Es viernes 28 de enero de 2022. La fecha está marcada para todos los zahareños en el calendario. Este pintoresco pueblo, enclavado en el corazón del Parque Natural Sierra de Grazalema, fue el escenario elegido por Netflix para una de sus superproducciones. En seis semanas y media de rodaje, y con la tercera ola de covid-19 de por medio, decenas de actores, técnicos, asistentes y encargados de la dirección y de producción de la serie tomaron el municipio (1.391 habitantes), convertida en un plató con gran parte de su población ejerciendo de ayudantes y extras. Casi un año después, la plataforma ha autorizado la emisión del primer capítulo de Feria: la luz más oscura en el Cineclub de la localidad.
En el pueblo no se habla de otra cosa. “He visto más de 100 imágenes con vecinos etiquetándose”, advierte Santiago Galván, alcalde de Zahara de la Sierra, al comienzo de la cita. En el salón, los asistentes (40 vecinos elegidos por orden de solicitud como medida de prevención por el covid-19) murmuran y comen chuches y snacks, regalados por la organización. Entre ellos, está Paco Luna, pintor artístico que aparece en una de las escenas del primer capítulo. “Teníamos que estar en un velatorio, increpando a las personas que supuestamente eran culpables del asesinato que se había producido”, cuenta a lavozdelsur.es minutos antes del estreno. “Intenté llorar un poquito, pero no salió mucho. Lo único que espero es que sea buena y que salga bien el pueblo, pero claro, está uno tan metido en pensar cuándo va a verse que a ver si me entero (de lo demás)”, dice entre risas.
Al evento acuden algunos responsables de la producción de la serie, como Ernesto Chao (director del producción en Andalucía) o Sonsoles Cifuentes (directora de casting). “Es un momentazo para Zahara. Hicisteis posible que muchas personas del municipio trabajaran en el proyecto. Por eso mi primera pregunta es si habrá segunda temporada”, lanza el alcalde de la localidad en la presentación al encargado de producción, que no puede mojarse.
“La productora (Filmax) y Netflix están muy contentas con la serie, pero no podremos saber si habrá segunda temporada hasta que vean el impacto y la audiencia”, advierte. Enamorado de Zahara, Ernesto Chao lo reconoce como “un pueblo fantástico”, que ahora tiene la suerte de aparecer en las televisiones y dispositivos digitales de miles de familias. “Los que trabajamos en el mundo audiovisual sabemos lo difícil que es colocar un fotograma en una plataforma como Netflix. Que un primer plano sea vuestro pueblo tiene un mérito”, comenta entre aplausos.
‘Feria’, el pueblo donde la resaca de San Juan pasa a ser una pesadilla
Sofía (Carla Campra) y Eva (Ana Tomeno), protagonistas del thriller de Netflix, sufren un shock cuando al día siguiente de la celebración de San Juan, sus padres desaparecen. La Guardia Civil irrumpe en su casa en busca de los presuntos autores de un crimen de 23 personas, cuyos cadáveres han aparecido repentinamente en la mina del municipio (escenas rodadas en Minas de Riotinto, Huelva).
En la gran pantalla Zahara se convierte en Feria, un ficticio pueblo blanco de Andalucía no localizado en el mapa. “Solemos ser cuidadosos a la hora de los nombres, pero no os preocupéis. Aunque no salga el nombre de Zahara, el impacto que tiene en las visitas está asegurado: prueba de ello es el Alcázar de Sevilla con Juego de Tronos, donde se multiplicaron por 20", señala Ernesto Chao, productor andaluz de la serie ante las preguntas de los vecinos.
El responsable de la productora de Filmax no puede sino recordar con cariño los días de rodaje en Zahara, un “descubrimiento” al que ha vuelto en varias ocasiones. “Toda España se enteró de cómo gestionasteis el covid. Tuvimos mucho cuidado y os aseguramos que no íbamos a ser el foco de nuevos contagios. Fue así y no pasó nada. Gracias a vosotros fue muy fácil”, comenta, entregado a los vecinos de la localidad.
Las muestras de agradecimiento acompañan a las cómicas. “¿No te acuerdas de cuando Raúl te gastó la broma allí en la plaza”? le dice públicamente el alcalde de Zahara al productor, que ríe a carcajadas. Días antes de empezar a rodar, un vecino entró en el despacho de Alcaldía y le advirtió al productor sobre las obras que iban a comenzar en la plaza. “Se te cambió la cara, te pusiste blanco”, ríe el regidor.
Entre las butacas, los vecinos valoran positivamente el primer capítulo. “A mí me gusta. Lo que más, el maquillaje, que es muy natural. Estoy viendo ahora Las chicas del cable y se acuestan, se revuelcan en medio de una guerra y salen planchadas y con los labios pintados. Eso no”, bromea una de ellas. Maribel, letrista de carnaval, reconoce haberse pegado una “pechá de reír” durante el rodaje de Feria, donde tuvo que encargarse de hacer punto. “¿Asustarme yo? Yo veo Cuarto Milenio”, responde desafiante.
“Me preguntaron si sabía pelar papas. ¿Cómo no voy a saber pelar papas? No paré. Les dije: como tardéis mucho en rodar, lleno el barreño entero de papas. Nunca me han pagado tanto por no hacer nada”, ríe por su parte Encarni, otra de las vecinas que asegura que le ha gustado mucho el primer capítulo. Ambas recuerdan aquellos momentos entre risas. “Fuimos tan buenas en las escenas que no tuvieron que repetir. Nos aplaudieron y todo”, dicen. Ahora están impacientes por las próximas entregas que, ya disponibles en Netflix, podrán verse en el Cineclub de Zahara cada dos viernes. Una forma que ha tenido tanto la plataforma como el Ayuntamiento de agradecer a los vecinos su implicación en el rodaje de este pueblo de película.