El arte de la turomaquia por encima de todo
Juan Romero Pérez, 77 años de edad, es posiblemente el fotógrafo taurino más veterano en muchos kilómetros a la redonda; suma, además, una gran afición por la fotografía cofrade. Es una persona habitual en el paisaje social de Jerez; lo habitual es ver a Juan Romero con su cámara colgada al cuello en cualquier momento del día. Es una vocación que comparte con el mundo de los toros. Su vida profesional no ha estado vinculada a los cosos taurinos. Empezó en el mundo de la construcción. A su jubilación se entregó por completo a la fotografía, siendo uno de los más estimados en este gremio no solo a escala local, también en muchos otros territorios donde la tauromaquia es fuerte. En 1894 dio su primer paso ‘profesional’ en Ronda con una foto que captó a Paco Ojeda. Desde ese momento, más de una década ha pasado en la que los toreros demandan sus instantáneas. Lo compagina con su gran apego a lo cofradiero. No se pierde ni una procesión, traslado o similar en la que su cámara pueda plasmar momentos exclusivos o cotidianos de la vida cofrade local o de más allá; ahora está planeando ir a Antequera por una procesión magna. Por cierto que está buscando transporte para poder ir.
Hasta 1984, las fotos las hacía para disfrutarlas personalmente o para regalarlas a los diestros. Pero ese año a Paco Ojeda, en Ronda, se le antojó una foto suya.
Era una corrida goyesca y la vio su representante que se la enseñó al torero sanluqueño. Fue la primera que vendí y desde ese momento llevo diez o doce años en la primera línea de fuego de la fotografía taurina.
¿Eran generosos los toreros al pagar las fotos?
No ponían problemas en el precio. Lo que pedías por un lote no te ponían pega. Los toreros siempre han sido muy atentos con los fotógrafos.
"La primera foto que vendí fue a Paco Ojeda"
¿Son pocos los que os dedicáis a día de hoy a la fotografía de eventos taurinos?
Todavía quedamos algunos como Agustín Arjona y otros que nos seguimos dedicando a este aspecto de la fotografía. En mi agenda me queda ahora la temporada de verano de El Puerto de Santa María.
Es obvio, por lo tanto, que ama el mundo de los toros.
Tengo una gran afición. Recuerdo que cuando era pequeño, mi hermano y yo, sacábamos un cartilla para el tendido 6 que una vez completada se adquiría el abono de la Feria de Jerez. En pocas palabras, pagando poco a poco. Ahora no tengo problemas con las empresas, al contrario te dan todas las facilidades, tal vez sea por la veteranía que acumulo en esto.
¿Hay que saber de toros para dedicarse a esto?
Hay entender un poquito. Lo importante es el ojo del fotógrafo. Hoy en día, las ráfagas con las cámaras digitales consigues grandes imágenes. El que ahora empieza, si pone interés, aprende.
¿De qué se siente más satisfecho en estos años de fotografía?
Me tengo que referir a Rafael de Paula, Curro Romero, José Tomás… fotografías que salían en la revista Aplausos Incluso he llegado publicar algunos de los pósteres como el dedicado a Ortega Cano, Morante de la Puebla… han sido tantas que ahora no recuerdo más.
¿Cuántas fotografías guarda en su archivo sobre el mundo taurino?
Pues la verdad es que no lo sé con seguridad; creo que tengo alrededor de un millón entre negativos y ahora digitales que son las más. Hay que guardarlas y ordenarlas bien.
¿Cuál es su mejor foto?
Fue reciente en 1999 de José Tomás por gaoneras -un lance delantero que se ejecuta con el capote a la espalda, sujeto por ambas manos- . Esa fotografía ha dado la vuelta la mundo tres o cuatro veces. Fue en una Feria de Sevilla; incluso el negativo de esa foto se ha quemado de tantas copias como tuve que sacar. Tengo cariño a otras fotos como las de Paco Ojeda en Ronda, en Sevilla. También de Fermín Bohorquez a caballo.
"Mi mejor foto es del 99; una de José Tomás que ha dado la vuelta al mundo"
¿Le ha tentado alguna vez la ‘prensa rosa’ por aquello de los famosos que acuden a las corridas o del entorno de los toreros?
Nunca me he metido en ese tipo de prensa. Me he dedicado a la taurina dentro de la plaza. Lo colateral no me interesaba antes ni ahora. Ese es un mundo ficticio.
¿Cómo está el mundo de los toros actualmente?
La pandemia ha afectado muy gravemente; eso no es fácil de recuperar. En pocas palabras ha sido una hecatombe.
Pero también corren tiempos muy contestados contra la Fiesta Nacional.
Los que piden la supresión de la Fiesta es que no tienen nada que hacer en la vida y se meten con los toros. Mañana se meterán con el flamenco, pasado lo harán contra otras cosas…La política no debe entrar en el mundo de los toros.
La prensa 'rosa' en lo taurino: "nunca le he prestado atención. Es un mundo ficticio"
Pero ha entrado.
Es así igual que en las hermandades que se han politizado. Ahora sale un hermano mayor y se dedica a promocionarse como tal. Está politizado y no tiene solución.
¿Ha habido alguna fotografía que le ha dado reparo sacar o publicar?
Las he hecho de cogidas o momentos malos pero no las he publicado. No me gusta la tragedia; me gusta el arte del torero. Una cogida de un torero nunca me ha gustado; siempre he elegido la fotografía de arte.
En la leyenda negra del periodismo taurino se ha tenido como un hecho de que el ‘sobre’ al fotógrafo o redactor era moneda común para que la crónica y fotos fueran siempre positivas.
Antiguamente había periodistas que se dedicaban exclusivamente a seguir a los toreros y al ‘sobre’. Eso siempre ha existido; no es nuevo. Pero siempre por voluntad de los toreros. Eso hoy ha desaparecido.
¿Qué le puede más el mundo cofrade o el taurino?
El taurino me puede muchísimo. Eso va por épocas. En Semana Santa lo que manda son las cofradías en la calle. No obstante, nunca pierdo la oportunidad, en Jerez y en cualquier sitio, de trabajar procesiones o eventos cofrades. Ahora estoy planeando ir a Antequera para una magna. Estoy buscando una empresa de transporte que programe viajes a esa ciudad.
Empezó en la década de los 70 del siglo pasado en este mundillo. Pasado los años, ¿cómo recuerda esos inicios y por qué se metió?
Siempre me han gustado los toros y venía a los tendidos como público desde donde hacía fotografías. Desde que entré en Aplausos, que me dio el ‘estrellato’, empecé a entrar en la primera línea de la fotografía taurina. Recuerdo al sevillano Paco Cano, fotógrafo y maestro en esto, con el que tuve mucha amistad y aprendí mucho de él.
¿El mejor torero de hoy?
José Tomás por su verticalidad pero también están Morante, Manzanares… con todos hay que quitarse del sombrero.