Flamante nuevo presidente de las hermandades
José Manuel García Cordero Nene (Jerez, 1977) llegó hace unas semanas a la silla del Consejo de la Unión de Hermandades de Jerez, procedente de la hermandad de La Expiración, donde había sido hermano mayor. Nacido en San Benito, de familia le viene San Telmo, con responsabilidades desde que tenía unos 30 años en la Junta de Gobierno. Abre un nuevo tiempo tras la salida de Dionisio Díaz, que en sus dos últimas Semana Santas han sido las más raras en un siglo. Por trabajo, va de Barbate a Zahara, pasa por Conil... Por eso, en verano, de lo que tiene ganas es de tirar para Rota.
¿Llevaba mucho tiempo cavilando su entrada en la UHH?
Después de la Navidad 19-20, Dionisio dijo que no aguantaba, así que montamos el equipo, el proyecto, hasta que nos sorprendió la pandemia. Dionisio cumplió al final los cinco años de mandato. Es verdad que hasta dos meses antes de las elecciones no empezamos a visitar hermandades para explicar el proyecto. Lo peculiar en esta ocasión es que han sido tres candidatos, lo que ha generado un voto más dividido. Mi candidatura fue la más respaldada desde el principio, me quedé a dos votos de ganar con mayoría absoluta en la primera votación.
¿Cómo es un proceso electoral entre cirios?
El Consejo no es como una hermandad. Cuando te presentas para ser hermano mayor, como lo fui en el Cristo, tienes un proyecto para la rehabilitación, la formación de hermanos, para la bolsa caridad... El caso del Consejo es distinto, sabes que estás al servicio de las hermandades, ofreces otros condicionantes. Te mueves en otro modelo de gestión.
¿Qué significa para un barrio como San Telmo una hermandad? Entiendo que convergen personas de distinto estrato social.
Representa un abanico social muy amplio, de las afueras al centro, que antiguamente era la zona Sur, pero hoy es casi centro. Es como una catedral de la zona Sur, por tener un enclave alto, que se ve a lo lejos como un faro para San Telmo Nuevo y Viejo, El Chicle... Mantiene ese carácter social. Tenemos hermanos de muchos sitios, de muchos barrios de Jerez. Nunca he notado discriminación dentro ni hacia la hermandad. Dentro es como un pequeño pueblo, de mucha variedad. Se vive un ambiente muy bueno.
San Telmo, además, tiene esa tradición de las antiguas playas.
No estaría mal que la desembocadura del Guadalete cobrara vida de nuevo y tuviera esa playa la zona Sur. Tenemos una amplia historia marinera. La Armada Española es hermana honoraria y de entonces hay tres o cuatro marinos que son hermanos.
¿Qué le falta a la zona Sur?
Como a todo Jerez, más trabajo, más infraestructura comercial, para tener más riqueza y sobrevivir.
Mantienen una importante labor social.
La bolsa de caridad trabaja desde hace muchos años en la zona, trabajamos con el Hogar San Juan y Cáritas de Madre de Dios y San Rafael, acciones por las hermanas del Salvador... Por allí ha pasado gente que realmente necesitaba que se le echara un cable.
"Se discute donde hay mucha gente que tiene opiniones distintas, pero es como hacerlo con un hermano. Tardas dos días en hacer las paces"
El momento más festivo para las hermandades no es el verano, sino la Navidad.
Con la pandemia se ha perdido. Nosotros todos los años hacemos el pregón de la Navidad y nuestra Zambomba es una de las más antiguas realizada por una entidad de todo Jerez, 38 ediciones. La de la Peña Atlética es de aquellos 38 años. Ahora se ha extrapolado a todo.
Las hermandades tienen ese componente de convivencia más allá de lo religioso, es también pasarlo bien.
Somos muy serios en nuestros cultos internos, cumplimos con estricta seriedad, porque somos una hermandad de penitencia, no una romería. Pero es cierto que en el día a día es una relación de gente. Son convivencias en zambombas, en la Feria, y se pasan buenos ratos en el montaje en Cuaresma. No es rezar, rezar y rezar. Enfrentamientos hay en toda relación entre personas que pueden tener distintas formas de pensar. Discutir es como hacerlo con tu hermano, a los dos días se hacen las paces. Se disfruta mucho, a excepción de los actos de penitencia.
Otra realidad del verano es que muchas hermandades han hecho muchas procesiones, algo que ha sido criticado incluso entre algunos cofrades públicamente.
Las hermandades dan el pistoletazo en septiembre. Luego, cada hermandad tiene sus cultos. Siempre que esté justificado, hay que hacerlo, y además la Semana Santa genera mucha actividad económica en la ciudad, en los comercios, bares, restaurantes... En verano también se repasa el estado económico de la hermandad, se cierra el ciclo del año. Hay algún acto, pero normalmente el verano son meses inoperantes.
¿Cambiará la Carrera Oficial?
Nosotros en el proyecto no llevamos modificarla, pero estamos al servicio de las hermandades. Saldremos el año que viene y nos reuniremos. Ahora mismo no tenemos previsto ningún cambio.
¿Piensa en una procesión extraordinaria por el fin de la pandemia?
Tenemos esa inquietud, que además coincide con un nuevo obispo. Podría ser alguna procesión, o acto, al final de una pandemia, aunque íbamos viento en popa y nos encontramos con todo disparatado. Veremos dónde estamos más adelante.
Dígame un platito de verano.
El gazpacho.
Un lugar para perderse.
Rota.
Puesta de sol o ver amanecer.
Puesta de sol. En Rota, por supuesto.