y hasta positivo que haya discrepancias pero me mantengo alejada. Las tensiones internas no me gustan porque para mí todos son compañeros válidos. Todos aportamos, sumamos. A lo mejor soy un poquito más ilusa de la cuenta.
"Esa semana de Ábalos fue la peor desde que estoy en el Congreso. Se notó tristeza, desilusión"
Llegó al grupo socialista del Congreso de los Diputados en diciembre ¿La salida de José Luis Ábalos, todo un exsecretario general, exministro, al grupo mixto ha sido el momento más desagradable que ha vivido? ¿Ha sido tan tensa la situación como se ha podido ver desde fuera?
Desgraciadamente, la corrupción en la política es algo que le toca a todos los partidos. Algún que otro garbanzo negro siempre puede salir en la familia. Hay que pedir que todo el peso de la ley caiga sobre los que sean demostrados culpables, dejar a la justicia actuar. Pero esa semana, la de Ábalos, fue... [suspira y hace una larga pausa] la peor, sin duda la peor desde que estoy en el Parlamento. Sí se notó esa tristeza. La desilusión. Te dices: bueno, estamos aquí trabajando, intentando sacar muchos proyectos adelante. Y aparece ese golpe. Es complicado pero también entiendo que es una legislatura lo que cuenta, un periodo de cuatro años llenos de retos y también de dificultades. Cuando aparecen es cuando uno tiene que crecer, sacar lo mejor de sí. Al final, las polémicas y los escándalos parecen ser la parte central de la política, como las encuestas. Pero la verdadera política no es esa, es intentar mejorar la vida de la gente.
¿Como veterinaria, cómo vivió el debate sobre la nueva Ley de Bienestar Animal aprobada en 2023?
Bueno, creo que se podía haber hecho un poquito más. Creo que se ha quedado algo pendiente. Los veterinarios dependemos de otros sectores y algunas cosas se quedaron fuera. Digamos que si como políticos no debemos permitir que haya ciudadanos de primera y de segunda, con los animales ha sucedido algo parecido. Pero ya habrá ocasiones de mejorarla. Pronto. Espero.
¿Las pequeñas poblaciones, comarcas como la Sierra, están abandonadas por las instituciones públicas al margen del partido político que las dirija?
La funcion principal de instituciones como la Diputación es que haya cohesión territorial. Que sirvan para compensar las pérdidas de los vecinos por vivir en municipios pequeños. Por eso no entiendo el cambio de criterio en el nuevo gobierno de la Diputación. Apuesta por las grandes ciudades cuando la ley dice que las diputaciones tiene sus competencias en municipios de menos de 20.000 habitantes, especialmente en los de menos de 5.000. Tienen que ayudarnos en funciones a las que nosotros, por limitación de presupuestos, de población, no podemos llegar.
Por poner un ejemplo, en aspectos tan importantes como el tratamiento de los residuos, la basura, en infraestructuras. Eso es competencia exclusiva de la Diputación Provincial y no entedemos que no se estén haciendo inversiones. El nuevo gobierno de Diputación está quitando planes de empleo, de cooperación local que utilizábamos, en uno de los casos, para contratar a estudiantes que han terminado sus carreras. Desde monitores de escuela infantil hasta psicólogos. Nos vemos bastante afectados por la eliminación de esos planes porque desde el Ayuntamiento tenemos recursos muy limitados cuando se trata de municipios pequeñitos. Vamos a seguir insistiendo en que se deben recuperar esos programas para los municipios pequeños, para que todos tengamos las mismas oportunidades, vivamos donde vivamos.
¿Culpa a la Diputación Provincial de ese abandono institucional de los pequeños pueblos?
Sin duda. La mitad de los 33 millones de euros que se han dispuesto en el inicio de la legislatura han ido básicamente a La Línea. Para el socio de gobierno en la Diputación que es La Línea 100%. Y la otra mitad para Jerez, para Algeciras... Grandes ciudades. Nuestro presupuesto municipal en El Gastor está en torno a los 1.800.000 euros. Una pequeña cantidad que te pueda aportar la Diputación, como con los planes de cooperación local, aunque sean mil euros, te ayudaba muchísimo. En la conservación, en adecentar calles,en la limpieza viaria, también para dar algo de experiencia a los jóvenes para que puedan tener también un empleo en el futuro. Nos sentimos abandonados y además sentimos la inoperancia, la falta de de actividad de la Diputación Provincial. Cuando el PSOE gobernaba en la Diputación, teníamos claro que todas las inversiones estaban dirigidas hacia el empleo, hacia la creación de oportunidades, a fijar a la población en un momento en que los municipios más pequeños tenemos grandes problemas.
¿Sigue la fuga de población en los municipios pequeños, como El Gastor, como los de la Sierra?
El reto demográfico está en que nacen poquísimos niños, poquísimos. Es verdad que en nuestro colegio, aquí, todavía no habíamos perdido líneas pero tememos que en un año, en dos, empecemos a perderlas.
"A partir de la crisis de 2008 tuvimos mucho abandono escolar. Muchos jóvenes se fueron a la construcción, a la Costa del Sol. Hubo una fuga de habitantes importante"
¿La dificultad está en la misma situación demográfica que en el resto de Andalucía, en la caída de la natalidad o hay una pérdida de población propia de la Sierra, como en la llamada España vaciada?
Aquí partimos de un momento que se produjo en la crisis inmobiliaria, la de 2008. Hubo mucho abandono escolar. Muchos jóvenes se fueron a la construcción, a la Costa del Sol. Ahí tuvimos una fuga importante de habitantes. Luego se apostó un poco por el turismo, por la formación para poder atraerlos, para compensar esa situación. Se dejó un poco de lado el sector primario pero hay que apostar por él. Y en eso estamos. Esta tarde [lunes 4 de marzo] vamos a presentar un curso agroalimentario, una escuela de emprendimiento. Queremos que nuestros jóvenes entiendan que el futuro está también en el sector primario. Ha sido siempre nuestra base. Por ejemplo, algo que hacía fijar la población en el territorio de El Gastor era el olivar de montaña. Creaba un vínculo con la tierra que se ha ido perdiendo porque se abandonaba el olivar. Durante años, desde la Unión Europea, con la derecha al frente, la política agraria era la rentabilidad, sin entender que hay que apostar por las singularidades en el campo andaluz. No es lo mismo un pequeño agricultor que uno mediano. Esa sensibilidad no se tiene. En el Congreso hay varios compañeros que venimos de municipios pequeños y entendemos esa sensibilidad. Si no la hay, se muere toda esa cultura.
Entonces debe compartir el malestar de los agricultores que llevan semanas de movilizaciones
Totalmente. Los comprendo perfectamente y tenemos que estar a su lado. Conocemos de primera mano su situación. Ya mencionaba el caso del olivar de montaña. Hemos perdido mucho desde el inicio de la reforma de la PAC. La gente no es consciente de que estamos a unos meses de unas elecciones europeas y al final quien gobierna en Europa es la derecha. Y es la que toma la iniciativa de las políticas. El Gobierno de España está haciendo una defensa importante del sector, centrado en el relevo generacional de las inversiones, en la modernización del campo. Pero les comprendo perfectamente. Y cuando se vota en contra de la Ley de Cadena Alimentaria se vota también en contra de los agricultores. Hay ciertos partidos que están en la incongruencia. Defienden por un lado una cosa y están votando otra. Hay que hacer una defensa a ultranza de que los pequeños y medianos agricultores que son los que tienen la gran problemática, no las grandes extensiones de terreno. Esas son los que llevan el mayor grueso de ayudas de la PAC.
¿Se siente usted portavoz de esos pequeños municipios, de esa cultura rural, antes en la Diputación y ahora en el Congreso de los Diputados?
Yo me siento con muchísima responsabilidad. Me siento con el compromiso de defender a la Sierra porque es un territorio con muchísimos problemas que tenemos que llevar al Congreso. Por ejemplo, la asistencia sanitaria.
"En estos municipios pequeños se acrecienta el problema de la atención sanitaria. Los médicos no quieren venir"
En los últimos meses, dos de cada tres intervenciones públicas suyas están dirigidas a los problemas de atención sanitaria en El Gastor, en la Sierra
En estos municipios se acrecienta todavía más el problema de atención sanitaria. Porque los médicos no quieren venir. Al final, se dejan llevar por las zonas más urbanas, por las ciudades grandes. Para venir a vivir a un pueblo tienes que ser de aquí, del territorio. O alguien a quien le guste mucho esta forma de vida. Al final eso se nota en el médico de atención primaria. Hasta hace unos dos años teníamos uno pero desgraciadamente también hay una fuga en ese sector. Falta ofrecerles empleo de más calidad, más estabilidad, en vez de contratos precarios por años. Eso lo hemos sentido en los pueblos de la Sierra. Hay mucha inestabilidad en las plantillas. Eso crea mucha inseguridad ciudadana. Los vecinos pierden un referente que teníamos antes: nuestro médico de cabecera, el de atención primaria. Y cuando digo El Gastor, digo Algodonales y otros muchos. Los pueblos pequeños lo sufrimos más.
¿Tan difícil es la situación?
Sucede algo llamativo: la atención sanitaria es mejor los fines de semana. El personal en ese turno es más estable y se da la circunstancia de que nuestros vecinos prefieren acudir los fines de semana a la atención primaria porque es cuando más seguros se sienten. Yo he trasladado que hay que incentivar al resto de médicos, en los días laborables. La única manera es incentivar económicamente a los médicos y sanitarios, dar facilidades. De eso se trata. Estoy preparando una proposición no de ley para trasladar al Congreso este asunto. Quiero llevar la voz de los municipios pequeños. Hay un problema generalizado.
"Queremos a un turista que se pueda involucrar en la vida del pueblo sin ser una amenaza para el día a día del vecino"
¿Qué papel tiene El Gastor en el crecimiento del turismo deportivo y de naturaleza en la Sierra de Cádiz?
Desde que llegamos al gobierno municipal, nuestra idea ha sido fomentar un turismo de sostenibilidad, que sea compatible con la vida de la gente, de los vecinos y vecinas. Porque al final los que nos tenemos que quedar aquí a vivir somos los vecinos. Si el turismo se convierte en una amenaza para el pueblo, va en contra de lo que quieres fomentar. Queríamos impulsar el senderismo, un turismo tranquilo, de alojamiento turístico. Queremos a un turista que se puede involucrar en la vida del pueblo sin ser una amenaza para su día a día. No hay subida de precios en los restaurantes ni molestias. Muchas veces se dice que El Gastor es un diamante en bruto. Pues prefiero que sea así. La gente lo conoce más por el boca a boca. Esa es la mayor promoción turística. Queremos un turismo de cultura y deporte. En los últimos 20 años, el crecimiento ha sido exponencial. Tenemos todos los fines de semana de lleno absoluto. Los restaurantes tienen sus reservas completas.