Juan Pedro Cosano, 34 años en la abogacía, presume de haber estado presente en todos los grandes casos de la historia judicial de Jerez.
A estas alturas de la película reconoce que no sabe si es un abogado que escribe o un escritor que hace juicios. Juan Pedro Cosano Alarcón (Jerez, 1960) lleva 34 años poniéndose la toga, pero en los últimos tiempos ha sobresalido también por su faceta como escritor, aunque haga ya más de 30 años que escribiera su primera novela, ambientada en la Cádiz romana del siglo I. Casado y padre de dos hijos, fue con El abogado de pobres como se dio a conocer ante el gran público al ganar en 2014 el V premio literario Abogados de novela, el cuarto por importancia de cuantos se fallan en nuestro país. Y lo hizo casi de casualidad, por la insistencia de amigos y familiares a que lo presentara al concurso. A partir de ahí se le abrieron las puertas del grupo Planeta, con quien ha publicado también Llamé al cielo pero no me oyó, la segunda aventura de Pedro de Alemán, un letrado del Jerez del siglo XVIII, y ahora La fuente de oro (Espasa), una novela ambientada en el Jerez bodeguero de entre finales de los años 20 y primeros años 40 que narra la historia de amor prohibido entre un señorito jerezano y una muchacha de extracción humilde: Un Downton Abbey a la española, como así lo define la propia editorial.
Quedamos con Cosano en la sede de lavozdelsur.es, en calle Pozuelo, pero enseguida el abogado saca su faceta de escritor para indicarnos que hace tres siglos ésta vía se la conocía como Gloria, y que era aquí precisamente donde Pedro de Alemán, su personaje más célebre, tenía su despacho. Curiosidades de la vida. Desde Pozuelo cruzamos Letrados, que como su nombre indica era otra que en tiempos albergó a profesionales del Derecho y desembocamos en la Plaza de la Asunción, antigua de Escribanos, donde se instalaban los notarios de la época. La entrevista se produce en la recoleta plaza del Doctor Revueltas y Montiel, junto al impresionante retablo cerámico dedicado a la Virgen del Mayor Dolor.
¿Desde cuándo escribe?
Yo llevo toda la vida escribiendo. Tengo dos novelas auto publicadas, porque publicar en España es prácticamente imposible. Pero El abogado de pobres nace gracias a un caso judicial en 2013, después de que entrara en prisión un cliente amigo mío. Eso me afectó. También cuenta que soy un fumador empedernido. Llevo 35 años fumando y cuando pasa lo de este amigo me veo que no podía respirar y ya creía que era la epoc o algo peor. Fui al neumólogo, que me dijo que tenía los pulmones negros como el infierno, pero que aparte de eso estaba bien, que tenía el corazón como un niño chico, pero que lo que tenía era ansiedad y que necesitaba parar. Me metí en casa y en dos meses escribí El abogado de pobres.
Ahora presenta La fuente de oro.
La editorial me dijo que llevaban años queriendo que alguien escribiera una novela sobre el Jerez bodeguero de los años 30, que era una idea no de ellos, sino del marqués de Griñón, porque les cuenta que hay una novela impresionante en el Jerez de esa época y que había un personaje sobre el que querían que yo escribiera que era el Pantera. Yo digo que sí, pero que no la escribiría con base a ningún personaje real, que me inventaría una ficción.
"Siempre he dicho que la literatura jurídica debería estar penada con cárcel. Leerte una sentencia es un ejercicio de absoluto despropósito"
¿Qué encontramos en la novela?
Hay una trama de intriga, otra de amor, hay sexo, hay composición histórica del Jerez de la época, de Sevilla y Madrid y una recreación histórica que creo que es desconocida. Nos vamos a encontrar con un Jerez que muchos ni sospechan. Un Jerez glamuroso, un Jerez donde existían numerosos cabarets, casinos, restaurantes, donde había un hipódromo al nivel del de Madrid, un Jerez al que venía gente de Hollywood, de toda España, marajases de Asia, reyes de España y de Europa… Jerez era visita obligada para todo aquel que viniera a España. Un Jerez muy curioso en el que existía una rancia aristocracia que se remonta a los tiempos del rey Sabio y una alta burguesía conformada por jerezanos y descendientes de británicos, que eran los dueños de las bodegas. La novela se enmarca desde el año 29 hasta el 40. El escenario de la primera parte es la dictadura de Primo de Rivera y la ‘dictablanda’ del general Berenguer; la segunda parte es la República, la tercera es la Guerra Civil y la cuarta es la postguerra. Todos los cambios de la época, que tuvieron una gran importancia en Jerez, va a ser el leiv motiv de la novela. Todo lo que ocurre, esa historia de amor oscuro e imposible, va a estar condicionado por esos cambios políticos de entonces.¿Escribir le sirve para huir de esa literatura jurídica farragosa a la que se ve obligado por su profesión?
Yo siempre he dicho que la literatura jurídica debería estar penada con cárcel. Leerte una sentencia es un ejercicio de absoluto despropósito e incluso a mí me costó mucho huir del lenguaje jurídico. Cuando empecé a escribir me costaba cambiar ese lenguaje. Hoy día lo he conseguido. Y sí, escribir es el contrapunto del Derecho, donde no se permite la imaginación ni la fantasía, no hay ningún tipo de libertad, estamos encorsetados en artículos y leyes. En cambio la literatura te permite recrear lo que tú deseas, viajar a donde deseas e imbuirte en el tiempo donde deseas.
¿Esperaba este éxito de crítica y público?
Yo no esperaba ni haber publicado y mucho menos ganar el premio. Para mí era impensable que El abogado de pobres fuera considerada la novela del año.
Ayuda también el tener detrás una gran editorial como Planeta…
Vender sigue siendo difícil, sea Planeta o sea cual sea, y más para un autor desconocido, porque ahora es cuando estoy apareciendo en el mundillo literario. Antes cualquier novelista vendía 10.000 ejemplares y ahora es difícil llegar a los mil. Indudablemente tener detrás a la mayor editorial de España ayuda, pero no sólo eso, porque yo se que ellos apuestan por mí a todos los niveles y eso que llevo sólo dos años con ellos. A mí me han hecho firmar por 15 años y eso es excepcional.
¿Qué es lo que más le ha sorprendido del Jerez de hace 80 años durante su trabajo de documentación para escribir la novela?
Por ejemplo que los grandes bodegueros de Jerez fueron alertados del golpe de Estado antes de que se produjera. Y muchos se fueron a Gibraltar y una vez que Jerez fue tomada por los amotinados, regresaron. Otra anécdota: Los grandes financiadores del partido Acción Nacional, que fue un partido de derechas de Ángel Herrera, fueron los bodegueros de Jerez. También que todos los capitales de Jerez que estaban en los bancos se fueron a Inglaterra al llegar la República. Todas estas cosas te sorprenden, igual que la vida que había en el Jerez entonces: los cabarets del casco histórico, el cabaret Estambul de la calle Isla, el Kursaal de Peones, los cines, los teatros… La vida que había en Jerez era sorprendente.
¿Se ha vulgarizado entonces Jerez?
Jerez ha sido siempre una mezcla de glamour y de pueblo y yo creo que sigue existiendo esa mezcla, porque al tiempo que Jerez es muy plueblerino tiene cosas de gran ciudad, y sobre todo tiene una imagen que el paso del tiempo no ha logrado borrar. Tú vas a cualquier parte de España, dices que eres de Jerez y te responden con un ‘oohh’, como si Jerez fuera algo especial y único. Esa imagen de Jerez sigue existiendo a pesar de los problemas por los que estamos pasando. Jerez tiene un nombre de glamour, de ciudad de fantasía que trasciende nuestras fronteras.
Ahora está empezando a escribir Las monedas de los 24. Ha encontrado un filón con Pedro de Alemán…
Sí, es un personaje curioso. Ya hay miles de españoles que son fan de él. Incluso hay gente que me ha llamado para venir a Jerez y conocer los escenarios de El Abogado de pobres y se sorprenden al conocer que, por ejemplo, la plaza de la Asunción, salvo la pifia de este monumento -señala a la estatua dediada a la asunción de la Virgen-, estaba igual. Y te vas a San Miguel y es exactamente igual. Y espero que siga creciendo esa afición por Pedro de Alemán y que algún día, ojalá, llegue a ser una figura tipo Capitán Alatriste.
"Jerez tiene una imagen que el paso del tiempo no ha logrado borrar. Tú vas a cualquier parte de España, dices que eres de Jerez y te responden con un ‘oohh’, como si Jerez fuera algo especial y único"
Sin embargo, si Pedro de Alemán se pasara por el arrabal de San Mateo se daría chocazos…
Qué pena. Mientras que San Miguel se ha mantenido, si te pones a ver el casco histórico, que es el Jerez de San Lucas y San Mateo, con aquello se ha hecho un auténtico desbarajuste. Las intervenciones urbanísticas en tiempos de Pacheco en San Mateo y San Lucas fueron criminales. Hay palacios, como el de López de Carrizosa, donde se hicieron viviendas sociales y eso fue un crimen que ha impedido al mismo tiempo que se repueble el casco histórico. Jamás he enseñado a mis amistades más allá de la plaza del Mercado, con la pena que da ver el palacio de Riquelme. Intento que la gente que viene de fuera vea el Alcázar, que sigue siendo fantástico, la Catedral, La Asunción y la zona de San Miguel, que están bien conservados.
Si Pedro de Alemán viviera en 2016, ¿qué casos llevaría?
Seguiría luchando por una justicia que fuera realmente justa. La justicia es la aplicación de la ley, el problema es cuando la ley se interpreta injustamente y entonces se pervierte. Y además la justicia que es lenta deja de ser justicia. Pedro seguiría luchando por casos muy difíciles e intentando que la justicia fuera igual para todos, algo que tres siglos después no se ha conseguido.
A lo mejor tendría más trabajo que entonces, por la situación que vivimos ahora…
(Risas) Hoy día el abogado de pobres es el abogado de oficio. Ahora existen muchos más letrados que entonces, pero evidentemente creo que seguiría asistiendo a los más necesitados.
¿Cómo ve la realidad social de Jerez?
Muy complicada. El otro día me llamó un periodista de El País porque están haciendo un artículo sobre Jerez y le contaba las circunstancias que se han vivido en la ciudad en los últimos años y que han provocado lo que hoy tenemos. Aquellos años que Jerez perdió entre 2003 y 2007, que fueron años de bonanza económica y que por los problemas de pactos políticos y de imposibilidad de convivencia política se perdieron. Lo que pasó fue un cruce de denuncias políticas que al final han acabado como han acabado y con Jerez en la situación en la que nos encontramos, que además se remonta a los años 80 cuando las huelgas de la Vid, la afectación que eso tuvo en la monoindustria que existía en Jerez, la falta de una industria alternativa al cultivo de la vid que se ha perdido… Una serie de circunstancias que han acabado con lo que ahora tenemos, una ciudad con muchísimas dificultades económicas, con un gran problema de paro, una ciudad que sus enfrentamientos con la capitalidad de Cádiz le han privado de muchas cosas, llámese facultades, llámese centros administrativos y en definitiva una ciudad a la que se le ha privado de muchas cosas, una ciudad a la que nosotros mismos le hemos arrebatados muchas cosas y una ciudad con un futuro bastante delicado.
¿Qué futuro le ve a Jerez?
Hombre, los ayuntamientos nunca entran en concurso de acreedores, la ley lo impide, pero Jerez tiene que recibir una ayuda conjunta de los jerezanos y de los gobiernos locales, autonómicos y central para intentar dar una solución a lo que tenemos, que es un 40 por ciento de paro y un fracaso de los proyectos que han existido. En Jerez hemos barajado tantos proyectos de ciudad que no sabemos ni qué ciudad tenemos: Jerez ciudad del caballo, del motor, del flamenco, del turismo, incluso del chocolate con fábricas que recibieron subvenciones millonarias que luego desaparecieron… Los parques empresariales no han funcionado… La primera pregunta que habría que responder es la de qué queremos hacer con Jerez, y una vez que se responda trabajar conforme a esa respuesta.
Ya en El abogado de pobres se hablaba de corrupción. Esto no ha cambiado en España lamentablemente…
Donde haya un ser humano existirá corrupción, porque es consustancial a la persona, que es débil y susceptible de caer en tentaciones. Yo me he encontrado muchos procesos de la época contra concejales, contra ediles y gente que trabajaba en los ayuntamientos, desfalcos en las parroquias, curas acusados de llevarse dinero… Existía entonces y existe ahora y desde la noche de los tiempos, desde la antigua Roma. Pero también digo que es algo excepcional. Me decían el otro día que en España hay 1.900 políticos encausados, pero es que en España hay 200.000 políticos. El 99 por ciento es honrado y honesto y trabaja 18 horas al día 365 días al año y no se lleva un duro más allá de su sueldo. La corrupción existe, pero hay que contextualizarla, porque parece que hoy ser político es ser corrupto y no es así. Estamos haciendo de la política un oficio de alto riesgo y está pasando en Jerez, donde los técnicos no quieren firmar informes porque se pueden ver sometidos a procesos, donde se está provocando que la maquinaria política se ralentice y eso va en perjuicio del ciudadano. Hay que levantar la voz, aunque no sea políticamente correcto, en defensa de la dignidad del político.
"En Jerez hemos barajado tantos proyectos de ciudad que no sabemos ni qué ciudad tenemos"
Hablemos de su perfil de abogado, el más conocido. ¿Desde cuándo tuvo claro que se quería dedicar a esto?
Yo de chiquitito ya leía las novelas de Perry Mason (rie). Desde chico ya tuve la certeza de que quería ser abogado. En mi familia no había ninguno, yo soy el primero. Hoy día tengo un hermano abogado, un sobrino que va a serlo, mis hijos algún día acabarán Derecho… Pero yo sabía que quería ser abogado. Y la verdad es que me encanta mi oficio. Un juicio penal bonito lo disfruto más que un crucero. Yo termino Derecho con 21 años y enseguida me colegio y entro a trabajar. Tengo 55 años recién cumplidos y este año cumplo 34 de abogado y siempre digo que llevo más tiempo de abogado que de civil. Siempre quise ser abogado y sigo siendo feliz durante el ejercicio de la abogacía. He tenido la suerte además de llevar casos preciosos y puedo presumir de haber estado en todos los grandes temas de Jerez, algunos de la provincia e incluso de España. Yo he estado en toda la gran historia judicial de Jerez: Padre Coraje, el Indio, el hippie, el crimen del Poti-Poti… En todos esos juicios he tenido la suerte de estar en un bando o en otro y eso gratifica. He disfrutado mucho de la profesión y no me arrepiento de lo que he hecho, al contrario.¿Cree que se le ha llegado a identificar con alguna ideología por su pasado político?
Hoy día he conseguido pasar desapercibido en el buen sentido de la palabra. Antes mi intervención, por aquello de que en su momento fui político, de lo que tampoco me arrepiento, se me identificaba con una ideología. Yo llevé el tema del Xerez CD que acabó con Pedro Pacheco y yo sabía que si levantaba la cabeza recibiría pedradas de todas partes. Hoy día estoy en todos los temas pero se me ve como un técnico más que como una persona a la que se la pueda identificar con el asunto en el que trabaja. Y eso es gracias a diversificar la actuación. Yo igual defiendo a una persona de derechas que de izquierdas que de centro como a una persona que no tenga vinculaciones políticas. Me llevo perfectamente con la actual alcaldesa, defiendo a Pilar Sánchez, defiendo a María José García-Pelayo… Para mí ha sido uno de los mejores logros que he tenido en los últimos tiempos.
¿Por todo esto se considera un abogado mediático?
Yo creo que no hay abogados mediáticos, hay casos mediáticos. Como te digo he tenido la desdicha o la fortuna de haber estado en todos los casos mediáticos de la historia judicial de Jerez, la provincia o a nivel nacional, como el de los ERE o los Ruiz-Mateos. Y lógicamente los casos mediáticos crean jueces mediáticos, crean abogados mediáticos y crean imputados mediáticos. Es una carga o una dicha con la que tengo que vivir. Me llevo muy bien con los medios de comunicación, que saben hasta dónde puedo dar, se me respeta y convivo con esa, entre comillas, fama.
Ahora ha vuelto al primer plano de la actualidad el caso Holgado. ¿Qué recuerdos le trae?
El juicio del caso Holgado posiblemente haya sido el más bonito en el que yo haya trabajado nunca. No se me olvidará nunca aquel interrogatorio a Pedro Asencio, uno de los imputados en el caso, cuando le dije que el gitano con el que el había estado rulando en los últimos tiempos era el padre del fallecido. Es un caso que a mí me recordaba al de los grandes bufetes americanos. Durante un mes en el despacho nos dedicamos en exclusiva todos los abogados al caso Holgado. Nos llamaba un montón de gente dándonos pistas y datos, nos llamó la mujer de Pedro Asencio, tuvimos que montar un dispositivo desde Sanlúcar, donde vivía, para llevarla a la Audiencia sin que nadie se enterase, manejando investigaciones, pruebas… Ese fue el caso más apasionante que yo he vivido nunca: testigos protegidos, gente que venía a revelarnos cosas… Fue de película americana.
Que mal se hicieron las cosas…
Yo me acuerdo de ver por Onda Jerez la escena del crimen… A partir de ahí se perdieron un montón de pruebas que ahora se están estudiando. También es verdad que los métodos han avanzado mucho, pero aquello fue una investigación desastrosa. Además la Policía se centró en cuatro personas. Todos tuvimos siempre muchas dudas de que ellos fueran los responsables, yo entre ellos, y de hecho le dije al magistrado ponente de la sentencia, Manuel Grosso de la Herrán, que de haber sido él habría hecho lo mismo.
¿Eso fue lo que le echa en cara la familia?
No. Yo estuve hablando con Antonia Castro durante el último juicio de Pacheco. Ellos pagaron sus discrepancias matrimoniales conmigo, porque además me acusaban de haberme quedado con el dinero de la película, cuando Antena 3 les pagó directamente a ellos. A mí nunca me pagaron, yo les reclamé judicialmente la minuta, que no pude cobrarla porque no tienen bienes… Ellos pagaron en mí su problema matrimonial y Antonia Castro me lo reconocía el otro día. Con Paco Holgado no he podido restablecer relaciones y me da mucha pena, porque yo hice muchísimo desde el punto de vista personal por esa familia. Yo he sido más que un abogado para ellos. Pero bueno, esta vida es como es y hay que asumirlo.
¿Se sabrá quiénes son los culpables con los últimos avances en el caso?
El caso ha prescrito.
Es que esa es la gran duda que tiene todo el mundo…
No hay dudas. Absolutamente ha prescrito.
¿Qué sentido tiene entonces seguir investigando?
Políticamente interesa darle una solución al caso aunque sea a nivel de conocimiento, pero es imposible juzgar a nadie por este caso puesto que está prescrito. El delito prescribe a los 20 años, el plazo de cómputo de la prescripción es claro, el día de los hechos, y hasta que no se dirija imputación concreta contra alguien no se interrumpe la prescripción. Han pasado 20 años sin ninguna imputación concreta y el caso ha prescrito y nadie puede tener ninguna duda.
"El caso Holgado fue el más apasionante que yo he vivido nunca: testigos protegidos, gente que venía a revelarnos cosas… Fue de película americana"
Mencionaba antes su etapa política. ¿Cómo la recuerda?
A mí me llaman en octubre del 90 Miguel Arias, Aurelio Romero, Álvaro Molina y José Luis Cobeñas. Quedamos a comer en 'La Tasca' y me dicen que quieren que yo me presente como candidato a la Alcaldía. Yo por entonces tenía 29 años y venía de una etapa profesional y vital en la que lo había conseguido todo. Yo fui el pregonero más joven de la Semana Santa de Jerez y tenía un despacho de abogados que a pesar de mi juventud ya era famoso. En lo que hacía triunfaba y coño, era un reto. Mi hijo había recién nacido y me acuerdo que fui a mi padre a preguntarle que qué le parecía, y me dijo que era gilipollas. Pero acepté, y acepté pensando que iba a tener unos resultados excepcionales, porque en todo lo que había hecho hasta entonces había triunfado. Y los resultados fueron catastróficos. Y eso me hizo aprender una barbaridad de la vida y de las cosas.
¿Tan convencido estaba de que iba a ganar esas elecciones?
Es que yo lo que había tocado lo había convertido en oro hasta entonces, pero fue un fracaso de cojones. Pero fue la mejor lección que me han dado en la vida. Yo siempre tuve claro que la política sería algo temporal, de hecho nunca abandoné el despacho. Yo le dedicaba a la política las horas del mediodía, de 1 a 3. Ni comía, sólo dos manzanas, y recuerdo que me hicieron incluso una foto en el periódico con las manzanas. Bernardo Villar y yo hicimos un trabajo de oposición de cojones. Conocí a mucha gente, hice muchos amigos y también mucha gente me odió. Me fui de la política en enero del 98, el día después de matar ETA a Alberto Jiménez Becerril y a su mujer Ascensión en Sevilla. De hecho yo recuerdo que Pacheco me preguntó si quería posponer mi cese para que no se vinculara una cosa con la otra, porque yo cesaba en el pleno del día posterior al asesinato y dije que no, porque ya lo había anunciado un mes antes. Dejé la política y tuve la satisfacción de que después como abogado defendí a gente del PP, a Antonio Fernández, a Blanca Alcántara, a gente del PA… Es cierto que hice muchos enemigos, sobre todo por mi juventud, porque era muy visceral, pero también fui muy querido por mucha gente e hice muchos amigos a los que todavía mantengo de la política. Esa etapa fue la mejor universidad para mí.
En esas elecciones quiso derrocar al por entonces todopoderoso Pacheco. Las vueltas que da la vida…
Efectivamente. Pacheco y yo fuimos grandes enemigos, pero hoy raro es el día que no me acuerde de él. Fuimos grandes enemigos en lo político y lo personal, pero me da mucha pena por lo que está pasando. De hecho, una de las mayores alegrías que me han dado en los últimos tiempos fue el día que me quitaron del juicio de la estación de autobuses, porque no quería ser responsable otra vez de una pena de prisión para Pedro Pacheco. Nos enfrentamos en muchísimos casos, como el de Sherryworld, que lo tuve quince días en Granada sentado en el banquillo, el del Xerez Deportivo, que fue un poco el motivo de su decadencia… Al final tuvimos que encontrarnos en el juicio de los asesores. Ahí el Ayuntamiento me nombró como acusación y tuve que hacer mi trabajo. Lo hice, fue condenado, pero me da muchísima pena por lo que está pasando Pedro Pacheco. Raro es el día que no me acuerde de él, y lo digo a corazón abierto.
¿Es de los que piensa que debería haber dejado a tiempo la política?
Él en 2003 tuvo que haber dejado la política. Llevaba ya 24 años de alcalde, tenía una edad, su proyecto político ya no tenía sentido, porque el andalucismo que predicaba estaba muerto, y el podía haber acabado dignamente. Pedro creo que es hoy día uno de los que mejor conoce el derecho urbanístico, él es abogado y se podría haber dedicado al Derecho y podría haber vivido tranquilamente. Pero es un bicho político y yo sé que hubo amigos que se lo recomendaron, pero no hizo caso y al final provocó el pacto de 2003. No se me olvida que aquella noche me acosté con el pacto PP-PSOE hecho y cuando me levanté lo hice con el de PP-Pacheco. Aquello fue demencial. La convivencia política era imposible y ahora se está pagando un precio muy caro por esa equivocación, él y Jerez, porque ese pacto fue catastrófico y de ese pacto nacen todas las aventuras judiciales. El juego de denuncias recíprocas nace entre 2003 y 2007, años que se pierden para Jerez, porque la convivencia era imposible y aquí tenemos la realidad de lo que entonces pasó: dos alcaldes en la cárcel, una tercera procesada y la cuarta sin poder hacer nada porque tiene pánico atroz a lo que le pueda pasar.
"Una de las mayores alegrías que me han dado en los últimos tiempos fue el día que me quitaron del juicio de la estación de autobuses, porque no quería ser responsable otra vez de una pena de prisión para Pedro Pacheco"
Pero que a Pacheco le condenaran a cuatro años por enchufar a dos amigos, ¿no es exagerado?
Una barbaridad. La ley es la que es y hay que cumplirla aunque no sea justa, porque yo creo que la pena con que se castiga en España al delito de malversación es exagerada. Igualar el delito de malversación con una violación me parece que son dos ámbitos de actuación totalmente diferentes, pero la ley es la que es y no solamente es la que es, es que se tiende a penarla aún más todavía y por tanto hay que jugar en ese ámbito. Y es muy difícil, porque además no se está respetando un principio esencial del Derecho, que es el principio de intervención mínima. El derecho penal debe intervenir solamente en aquellos casos en los que otra rama del Derecho no le pueda dar solución. Mire usted, para anular una subvención que se dice que se ha dado de manera irregular, caso Pilar Sánchez, no tenía por qué entrar el derecho penal cuando se puede anular desde el punto de vista administrativo. En cambio hoy todo en día se criminaliza, todo es delito y así estamos…
¿Lo de Pilar lo siente un poco como fracaso profesional?
Mi actuación profesional en este juicio creo que ha sido de mis mejores. Todo el mundo cuando acabó el juicio, incluida la acusación, estaba convencido de la absolución de los implicados. Al final los jueces son soberanos y las decisiones hay que acatarlas, no queda otra, aunque yo sigo pensando que ahí no había ninguna prueba que justificase una condena para Pilar. En España el recurso de apelación para sentencia de Audiencia no existe, está el de casación, que es un recurso muy limitado en el que no se puede revisar la actuación de la sala sentenciadora. El sistema penal español incumple incluso las cartas europeas en cuanto al derecho a la doble instancia, a que un juez revise íntegramente la decisión del juez inferior, y tenemos que aceptar lo que la justicia ha decretado, por mucho que me muera pensando que la sentencia es manifiestamente injusta.
Aun así, da la sensación que esto no le llega al ciudadano de a pie. Se lee y se oye que devuelva lo que ha robado…
Efectivamente. ¿Es que cómo le explicas eso a ignorantes? La gente habla desde la ignorancia más supina y la gente aquí se permite hablar de lo divino y lo humano a través de los foros de los medios y de Internet. ¿De qué están hablando? Hoy en día lo que se lleva es maltratar al político y llegaremos al punto de quemarlos en las plazas públicas como se hacía antiguamente en los autos de fe. Me parece un disparate. Hay que contextualizar las actuaciones, porque lo de Pilar Sánchez no merecía ni siquiera la intervención de la jurisdicción penal. Si la subvención era irregular se anula y punto y se devuelve la subvención, pero es que tampoco hubo subvención, porque lo que hubo fue la disminución de un precio de un solar cuando estaban todos los ayuntamientos de España regalando suelo. A pesar de eso, ahí está.
Entonces, da la sensación como si se hubiera querido ejemplarizar con Jerez.
No entiendo que se haya querido usar a Jerez como conejillo de indias.
¿Pero tan mal se han hecho las cosas en este Ayuntamiento para que haya dos exalcaldes en prisión?
Yo pregunto. Cómo se puede entender que Pilar Sánchez fuera condenada por el Plan E y a José Antonio Barroso (ex alcalde de Puerto Real –IU-) se le haya archivado una actuación exactamente igual hace una semana. Cómo se puede entender que la Audiencia Provincial de Jaén le haya archivado al alcalde un asunto exactamente igual que el del Plan E y ese sobreseimiento es firme y Pilar fuera condenada por prevaricación. ¿Cómo se puede entender? No se puede, pero la justicia es la que es y está interpretada por seres humanos, y por eso se pueden equivocar. El problema es que tú sabes cómo entras en un juzgado, pero no cómo sales, y entrar en un juzgado es someterte a la potestad de un señor que va a decir si esto es blanco o es negro y hay que asumir ese veredicto. El problema está en llevar cosas al juzgado que no se deberían de haber llevado.
"Hoy en día lo que se lleva es maltratar al político y llegaremos al punto de quemarlos en las plazas públicas como se hacía antiguamente en los autos de fe"
En el plano personal, habiendo relación de amistad con Pilar, ¿cómo lo lleva?
Mal. Es un palo gordo. Cuando me entero de la sentencia del Supremo, que además me entero por la prensa, me entran ganas de meterme debajo de la cama y no salir. Lo pasas mal. Pero al final los abogados tenemos que tener la capacidad de superar estas situaciones. Es una herida que te hacen, pero cicatriza pronto, porque si tuvieras que llevar todas las heridas abiertas de los clientes a los que has perdido un asunto estarías muerto.
¿Cómo ve lo de Pelayo y la Gürtel?
Yo confío en que el Supremo archive la causa.
¿Qué le parecen las declaraciones de Antonio Saldaña criticando al juez De la Mata?
Yo solo puedo decir que el señor De la Mata trabajó con el PSOE, fue director general con el PSOE y que por menos dos magistrados de la Audiencia Nacional han sido recusados para juzgar a Bárcenas. Yo entiendo que un juez que entra en política no puede volver a la judicatura porque no es que pierda la objetividad, pero sí la sensación de objetividad que los ciudadanos deben tener con respecto a un juez. Si un juez opta por entrar en política no puede volver a la judicatura.
¿Los jueces no pueden tener ideología?
Toda persona tiene ideología y debe tenerla, lo que no puede es significarse. El juez debe ser como la mujer del César, no sólo ser honrado sino parecerlo, y tú cuando te significas políticamente has perdido la capacidad de ser imparcial, o al menos la gente percibe esa pérdida. Por tanto, un juez que entra en política no puede volver a ser juez, así de claro, y yo creo que llegaremos a eso.
¿Tiene ganas de dejar de lado la abogacía y centrarse más en escribir?
Tengo ganas de levantar el pie del acelerador. A finales de febrero entro en sala y ya no salgo hasta finales de junio por una macro causa y eso tiene un coste en salud, en tiempo, en familia... Es un trabajo duro. Me moriré con la toga puesta, indudablemente, pero me gustaría parar un poco. Tengo mucha gente en el despacho, me gustaría delegar más y tener más tiempo.
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