El futbolero de Buenos Aires que se enamoró de Jerez
Cumplirá 60 años en unos días. Padre de seis hijos. Ídolo en Chile, tras su paso por el Universidad Católica, e ídolo en San Lorenzo de Almagro, tras su paso por el club argentino. Es muy querido allá por donde pisa este argentino de la provincia de Buenos Aires, de San Fernando, enamorado del Prendimiento y del flamenco. Dos de los iconos de una ciudad a 9.600 kilómetros de distancia de la suya. La vida es azar sin importar la distancia en la que los caminos se cruzan. Y los caminos de Jerez y Néstor Pipo Gorosito se cruzaron en enero de 2010.
En aquel comienzo de década fue fichado de urgencia por el Xerez Club Deportivo para cambiar el paso de un equipo que naufragaba en su primera experiencia en la Primera División del fútbol español. Tras una primera vuelta aciaga, Gorosito se ganó al grupo y a la grada, y casi logra la hazaña de mantener al equipo en primera. Fue el noveno en suma de puntos en aquella segunda ronda. Pero no pudo ser. El milagro del efecto Gorosito se quedó en una gesta sin recompensa, aunque quedó para siempre en la memoria del fútbol español y de la ciudad que le acogió.
La historia que vino luego fue la de un club que no terminó de morir tras caer a las catacumbas del fútbol español y la de un nuevo Xerez, el DFC, creado por xerecistas y controlado por sus socios. Más de 20 años como futbolista profesional y más de dos décadas como entrenador, después de pasar por multitud de canchas y equipos, el Pipo no se olvida de Jerez y del Xerez.
Ha regresado estos días a la ciudad cinco años después de su última visita y lo primero que ha hecho nada más aterrizar ha sido visitar al Prendimiento, en Santiago, y, entre otras cosas, pedirle la unidad del xerecismo y que él pueda volver a entrenar a su Xerez.
En el estadio que le abrió la puerta de Europa como entrenador, el municipal de Chapín, el argentino ha recibido una camiseta del Xerez FC y acudirá este domingo al palco para ver in situ si asciende de forma virtual el Xerez CD si gana a mediodía al Gerena. Estará unos días en la ciudad y, por descontado, pisará el albero del Real de la Feria del Caballo.
Mi esposa me cargaba porque yo le decía que sentía como que había nacido acá, porque me gusta el flamenco, porque me gusta Manuel Carrasco, Alborán, India Martínez, El Barrio... Yo nací en Andalucía. Me siento identificado con la forma de pensar. Siento el fútbol como arte, también lo siento de esa forma. He tratado de jugar de esa forma.
La última vez que vine creo que fue en Zambombas, cuando le ganó River a Boca en la cancha del Real Madrid (final de la Copa Libertadores de 2018). Y antes, a ver al Prendimiento en 2016, cuando entrenaba al Almería.
Sí, ni bien vine me fui a Santiago a agradecer al Prendimiento. Soy devoto y tengo su imagen en casa; siempre estamos pidiéndole, desgraciadamente.
Sí, ni bien bajé del avión, los maleteros me saludaron y nos sacamos fotos con dos. Sí, para mí es una alegría enorme porque yo también tengo mucho cariño y es lindo. Nuestra profesión tiene muchas cosas feas, pero estas cosas reconfortan.
"A los seis años, en River, ya me sentía jugador de fútbol"
Yo comencé desde muy chico, desde los seis años en River, y yo ya desde ese momento me sentía que era jugador de fútbol. No tenía otra cosa en la cabeza que ser jugador de fútbol. Los profesores llamaban a mi mamá al colegio para decirle que no podía estar todo el día pensando en el fútbol, que tenía que estudiar... pero era mi vida y es mi en mi vida. Es una devoción muy grande la que le tengo al fútbol. Y yo he disfrutado tanto mi etapa de jugador, tanto, tanto, que no me quedan nostalgias; no soy de estar mirando vídeos y esas cosas.
He disfrutado tanto la vida de jugador que se ha secado. Aunque hablando así, sigo siendo jugador de fútbol, y juego al fútbol dos o tres veces por semana. Pero ser entrenador es el trabajo más parecido a ser jugador, aunque sea mucho más ingrato. Ser jugador depende de uno; en cambio, si vos sos entrenador dependes que lo los jugadores hagan lo que vos le indicas.
Sí, me pasó que el que maneja el club, con el cual yo tengo una amistad, me pidió que volviera a Tigre. Estaba en una situación económica muy mala y salimos campeones, que es como si con el Xerez hubiésemos ganado La Liga. Y me costó decirle que no. En un principio le dije que no, pero me dijo que por favor me necesitaban. Yo le dije todo lo que iba a pasar si no hacíamos las cosas que le pedía. Desgraciadamente no se pudieron hacer y Argentina es muy contundente. Nosotros en 33 o 35 días jugamos 11 partidos, y era muy difícil con un plantel en el que se habían ido 18 o 19 jugadores y vinieron 12 nuevos, los cuales casi todos no jugaban en sus equipos, eran suplentes o directamente ni se cambiaban para ir a la banca. Y es muy difícil de esa forma en poco tiempo.
"Esto (el fútbol) necesita siempre del grupo, del equipo, del dirigente, de los hinchas. Entre todos se sale campeón"
El éxito mayor mío es haber sido jugador de fútbol, porque muchas veces hay que tener la suerte de estar en el momento justo. He tenido la suerte como jugador de salir muchas veces campeón. Hemos ganado con River la Copa del Mundo de Clubes contra el Steaua de Bucarest; hemos ganado la Libertadores, que sería como ganar la Champions en Europa; pero siempre he tratado de jugar igual. Doy un ejemplo que es claro: si Messi no hubiese salido campeón del mundo, para mí siempre sería Messi. Él no hubiese jugado mejor de lo que juega si no hubiera sido campeón del mundo. Muchas veces hay que tener suerte de estar en grandes equipos, en el momento justo.
Pero sí, muy feliz de haber sido jugador de fútbol, extremadamente feliz y. Y como digo, he tenido suerte de haber salido 15 o 16 veces campeón y de salir campeón de la Copa América con Argentina. Pero este no es un juego individual, es siempre un juego de grupo. Es diferente al tenis o al boxeo, que son individuales. Esto necesita siempre del grupo, del equipo, del dirigente, de los hinchas. Entre todos se sale campeón.
Xerecismo dividido: "Tendrían que bajar los egos la gente que maneja y formar un club solo"
Sí, siempre. Siempre hay que pensar más que en el yo, en nosotros. Antes hablábamos un poquito fuera de micrófono: me resulta muy incómodo ver los dos escudos. Para mí es perjudicial para la ciudad, para el hincha. No puede ser que padre e hijo vayan uno a cada tribuna o que dos hermanos vayan cada uno a una tribuna. Tendrían que bajar los egos la gente que maneja y formar un club solo. No sé si con este escudo, o con este otro escudo, o fusionar un escudo con el otro, pero que ninguno se sienta que pierde, sino que sientan que benefician al hincha, porque de esta forma se perjudican los dos más que beneficiarse. Yo no tengo la verdad ni del fútbol, ni de la vida, pero para mí es sentido común. Si juega cada uno con 5.000 o 7.000 personas, tendría que estar Chapín lleno como estaba en la época que estuvimos nosotros, que fue impresionante, muy, muy bonito.
A nosotros nos perjudicó que en la primera rueda habían hecho siete puntos nada más. Muy pocos, y los más cerca estaban a 19 puntos.
Y bueno, tuvimos la suerte de ganar en Málaga; al Atlético de Madrid; le fuimos ganando hasta los últimos minutos al Bilbao; arrancamos ganando en Valencia; el primer tiempo con el Real Madrid fue 0 a 0 y erramos goles; con el Barcelona, en la cancha del mejor Barcelona de la historia, el Xerez se plantó y jugó de igual a igual... tuvimos 20 minutos del segundo tiempo que Guardiola tuvo que poner a Messi y a Piqué porque nosotros erramos muchos goles para empatar... Fue un grupo de jugadores extraordinarios como personas, comandado por Viqueira, Moreno, Momo, Chema, Míchel, Aythami, Redondo... Todos. Un grupo de hombres muy importantes, habíamos generado muy buena comunión con el grupo.
"(El descenso) nos causó mucho dolor porque teníamos la ilusión de poder salvarnos"
Desgraciadamente. Estuvo el partido Málaga-Real Madrid, que fue medio raro... y con mucho dolor. Con mucho dolor, porque teníamos la ilusión de poder salvarnos. Aun ganando contra Osasuna no nos hubiésemos salvado creo, pero hubiésemos hecho 30 puntos. Desde que nosotros llegamos y comenzamos a trabajar, hubiésemos terminado sextos en el torneo.
Principalmente trabajamos muy fuerte la parte física, porque estaban acostumbrados a trabajar de otra forma. Al principio causó un poco de fastidio en los jugadores porque empezamos a entrenar doble turno dos semanas. Estaban un poco enojados los jugadores porque entrenábamos casi todos los días doble turno, pero eso hizo que ellos se empezasen a sentir mucho mejor y, de a poquito, desde el partido con el Málaga que ganamos, tuvimos una racha de muy buenos resultados. Entonces eso hizo que ellos creyesen en nuestro mensaje. Calcula que estoy delante y son 25 jugadores, y yo tengo que evaluar con dos ojos y ellos tienen 50 si son 25 para evaluar a uno solo. Entonces, uno tiene que tratar de ser frontal, transparente, sincero, porque el jugador es muy perceptivo, porque lo que más desarrolla es la intuición, porque el juego es de intuición, de engaño, y ellos se dieron cuenta de que nosotros estábamos en la misma calle que ellos.
Todo es importante. Desde el conocimiento futbolístico, desde cómo es uno como persona, desde la parte psicológica... todo va de la mano y ninguna de las cosas se puede aislar, y hay que estar todos juntos, porque si no, los psicólogos serían todos entrenadores de fútbol y no se buscarían directores técnicos. Entonces, todo tiene que estar de la mano. Pero yo considero que la relación humana es muy, pero que muy importante, ser consecuente con el mensaje que uno da.
"Teníamos una forma de jugar que había causado cariño en la gente. En todas las aficiones habíamos caído simpáticos como club"
La identificación de los jugadores para con nosotros y el fervor que despertó en la gente de Jerez. Fuimos a Osasuna a jugar el partido final y la gente de Osasuna quería que ganásemos nosotros. Teníamos una forma de jugar que había causado cariño en la gente. No sé si la palabra es cariño, pero en todas las aficiones habíamos caído simpáticos como club.
Yo lo sentía y lo escuchaba. Mi sobrino es nacido en Argentina, pero por su papá es español. Vive en Valladolid y él me contaba que toda la gente estaba muy pero muy contenta. Se llama Diego Álvarez Gorosito, jugó en la selección española de rugby, y mi Diego me contaba todo lo que despertaba; y después, un montón de jugadores que yo conocía también me decían lo mismo.
Lo primero que hice recién llegué fue abrir la ventana de par en par y estaban unos chicos haciendo atletismo...
Sí, sí, los goles de Calvo, el gol que entró en el segundo palo tras centrar Francis... sí, sí, se me venía a la cabeza todo eso; muy lindo, sí.
Sí, sí... Aparte, voy a cumplir 60 y uno se pone más viejo, más nostálgico. Te pido disculpas por llegar un poco tarde, pero fui a ver donde vivía, me costó encontrar la calle y, a poco, fui encontrando todo.
Yo siempre al Prendimiento le pido que una a los dos equipos y que pueda venir acá otra vez a trabajar. Es el sueño mío.
Gracias a Dios fui jugador profesional 21 o 22 años, hace 22 años que soy entrenador, y me gusta el dinero como a todo el mundo, pero no ha pasado a ser una cosa primordial en mi vida. Entonces, me gustaría poder venir, vivir otra vez acá, trabajar acá y ganar para vivir. No estoy en una etapa en la que quiera ahorrar dinero con esto, pero tampoco es que vaya a venir por un montadito; pero por algo lógico, nos encantaría. Conmigo hay gente que trabaja desde que arrancamos, 22 años que estamos juntos, y no es normal tanto tiempo con los mismos ayudantes de campo...
Uf, sí. Te voy a mostrar una foto que le mandé a Jorge (Borelli) de la foto donde él vivía aquí, justo la encontré ahí en Vistahermosa.
Dios quiera que se puedan fusionar los dos, dejando los egos de lado, que ni en el que yo trabajé quiera que los otros vengan desnudos, ni los nuevos que el viejo venga desnudo, que traten de buscar soluciones y beneficio, no herirse ni lastimarse; lastimarse no conduce a nada. Es una lástima que la gente no pueda tener un club. No sé por qué, no sé quién está atrás de cada uno. Ni de un lado, ni del otro, no lo sé. Pero sería muy lindo para la ciudad y para el fútbol que se puedan fusionar, que puedan unirse, y de esa forma van a tener mucha más fuerza y vamos a poder competir de igual a igual con el Cádiz. Ese es nuestro rival, ese tiene que ser nuestro rival.
Nuestro adversario principal tiene que ser el Cádiz, no los dos Xerez. Uno tiene adversarios, no enemigos.
Seguro, mucho mejor para la provincia, quiere decir que están haciendo las cosas bien. Sería muy bueno que pueda llegar a Primera para competir con el Cádiz, como compite Sevilla con el Betis. Eso sería muy lindo.
Enfrentamientos entre aficionados: "El tema es que se pueden pelear y al rato se van a tomar una cerveza los dos juntos. Es una locura"
Mucho también. Uno va aprendiendo en forma constante de la vida. Yo siempre decía lo mismo: de chico, cuando nuestros padres nos retaban o nos decían algo, como que uno se la sabía todo. Y exactamente ahora, uno va acumulando una mochila de experiencia importante, aunque siempre hay cosas que sorprenden. La gente va cambiando en valores y y eso es lo más difícil de convivir. Yo soy un poco antiguo con mis hijos, con todo. Vengo de Austria, donde también son derechos los austriacos, y les decía que muchas veces nosotros vamos a cenar con mis hijos, con los más chicos, que uno tiene 17 y la nena 18, y por más que viene el camarero le dicen gracias... por más que sirvan. Y por ahí me dicen a mí: ¡qué bien! Pero es una cosa normal: pedir permiso, gracias, hasta luego. Para mí es la base de todo. Aunque uno sabe que hoy los chicos tienen otra vorágine que les hace ir mucho más rápido. Pero bueno, uno trata de de aprender diariamente, aunque sin apartarse de una línea de pensamiento.
No es bueno porque es perjudicial para todos. Si de esa manera fueran a ganar 20.000 socios más... No, no los va a ganar. Y el tema es que se pueden pelear y al rato se van a tomar una cerveza los dos juntos. Es una locura. Está bien que el fútbol es pasional, hay menos razonamiento que en otras cosas, pero en esto lo noto yo completamente ilógico. Seguramente, ha tenido errores el Xerez que yo dirigí y este Xerez también debe tener errores. Entonces, veamos cuáles son las virtudes y no sigamos ahondando en las diferencias.
Aceptar lo que se hizo mal y lo que vos haces bien. Intercambiar ideas y tratar de ir los dos juntos, sin ganadores, que se beneficie la gente, el fútbol y el deporte en Jerez. Sería extraordinario porque, de esta forma, estamos en la quinta o cuarta categoría y es una lástima. Como mínimo, deberíamos estar en Segunda División con este estadio precioso. Tenemos al Prendimiento en Santiago. Entonces, él nos va a empujar para llegar arriba.
Me dedicaron una sevillana (ríe).
Él es un poquito más feo (ríe)... pero tiene mucho arte.