Se han cumplido 30 años de la inauguración de la Exposición Universal que se celebró en Sevilla. Más conocida por todos como Expo 92. Esto no es noticia porque los reportajes y recuerdos llevan apareciendo desde el 20 de abril en cada uno de los medios de comunicación que existe en España. Eso ya habla de la importancia y relevancia que tuvo el evento para una ciudad como Sevilla.
Más de 1.000 millones de euros invertidos en 102 pabellones de los que apenas se conserva una tercera parte. Lo que sí es imborrable es el recuerdo de aquello que comenzó en la primavera de 1992. Mi experiencia sobre los pabellones no va más allá de haber transitado por esas calles de la Isla de la Cartuja durante los cuatro años en los que estudié periodismo. Muchos de ellos son empresas o fundaciones. Otros directamente están en ruinas.
Bien es cierto que provocó la llegada del AVE y una renovación de las conexiones de ferrocarril. El alcalde de Sevilla en aquella época, en una entrevista en El Español ha declarado estos días que "Andalucía se merecía un cañonazo de ese tipo por su propio subdesarrollo, que justificaba el que no siempre se desarrolle lo ya desarrollado".
En cualquier caso, esto no es un reportaje sobre lo que fue la Expo, sino sobre lo que nos han contado que fue a la generación de los 90. Qué supuso este acontecimiento internacional para la ciudad de Sevilla, por qué Curro es un icono para esa generación a pesar de haberlo conocido con posterioridad o si a largo plazo la Expo ha perjudicado a la capital de Andalucía son las cuestiones planteadas a un grupo de jóvenes que nacieron durante estos años y que, obviamente, no tuvieron tiempo de disfrutar en primera persona el cambio que se produjo. Mis padres, por ejemplo, hablan de que allí vieron un móvil por primera vez.
Muchos de ellos cuentan con familiares directamente relacionados con la organización o frikis de lo que fue un hito para Sevilla. Rafa tiene 28 años y su tío encaja en el perfil de esto último. Por su casa aparecen sellos, llaveros y estampas de la época, "me contaba que la Expo supuso un antes y un después para Sevilla y que, a partir de ella, la ciudad se modernizó". Sobre el evento en sí dice que según le han contado "era como entrar en otra ciudad".
"Mi madre vivía en la Ronda de Triana y pasó de ser una zona insegura a ser una zona súper cotizada porque estaba al lado de la Expo"
Reyes, también de 28 años, señala el cambio urbanístico, "mi madre vivía en la Ronda de Triana y pasó de ser una zona insegura a ser una zona súper cotizada porque estaba al lado de la Expo". La Expo, recuerda, también supuso el derribo del muro de la calle Torneo, "después del muro no había nada y se empezaron a hacer más edificios y más zonas verdes. El acceso a esa parte de Sevilla, que estaba más olvidada, fue mucho más fluido con el centro". Además, añade el choque que supuso para los niños todas las viviendas que se construyeron a partir de la Expo, "la casa de mi tía era con domótica y yo flipaba".
La familia de Andrea, de 22 años, acababa de llegar a Sevilla cuando se inauguró la Expo. La mayoría buscaba trabajo, "pasaron a vivir en una ciudad más moderna y cuidada, más internacional, se generaron muchos puestos de trabajo y les generó miles de posibilidades de planes". Su tía, por ejemplo, encontró empleo en el Teatro Central. Algo similar expresa Reyes, que ha aprendido bastante con la película 'Grupo 7', "fue una oportunidad laboral para muchas personas que vinieron de fuera de Sevilla y jóvenes de aquí: actores, personas con formación en idiomas… una forma de meterse en el mundo laboral de forma bien remunerada". En lo cultural, Andrea recurre a los relatos de su madre, "dice que fue como si en un año hubiesen cogido a toda la gente, y le hubiesen metido un concentrado de conocimiento y cultura para lo que hubiesen necesitado en condiciones normales años de viaje y un dinero que no tenían".
Inmaculada tiene 24 años, tampoco había nacido. Ahora, pasear por Sevilla y ver un puente cada poco metro es natural e, incluso, lógico. Algo que no fue así para la generación anterior, "lo que más me impactaba de pequeña, sin duda, era que mis padres tuvieran fotos con el Puente del Alamillo en construcción". "A mí me hubiera encantado vivir la Expo. El telecabina, el 'Pirulí', los Jardines del Guadalquivir, todo aquello en su máximo esplendor debió haber sido espectacular", confiesa.
Caso especial es el de Manuel, nacido en 1990 y con un hermano que nació en plena Expo. Lo relevante de ambos es que su madre formó parte de los servicios jurídicos y vivió la gestación de aquello durante los años previos, "se hizo un esfuerzo muy grande", cuenta sobre lo vivido por su madre. Destaca, sobre todo, el desarrollo tecnológico que hasta el momento era inédito en Sevilla, "era muy llamativo cuando vieron que metían un papel en un sitio y lo imprimían en otro". "A nosotros nos han dicho que fue la manera de poner a la ciudad en el mapa con la conexión ferroviaria", señala.
"Supuso algo único para la ciudad, fue abrirla al mundo y situarla en el mapa a nivel España. Sin expo el AVE hubiera tardado más en llegar a Sevilla"
En 2008, España volvió a vivir una Exposición Universal. La sede fue Zaragoza. Muchos sevillanos se desplazaron esperando repetir lo vivido años antes. Noé, nacido en 1993, dice que es "un producto de la Expo". Fue con sus padres a la capital de Aragón queriendo ver algo similar a lo que había escuchado, "llevaban la ilusión de ver algo igual a la de Sevilla, y para nada fue así por lo que me contaron". "Supuso algo único para la ciudad, fue abrirla al mundo y situarla en el mapa a nivel España. Sin expo el AVE hubiera tardado más en llegar a Sevilla. He visto imágenes anteriores a la expo y cambió la ciudad", explica.
El fenómeno Curro
Si hay algo que ha perdurado en el tiempo desde que se celebró la Expo 92 ha sido su mascota. Curro es un fenómeno que va más allá de una generación. Se siguen haciendo camisetas, calcetines y corbatas, sigue habiendo máquinas para los niños en las puertas de tiendas de chucherías con la figura de Curro, el cementerio de Curro es noticia, Sevilla utilizó su cresta para un cartel del Orgullo LGTBI+ hace un año y ha sido parte de un videoclip de Califato 3/4.
"Curro recuerda a momentos felices, a la España en la que parecía todo posible"
Reyes lo define como "un icono que, aunque no hayamos conocido, hemos asumido como propio". De hecho, lo llega a comparar con Bowie por ser un referente sin haber conocido su momento de esplendor. Para Manuel, Curro supone "un momento de nostalgia" porque recuerda a la generación desarrollada entre crisis económicas que Sevilla fue "uno de los lugares más admirados del mundo". "Ves a gente que se lo ha tatuado porque le recuerda a momentos felices, a la España en la que parecía todo posible. Además, se ha creado a través de estos elementos una identidad sevillana y andaluza", defiende.
Rocío es del año 88, tenía cuatro años cuando comenzó la Expo, aunque asegura que no se acuerda de nada. Pero su infancia es imposible desligarla de la mascota. "Estuvo muy presente con camisetas, fotos y disfraces en el colegio para los bailes de fin de curso", recuerda. Noé también recuerda una infancia plagada de 'Curros' y afirma que "sigue estando presente con ese aire de nostalgia y casi emblema de la ciudad". Esto lo respalda Rafa, que asegura que cuando piensa en curro se le viene a la cabeza "todo aquello que está relacionado directamente con nuestra ciudad".
"La fuerza de Curro como símbolo de la identidad sevillana aún perdura"
Andrea rompe con el discurso habitual y dice que no ha vivido con la mascota de la Expo por todos lados, aunque señala que debía ser "un regalo muy socorrido" porque su hermana, algunos años mayor, si conserva peluches. "Yo lo veo un poco como símbolo de la ciudad, que lo ves y lo relacionas automáticamente con la historia de la ciudad", concluye. Un peluche también es el primer recuerdo que tiene Inmaculada de Curro mientras expresa algo en consonancia con el resto, "su fuerza como símbolo de la identidad sevillana aún perdura, 30 años después. No es solo un símbolo de Sevilla, sino de la Sevilla de aquella época. Es un símbolo vigente, pero, a la vez, nostálgico", principalmente para los nacidos en los 90, porque cree que para su hermano, de 2001, "no es igual de representativo".
Sevilla desde entonces
Hay una corriente entre la población sevillana que defiende que la celebración de la Expo ha sido perjudicial a largo plazo. Los datos de inversión del Estado por provincia refuerzan esta teoría. Algunos creen que con este evento ya se cumplió con Sevilla y que, desde entonces, hay un abandono de la ciudad y de toda su área metropolitana ejemplificados en la falta de una red de metro o en el bloqueo de la SE-40.
Sin embargo, no parece una opinión que esté extendida entre los jóvenes, aunque piensan supuso un cambio en la inversión futura. "Me llega un poco la imagen de que entonces se ejecutó todo lo que tocaba en 20 o 30 años y luego se dio un frenazo, ya se había gastado el cupo", dice Andrea que, por otra parte, también reconoce que "muchas de las cosas no hubiesen llegado hasta bastantes años después de no ser por ello". Noé coincide con ella, "es cierto que parece que haga falta algo así para que se desarrollen grandes inversiones en la ciudad". Rocío incide en que "supuso una mejora arquitectónica y económica para la ciudad" que no hubiera ocurrido de otra forma.
"La ciudad ha vivido un poco de las rentas de aquel momento"
Manuel cree que es una "trampa" decir que fue mala para la ciudad por las inversiones y califica de "difícil" hacer esos análisis sin tener en cuenta el momento en el que estaba España como país a nivel internacional, "hoy sabemos que se hicieron cosas que hoy en día no se harían, pero también me da la sensación de que debería ser la vara de medir de hacia dónde podría ir la ciudad", continúa, aunque reconoce que parece "la ciudad ha vivido un poco de las rentas de aquel momento". En su exposición reflexiona sobre el futuro de Sevilla, "tiene que creerse que hace no tanto fue grande y que todo el mundo la estaba mirando. Debería intentar volver a posicionarse como innovadora, acogedora, verde y con idiosincrasia; capaz de adaptarse para ser atractiva. Que exporte cultura y que atraiga la atención de la gente".
Más allá de las inversiones hay un parecer común: la Isla de la Cartuja está desaprovechada. Manuel habla de algunos proyectos como el Cartuja Qanat o el Centro de Investigación de la Comisión Europea como ejemplos de la buena dirección. Rafa, por su parte, dice que el abandono y desaprovechamiento de la Cartuja ha contribuido a deteriorar la imagen de la Expo. Rocío defiende que, pese a ello, no se puede caer en un pensamiento de que fue un evento perjudicial.
"Se deberían haber cuidado y mantenido mucho mejor las infraestructuras y pabellones"
Reyes hace un llamamiento a recuperar cada una de las infraestructuras, "podemos aprovecharlas mejor". Andrea piensa que "se desperdició totalmente la oportunidad de seguir avanzando en la modernización de la ciudad después del salto que se había dado, de la misma manera que se desperdiciaron la mayoría de las instalaciones de la Cartuja". Por su parte, Inmaculada afirma que el PCT Cartuja está "funcionando muy bien como espacio de innovación", pero también manifiesta que "se deberían haber cuidado y mantenido mucho mejor las infraestructuras y pabellones y actualmente también se le podrían meter una o dos marchas más" con el apoyo de las administraciones públicas para instalar más empresas y mejorar las conexiones de transporte público.
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