Costa Esuri, la urbanización que soñó con ser "ciudad" y se quedó en "pueblo fantasma"

Martinsa-Fadesa la diseñó como una nueva ciudad a orillas del Guadiana, en la localidad onubense de Ayamonte. Más de 20 años después la situación harta a sus 3.000 vecinos

Costa Esuri, la urbanización "fantasma"

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Corría el año 2003. Fadesa presentaba en sociedad un proyecto megalómano al calor de la explosión inmobiliaria. Con el beneplácito de la Junta de Andalucía y Ayuntamiento de Ayamonte, entonces gobernadas ambas administraciones por el PSOE, se comenzaba a levantar en unos terrenos de alto valor ecológico Costa Esuri, “la nueva Ayamonte”, como se denominó como declaración de intenciones, y que pretendía albergar a más de 16.000 vecinos en sus más de 6.000 viviendas, además de contar con dos campos de golf, varios centros comerciales y hasta una marina en plena desembocadura del Guadiana. En este pueblo onubense, en 2007, se construían el 40% de todas las viviendas de la provincia de Huelva, la mayoría entre Isla Canela, Isla del Moral y Costa Esuri. 

Más de dos décadas después, en la urbanización Costa Esuri, los vecinos viven una situación límite, marcada por la desesperanza y la frustración. Otrora un proyecto prometedor, liderado por la empresa Martinsa-Fadesa, se ha convertido en un ejemplo paradigmático del abandono institucional y la desidia administrativa. La empresa, que se declaró en proceso de liquidación en 2015 tras acumular una deuda de 7.000 millones de euros, dejó atrás una comunidad incompleta, con infraestructuras a medio construir y un gran número de promesas incumplidas.

De los 16.000 vecinos que pretendía atraer, hoy alberga a unos 3.000 empadronados, la mitad de origen europeo, siendo los británicos la colonia más numerosa. Ángel Cuevas, vicepresidente de la Entidad Urbanística de Conservación (EUC) de Costa Esuri, expresa su profunda frustración al relatar cómo la urbanización ha sido desatendida por las autoridades locales: “Nos prometieron una nueva Ayamonte, una ciudad moderna y bien planificada, pero lo que tenemos es un pueblo fantasma lleno de ruinas peligrosas”, lamenta. 

Ángel Cuevas, delante de bloques sin terminar.  MAURI BUHIGAS

La situación del enclave es preocupante, con promociones incompletas sin vallado y en ruina que representan no solo un peligro físico, sino también un símbolo constante del fracaso y el abandono tras la explosión de la burbuja inmobiliaria de aquella España de principios de siglo. Lo ya construido está en un estado de conservación envidiable, “donde disfrutamos todos y cada uno de los días que pasamos aquí”, afirma un vecino británico del lugar. Pero nada se regala aquí: si La Colina, La Jara, Marina Esuri o Las Encinas son lugares ideales para vivir es gracias al empeño de los propietarios y sus comunidades. Comprar aquí es barato y se están haciendo varias promociones exclusivas que vuelven a darle vida a un proyecto mastodóntico que quedó a medio concluir. El problema radica en el conjunto, y no en las partes. 

La quiebra de Martinsa-Fadesa, el comienzo del declive

El colapso de Martinsa-Fadesa fue un golpe devastador para Costa Esuri. Así se ve paseando por sus calles y entre maleza que albergaran, no hace mucho, birdies para jugar al golf. La insolvencia de la empresa dejó a la urbanización sin los recursos necesarios para completar las infraestructuras y servicios básicos que se habían prometido. Cuevas recuerda cómo el sueño de una nueva comunidad se desmoronó rápidamente: “Había planes para todo: calles, parques, áreas comerciales. Pero nada de eso se materializó, y ahora estamos atrapados en una pesadilla”.

Uno de los aspectos que más preocupa a la EUC son las construcciones abandonadas. Con la bancarrota de la empresa española, muchas edificaciones quedaron a medio construir, y otras, aunque prácticamente finalizadas, no han recibido el mantenimiento necesario, lo que las ha dejado en estado ruinoso. Cuevas advierte que “es solo cuestión de tiempo antes de que ocurra una tragedia. Hay edificios que están a punto de derrumbarse y nadie hace nada al respecto”, lamenta. Postura que corrobora la presidenta de la asociación de vecinos de Costa Esuri, Nieves Gómez.

El peligro no se limita a los bloques abandonados. Piscinas vandalizadas, arquetas levantadas y hasta un polideportivo que sirve de botellódromo con una antena 5G ilegal. La falta de mantenimiento en las áreas comunes, como parques, fuentes o calles, también ha creado situaciones peligrosas, especialmente para los niños y ancianos que viven en la urbanización. "No hay un lugar seguro para que los niños jueguen. Los parques están deteriorados, y las aceras están llenas de baches y grietas. Es un desastre", lamenta Cuevas.

Además, según Cuevas, la Policía Local rara vez patrulla la zona, lo que deja a los residentes vulnerables a actos de vandalismo, fiestas con decenas de personas hasta altas horas de la madrugada y ocupaciones ilegales. "Estamos a nuestra suerte. No hay presencia policial, y los delincuentes lo saben. Se están aprovechando de nuestra situación", indica.

Vista de Costa Esuri.   MAURI BUHIGAS

Años de promesas incumplidas

La gestión de Ayamonte, bajo el liderazgo del alcalde Alberto Fernández (PP), ha sido fuertemente criticada por los residentes de Costa Esuri. Según Cuevas, quien además es vocal de la citada asociación de vecinos, el Consistorio “ha fallado en cumplir con sus responsabilidades básicas, dejando a la urbanización en una situación de abandono”, indica. Además, añade que “nos reunimos con el alcalde antes de las elecciones de mayo de 2023 y nos prometió que resolvería nuestros problemas. Dos años después, no ha cambiado nada. Estamos en el mismo punto”, señala.

Un 'esqueleto' de viviendas, en Costa Esuri.   MAURI BUHIGAS

Una de las principales críticas que se hacen al Ayuntamiento es la no ejecución de los avales depositados por Martinsa-Fadesa en el Banco de España tras su liquidación en 2017. Estos avales, que, en palabras del tesorero, Paul Kelly, suman alrededor de cinco millones de euros, fueron destinados originalmente a asegurar la finalización de las infraestructuras de Costa Esuri. Sin embargo, hasta el momento, estos fondos no han sido ejecutados. “Es inaceptable que el dinero esté ahí y que no se use. Es dinero que podría transformar este enclave, un lugar único para vivir, pero las autoridades parecen no tener ningún interés en ejecutarlo”, declara Cuevas. El alcalde Alberto Fernández ha sido duramente criticado por su falta de respuesta ante este problema. "Nos reunimos con él varias veces, y siempre nos decía que estaba trabajando en ello, pero nunca vimos resultados. Es como si estuviera jugando con nuestro futuro", afirma Cuevas.

Además, la falta de recepción oficial de la urbanización por parte del Ayuntamiento ha dejado a Costa Esuri en un limbo administrativo. Sin la recepción formal, la urbanización no puede acceder a servicios municipales esenciales, como el mantenimiento de infraestructuras y la seguridad. Esta situación hace que la EUC asuma el coste anual de dicho mantenimiento, con unos gastos que superan los 600.000 euros, abonados por unos 4.000 propietarios. Cuevas describe esta situación como un círculo vicioso: “Pagamos impuestos, pero no recibimos ningún servicio a cambio. Es como si el Ayuntamiento nos hubiera dado la espalda por completo”, lamenta. lavozdelsur.es ha contactado con el Consistorio ayamontino, pero no ha recibido respuesta a las preguntas de este medio para que arrojara luz a esta problemática que padecen los vecinos de Costa Esuri.

La figura de la Entidad Urbanística de Conservación (EUC)

Ante la inacción del Ayuntamiento, la EUC Costa Esuri ha intentado llenar el vacío gestionando los servicios básicos que el Ayuntamiento ha dejado de lado. Esta figura legal, formada por los propietarios de la urbanización, se encarga del mantenimiento de las calles, parques y áreas comunes. Sin embargo, su capacidad es limitada debido a la falta de apoyo institucional y los escasos recursos con los que cuentan.

Interior de una vivienda, destrozado. MAURI BUHIGAS

“El presupuesto es de casi un millón de euros al año, pero la mayoría de ese dinero se destina al mantenimiento básico, lo que deja poco margen para abordar problemas más graves”, explica Cuevas. A pesar de sus esfuerzos, se han enfrentado desde que fuera gestionada por los propietarios —y no por Martinsa-Fadesa— en 2017 a una serie de obstáculos, incluyendo una gestión opaca y una falta de transparencia heredada de la administración anterior. Tanto Ángel Cuevas como el resto de la EUC tomaron posesión en mayo de este 2024 y han tenido que lidiar “con una situación en la que ni siquiera sabíamos qué vecinos habían pagado sus cuotas. Estamos intentando poner orden, pero no es fácil”.

A esto se une que la gestión de la misma ha sido complicada, teniendo que operar bajo una maraña de problemas administrativos y financieros que dificultan su funcionamiento. “Recibimos ingresos en cuenta sin saber de dónde viene ni a qué corresponde. Paul Kelly, el tesorero, tiene que hacer malabares”, comenta. La falta de transparencia y la opacidad en la gestión de los fondos de épocas pasadas ha generado desconfianza entre los vecinos, quienes exigen una mayor rendición de cuentas. “Ahora parece que vamos ganando en unión”, resalta.

¿Hacia una Costa Esuri independiente?

La frustración de los vecinos de Costa Esuri ha llegado a un punto en el que la idea de independizarse de Ayamonte ha comenzado a surgir de muchos vecinos indignados, sobre todo en redes sociales.“No es una idea nueva, es difícil, pero la inacción del Ayuntamiento nos está empujando hacia esa dirección. Si no quieren ayudarnos, tendremos que buscar nuestras propias soluciones”, declara Cuevas.

La independencia de Costa Esuri no sería un proceso sencillo, y muchos residentes son conscientes de los desafíos que esto conllevaría. Sin embargo, la desesperación ha llevado a que esta opción se contemple con mayor seriedad. “Sabemos que no es fácil, pero estamos cansados de esperar. No podemos seguir siendo ignorados. Y el Ayuntamiento se equivoca dejándonos a un lado”, añade.

Ángel Cuevas, vicepresidente de la Entidad Urbanística de Conservación (EUC) de Costa Esuri.  MAURI BUHIGAS

Asimismo, una vez tomen el control de la EUC, la actual junta no descarta tomar medidas legales como último recurso contra el Ayuntamiento de Ayamonte. Cuevas menciona que el nuevo consejo rector de la EUC está evaluando la posibilidad de llevar el asunto a los tribunales, porque “hemos esperado a ver si alguna promesa de Alberto Fernández se cumplía, pero nuestra paciencia tiene un límite. Si el Ayuntamiento sigue ignorándonos, no nos quedará otra opción que recurrir a la vía judicial", advierte.

Esta posible judicialización del conflicto representaría un paso importante, a la vez que delicado. No es una decisión que los vecinos quieran tomar a la ligera, pero la falta de soluciones por parte del Ayuntamiento podría dejarles sin alternativas. “Ir a los tribunales es un proceso largo y costoso, pero estamos dispuestos a hacerlo si es necesario. No podemos seguir así indefinidamente”, afirma Cuevas. La posibilidad de un litigio refleja el nivel de desesperación y agotamiento que sienten los residentes, quienes ven esta medida como su última esperanza para lograr una solución.

La EUC, bajo la dirección de su nuevo consejo rector, está trabajando arduamente para encontrar soluciones y mejorar la transparencia en la gestión de los recursos. "Estamos comprometidos con nuestros vecinos. Sabemos que la situación es complicada, pero no vamos a dejar que se deteriore aún más sin hacer todo lo que esté en nuestra mano", afirma Cuevas.

Los próximos meses serán cruciales para el futuro de Costa Esuri. Si el Ayuntamiento sigue sin cumplir con sus responsabilidades, la comunidad podría verse obligada a tomar medidas más drásticas, ya sea a través de una agrupación de electores que aglutine el voto de los casi tres mil censados en 2027 o las citadas acciones legales. "Estamos preparados para lo que sea necesario. No vamos a permitir que nuestra comunidad siga siendo ignorada. El 24 de junio le enviamos una carta al alcalde, Alberto Fernández, y todavía no nos han respondido. Sabemos que no somos los únicos. Hay muchas otras urbanizaciones en España y en Ayamonte que están pasando por lo mismo, y es hora de que nos unamos y luchemos juntos por nuestros derechos”, concluye Ángel Cuevas.

El abandono afecta a la perla de Pryconsa: Isla Canela

Con una deuda de casi 40 millones de euros, el Ayuntamiento de Ayamonte ha afrontado, un verano más, la temporada estival con numerosos problemas de logística y mantenimiento. A la situación extrema de Costa Esuri se une, también, la zona turística a orillas del Atlántico: Isla Canela y la Isla del Moral. Numerosos vecinos que tienen segunda residencia en esta zona junto a Punta del Moral, y que fue desarrollada por la inmobiliaria Pryconsa -quienes siguen construyendo con éxito en la zona- a principios del siglo XXI, se están movilizando tras contemplar el estado de “abandono y falta de mantenimiento de este paraíso. Vemos basura, zonas verdes secas y abandonadas, ausencia de controles policiales, las tablas de los accesos a la playa peligrosamente deterioradas o parques infantiles destruidos”, como afirma Lisa Bovio, con quien ha hablado lavozdelsur.es.

Pavimento en mal estado y rotonda seca en Isla Canela. MAURI BUHIGAS

Con más de 500 firmas en apenas cinco días, Bovio ha recabado el apoyo de numerosos residenciales de esta zona (Playagrande, La Marina, El Espigón, El Faro, etc.). “El estado actual de abandono y desidia es realmente alarmante. Queremos una Punta del Moral limpia, segura y bien mantenida durante todo el año. Para eso pagamos IBI y otros impuestos”, critica en la plataforma change.org, que ha revolucionado a las comunidades de este lugar vacacional y que ha sido tema de debate los últimos días de vacaciones. 

Desde el Ayuntamiento de Ayamonte, en palabras de su teniente de alcalde, José María Mayo, en el periódico Huelva Información, califican estas deficiencias como “anecdóticas y que forman parte del deterioro sufrido por el paso del tiempo”. La realidad es bien distinta, como afirma Bovio y el vecindario. Igual que con la problemática de Costa Esuri, este medio no ha recibido respuesta alguna a las preguntas realizadas al alcalde, Alberto Fernández (PP), ante este problema.

Diez kilómetros de distancia separan Costa Esuri de Isla Canela y la Isla del Moral, con Ayamonte en medio de juez vigilante. Una quiebra milmillonaria, veinte años, promesas incumplidas, sensación de desamparo, varios alcaldes y una alcaldesa después, vecinos y afectados siguen sin ver con claridad hacia dónde van sus impuestos. “En las calles y carreteras, seguro que no”, afirma otra vecina a orillas del Atlántico. La que un día fue la gallina de los huevos de oro de Ayamonte puede volverse gallina clueca. Y esto puede hacer temblar los cimientos de una población que vive del turismo y que arrastra una deuda atroz: más de 1.800 euros por ayamontino. Urgen soluciones. 

Costa Esuri en datos

Viviendas previstas: 6.359. De las cuales:

  • Viviendas unifamiliares en parcelas aisladas: 885
  • Viviendas adosadas: 1.037
  • Viviendas agrupadas: 4.017
  • Hoteles: 420 habitaciones.

Marina deportiva: 1.184 barcos.

Centros comerciales: 7.