La estampa se repite una y otra vez en ciudades, pueblos, carreteras, bosques y playas. Latas, colillas, envases de todo tipo, muebles viejos, colchones o electrodomésticos son tirados en cualquier lugar de la vía pública. Pero mientras algunas personas ensucian, destrozan y empañan el entorno, otras se dedican a construir un mundo mejor, más limpio, ecológico y sostenible.
En Bornos, uno de los municipios más bonitos de la Ruta de los Pueblos Blancos, una patrulla de vecinos se dedica a recoger la basura de los enemigos del civismo. Son Los Guardianes del Entorno, un grupo que nació en las redes sociales gracias a la iniciativa de Leonardo Bazán. "Siempre, de toda la vida, me he llevado dos bolsitas cuando salgo a andar y me pongo a recoger las cosas que veo tiradas. Yo quiero que mi pueblo esté limpio. Un día me dio por ponerlo en Facebook y empecé a recoger escombros con el coche", señala.
Pronto se sumaría a la causa Rogelia, que se puso a disposición de Leonardo para ayudar en las labores de limpieza de los exteriores del pueblo –en el núcleo urbano no actúan, ya que esa labor corresponde a los operarios municipales de limpieza– y poco después se apuntaría Fran. En la primera quedada para retirar escombros y basura fueron 15 las personas que asistieron a la llamada de Leonardo. En la segunda, el número se multiplicó hasta llegar a los 36. Y para la próxima se espera contar con cerca de la media centena.
Abuelas, madres, nietos y hasta mascotas se apuntan a colaborar con la limpieza del entorno de Bornos. Desde la zona del pantano hasta la sierra del Calvario. En el grupo de Facebook ya son más de 2.600 personas las que siguen esta iniciativa que también se está llevando a cabo en otras localidades cercanas como Villamartín o Arcos.
"Si sientes y te duele tu pueblo, ¿cómo vas a permitir que lo ensucien?"
"Hay mucho incivismo. En los colegios se tendría que trabajar mucho más el tema de la concienciación porque eso es el futuro. Si sientes y te duele tu pueblo, ¿cómo vas a permitir que lo ensucien? Cuando voy por un sitio y veo que no hay ni un papel tirado, me da una alegría tremenda. Después está el gracioso que tira la latita delante de ti. Yo siempre digo que los actos que cada uno haga son los que le definen como persona", destaca Leonardo.
Una pequeña representación de Guardianes del Entorno acude a la cita con lavozdelsur.es para explicarnos en qué consisten sus quedadas. En diez minutos retiran una bolsa entera llena de basura de una zona que habían limpiado apenas hace un mes. "Mucha gente nos manifiesta que esto es imposible, que no vamos a poder mantener todo limpio porque constantemente están ensuciando. No queda otra que seguir y concienciar".
Pablo es el más joven del grupo. A sus 24 años tiene muy claro que "todos tenemos que intentar aportar nuestro granito de arena. Desde el principio que Leo empezó lo vi una buena idea. Siempre me ha gustado mucho la naturaleza y me da pena cómo está todo".
"No podemos permitir que estos parajes tan bonitos estén llenos de porquería"
Rogelia, la más veterana con 69 años, entiende que la labor que llevan a cabo es "muy necesaria. No podemos permitir que estos parajes tan bonitos estén llenos de porquería. Cada día estamos más concienciados del tema. De la noche a la mañana no vamos a cambiar, pero vamos a hacer todo lo posible por cuidar nuestro pueblo".
El esfuerzo que hacen es grande, ya que en muchos casos tienen que dejar otras obligaciones para echar una mano en la recogida de escombros. Hasta un camión entero y varias cubas han llegado a llenar en un solo día. "Nos hemos encontrado de todo, neveras tiradas en el campo y todo tipo de basura", apunta Leonardo. "Yo vengo a ayudar en todo lo que pueda. Un pueblo tan bonito no puede tener tanta mierda alrededor. Hay que venir. Me siento orgullosa de ayudar. Merece la pena", señala Paca.
Las quedadas suelen durar entre dos y dos horas y media. "No se trata de obligar ni cansar a la gente. Organizamos bien el trabajo y en nada recogemos cantidad de escombros. Y también intentamos concienciar a la gente. Una vez cogí a uno tirando escombros y le hice ver que lo que estaba haciendo no estaba nada bien. Al día siguiente lo llevó todo al Punto Limpio", cuenta Leonardo.
Muchas veces, por desinformación, pensando que se les va a multar por entregar escombros de una obra sin permiso, hay gente que tira las cosas incluso en sitios más lejanos al Punto Limpio. "Lo hacen porque no se enteran o no quieren enterarse. En el Punto Limpio te toman la matrícula porque solo puedes llevar tres espuertas por día. Pero ni te van a cobrar dinero ni te van a decir nada. Por lo tanto, qué cuesta llevarlo allí en vez de tirar los escombros en cualquier lado", se pregunta el fundador de Guardianes del Entorno.
Y tras culminar la jornada de limpieza también hay tiempo para la convivencia de un grupo que da muestras de civismo, unión, solidaridad y vecindad.