Las casas blancas y bajas ante un día caluroso de mayo podrían ser las de un pueblo cualquiera de la provincia de Sevilla. Las calles están engalanadas para la salida de una procesión. Los carteles y los azulejos que cuelgan de las fachadas y los balcones muestran que este es otro de los municipios que se entrega a sus devociones. Además, como tantos otros, homenajea a sus héroes en la pandemia. En este caso, a pocos metros del ayuntamiento existe una placa en el que todo el pueblo agradece a los agricultores su labor desinteresada durante la pandemia para desinfectar las calles de la localidad.
En el edificio consistorial hay poco movimiento. Posiblemente sea habitual los viernes, cuando la semana laboral ya se va despidiendo. Pero lo cierto es que esta semana no ha sido como las demás en el Ayuntamiento de Burguillos. Tampoco en el pueblo. El nombre de este municipio sevillano ha aparecido en periódicos, radios y televisiones por la noticia de que un fondo de inversión (o fondo buitre) había comprado la deuda del Ayuntamiento. Las consecuencias, según ha dictado un juzgado, es que los bienes públicos van a pasar a manos de este fondo americano.
La ruinosa situación del lugar no es nueva. De hecho, al rato de poner un pie en Burguillos nos recomiendan que busquemos en Youtube un programa de Equipo de Investigación en el que se analiza la economía del pueblo. Lo buscamos y aparece como primera opción. Burguillos: 6.500 habitantes y una deuda de 62 millones euros. Lo curioso es que el programa es de hace 9 años. Sin embargo, para gran parte de los vecinos el auténtico shock ha llegado ahora con titulares como Un fondo buitre se queda con el patrimonio de Burguillos (Sevilla).
Parece un día normal en el que la mañana se aprovecha para hacer unas compras. De hecho, para conocer el sentir de algunos vecinos entramos en una pescadería que parece bastante concurrida. Hay tres mujeres y el pescadero. Ninguno parece muy receptivo ante las preguntas, pero una de ellas confiesa que existe miedo. "No sabemos por dónde va a salir el tema". Otra de las presentes, con cierta ironía nos invita a preguntar en una carnicería cercana. "Allí sabrá explicártelo mejor". Más tarde sabremos que ese comercio tiene relación con el alcalde socialista acusado de generar el pufo. O eso dicen.
La primera impresión es que el tema es tabú entre las calles de un municipio que apenas tiene 6.000 habitantes. Aquí todos se conocen y todo lo que uno diga puede ser utilizado en su contra. En la primera toma de contacto con el municipio insistimos en los comercios. De nuevo hay poca disposición a comentar la situación que vive Burguillos. "Pregúntale al alcalde que es el que lo sabe todo", comentan en referencia al regidor actual.
Muchos se acogen al silencio, pero también los hay que reconocen el miedo o la incertidumbre. El futuro embargo será para bienes públicos como solares o viviendas. No obstante, hay quien teme que le quiten la casa a pesar de estar ya pagada. José Luis y Miguel son dos vecinos longevos del pueblo que pasean por delante de un teatro a medio construir. Es posible que las obras no acaben en la próxima década. Quién sabe si acabarán alguna vez.
"Esto es una ruina para el pueblo. Una ruina y grande", dice uno de ellos. Su compañero de paseo añade que "nos hemos quedado sin tierra". Algo que desde luego no es menor en un lugar donde el campo tiene mucho peso. Preguntamos si están preocupados y la respuesta no deja lugar a dudas. "¿No vamos a estar preocupados? Hay gente que tiene una majá y puede que la pierdan". Las generaciones que han pasado toda su vida en Burguillos ahora viven con el temor de perder sus casas y tierras. El miedo se ha extendido en apenas unos días a pesar de que el embargo sólo se ciñe a los bienes e inmuebles municipales. Uno de ellos aclara que él tiene su casa pagada. "Yo creo que por mi casa no me tengo que preocupar porque la pagué delante de un abogado y me trajo las escrituras". La frase puede parecer inocente, pero deja claro que la situación en este pueblo sevillano no es sencilla.
Si los bares siguen funcionando, es que existe cierta normalidad. Una de las terrazas está abarrotada a la hora del desayuno. La barra de un bar es el mejor sitio para conocer el respirar de un municipio, pero en esta ocasión no hace falta llegar a lo más profundo del local. Antes de cruzar la mesa escuchamos algunos comentarios referentes al tema. Algo similar a "el alcalde ha llamado a ABC porque es de derechas".
A diferencia de los protagonistas anteriores, la conversación viene de una mesa donde hay sentados dos jóvenes. Apenas superan los 20 años y ambos estudian en Sevilla. Uno de ellos vive en Triana, aunque su familia sigue siendo vecina de Burguillos. Encontramos un sentimiento muy alejado al que expresan las generaciones anteriores. El tono, incluso, llega a ser de broma. Javi y José son los que nos recomiendan el programa de Equipo de Investigación que se ha mencionado al principio del texto.
Uno de ellos se reconoce muy de izquierdas pero al mismo tiempo deja claro que el PSOE lo hizo realmente mal en el pueblo durante los 16 años en los que gobernó a pesar de que en la primera mitad de este periodo sí se vieron brotes verdes. Esta es la introducción para dar claves que quitan hierro al asunto del embargo. "Lo que pasa es que aquí un gran porcentaje de bienes públicos ya están embargados". Hubo un tiempo en el que la proyección de Burguillos no era la de un pueblo de 6.000 habitantes. De hecho, estos jóvenes bromean con la cuestión. "Si se hubieran hecho todos los proyectos, esto sería Silicon Valley".
Detrás de la ironía se encuentra la construcción de dos hoteles de cuatro estrella que apenas entraron en funcionamiento, una piscina climatizada pensada para un pueblo de 30.000 personas o incluso proyectos para un pequeño aeropuerto o un campo de golf. Para desgracia de este municipio sevillano, Burguillos está lejos de poder acometer todo eso. De hecho, nada se hizo porque no había dinero. Una Central de Energía Biomásica también está parada. Ambos tienen clara la conclusión. "Nos da igual que nos quiten todo eso porque realmente nunca ha sido nuestro. No se ha terminado nada. No lo sentimos nuestro porque nunca lo hemos disfrutado".
Esta conversación podría protagonizar el titular del reportaje, pero lo cierto es que lo podemos considerar como el discurso alternativo dentro de la localidad. Quizás porque hablamos de un municipio envejecido. Ellos mismos observan que el miedo se ha apoderado de sus paisanos. "Se ha generado un eco de mucho miedo con que va a venir el fondo de inversión y va a quitar las casa". José y Javi creen que en todo esto hay cierto interés político del alcalde para mostrarse como una especie de salvador. Ambos señalan que Domingo Delgado lo está haciendo bien, pero que la situación no necesita más eco "porque aquí todos somos conscientes de lo que ha pasado".
Pese a conocer la situación de las arcas municipales, la gran parte de los vecinos que se prestan a hablar señalan que no conocen realmente qué significa que un fondo buitre haya comprado la deuda del pueblo. El jueves, el propio alcalde dio una charla en el Centro de Día para informar a todo aquel que quisiera información, pero muchos no pudieron ir y otros no tienen demasiado claro lo que expuso. Antes de concluir, encontramos otra idea rupturista con lo escuchado anteriormente. Ambos ponen sobre la mesa la posibilidad de que se concrete el embargo para que el Ayuntamiento salde sus deudas y, a partir de ahí, poder invertir de nuevo.
En esta pequeña conversación nos descubren un lugar que puede servir para ejemplificar la situación. Está en la otra punta del pueblo y nos lo definen como una pequeña pista de fútbol en un solar con un gran cartel donde se proyecta un gran polideportivo. Nos comentan que el cartel fue colocado hace unos seis meses, pero que las obras no han empezado. Quizás tampoco comiencen nunca.
El trayecto es relativamente largo, por lo que es posible que por el camino haya más vecinos que puedan ofrecer nuevos datos una visión distinta. No tarda en llegar la primera de ellas. Es de Amalia, una señora mayor que está sentada en la parada del autobús. De sus palabras es difícil adivinar cuánto hay de sarcasmo y cuánto de realidad. A lo mejor sólo es ingenuidad. "Estamos muy contentos de que hayan comprado la deuda". Aunque usa el plural, se refiere a su parecer. Ella cree que la adquisición de los terrenos por parte de este fondo de inversión es una oportunidad para que americanos vayan a vivir a Burguillos. "En América gusta mucho España", insiste. Los rumores van y vienen en el pueblo. Uno de ellos es que este fondo buitre va a abrir nuevos hoteles.
Si los bares de los pueblos cuentan las historias de sus calles, una vendedora de lotería no se queda atrás. Paquita trabaja para la ONCE y de todas las personas que hemos encontrado, parece la más dispuesta a hablar y participar en este texto. De hecho, merece un reportaje propio. Se expresa sin tapujos y con confianza. Reconoce que del tema se habla "muchísimo". "Hay mucha incertidumbre porque no sabemos lo que va a pasar". Mientras hablamos, desde un coche gritan "¡nos vais a hacer famosos los periodistas!". Parece que no somos los primeros en acudir a Burguillos esta semana.
De todo lo que dice, pone énfasis en una frase. "Está triste el pueblo. Se nota en el pueblo. La gente está apagada", señala antes de asegurar que el alcalde está luchando. Una de las mujeres que se acerca a comprar un cupón coincide en lo mencionado por Paquita. "El pueblo está triste". Si dos personas lo dicen casi al mismo tiempo, será por algo. El ambiente está algo enrarecido, por lo que le preguntamos sobre si existe división en el pueblo. Duda al principio, pero tiene su propia salida. "Política hay siempre, es como cuando uno es de una hermandad o de otra. Con los partidos es lo mismo. Pero la gente está disgustada".
Llegamos a lo que debería ser un polideportivo. Pero sólo es un cartel. Tras él hay malas hierbas y una pista de fútbol sala abandonada, tal y como nos habían advertido. El azul predomina en el anuncio de una licitación que de momento no se llevará a cabo. La proyección parece futurista. Pistas de fútbol, pistas de pádel, vestuarios... Apenas pasa gente por esta zona del pueblo. De momento, Burguillos tendrá que esperar mientras los vecinos buscan que les expliquen lo que ocurre.
El Ayuntamiento negocia la deuda
Antes de pisar el terreno, lavozdelsur.es se ha puesto en contacto con Domingo Delgado, el policía que se pasó a la política y que ahora es alcalde de Burguillos bajo las siglas del PP. La conversación tiene que posponerse porque Delgado reconoce que está muy cansado. Apenas ha dormido la noche anterior. Todo el mundo quiere conocer la situación del municipio y cómo se encuentra él. Aclara que nada del embargo es inmediato. Se ha solicitado la ejecución de la sentencia y un juez ha pedido el embargo de los bienes de propiedad municipal que no estén afectados por el uso público. Esto significa que los servicios básicos se van a seguir ofreciendo en el pueblo. El gobierno municipal se encuentra haciendo un inventario sobre todos estos vienes para trasladarlo al juez y, al mismo tiempo, está intentando negociar con el fondo para saldar la deuda con el menor perjuicio posible para Burguillos. "Estamos intentando negociar porque a las dos partes nos interesas", asegura Domingo Delgado.
El alcalde tiene claro el objetivo de este fondo de inversión. "Vienen a especular y a ganar dinero", señala. Desde el Ayuntamiento aseguran que han solicitado ayuda a la Diputación y se han encontrado con la negativa de la institución provincial. También han llamado a la puerta de la Junta, con quienes comparten color político. Hace unos meses se intentó solucionar el problema a través de enmiendas en los presupuestos autonómicos, pero todo quedó frustrado al haber pasado el plazo para presentarlas por escrito y no lograr el consenso para introducirla durante el debate de las cuentas.
De momento no hay ningún bien que haya pasado a titularidad del fondo. "Han pedido una garantía de pago de su crédito. Nosotros le hemos dado una relación de bienes al juez". La Audiencia Provincial de Sevilla ha confirmado que el Ayuntamiento está obligado a pagar 27 millones de euros. La deuda fue comprada por 7 millones por KSAC Europe Investments, un fondo buitre de Nueva York.
Delgado aclara que edificios como un polideportivo ya construido, el propio ayuntamiento o las oficinas municipales no corren peligro porque están destinados a servicios públicos. "Se pondrán a disposición solares, viviendas y terrenos rústicos", aclara. Pese a esto, la situación afecta de forma inmediata. El gobierno municipal ha retirado la licitación para el mencionado polideportivo y para el nuevo recinto ferial. "Nos hace mucha falta, pero no podemos hacerlo". El dinero irá a saldar la deuda. La situación es complicada, pero el alcalde no se rinde. "No soy una persona que se rinda a las primeras de cambio. Voy a pelear hasta el límite".
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