He dudado si titular así esta reflexión, o hacerlo simplemente con una palabra que defina mi estado de ánimo a la hora de escribirla: decepción. Decepcionado porque lo hago justo al terminar la intervención del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en esa esperada comparecencia que tantas expectativas había levantado.
Ese Sánchez por el que desde hace cinco años me he ido dejando la piel en su defensa, pública y privadamente, en tertulias o artículos, pero que me acaba de decepcionar profundamente, por su falta de valentía a la hora de tomar las medidas necesarias pero impopulares, que demanda la actual situación generada por la variante Ómicron del coronavirus.
Como se sabe soy muy crítico con esa cobardía de la clase política actual, toda, que no escucha las demandas que le llegan desde la comunidad científica.
Es cierto que esta variante, de momento, parece menos agresiva pero más infecciosa. Pero a expensas de lo que ocurra las próximas semanas, a pesar de ese dato al ser más expansiva está produciendo una mayor condensación en los hospitales, también de UCI y acabará habiendo más fallecidos.
También señalan con buen criterio epidemiólogos, virólogos, o personal sanitario de diferentes especialidades, que “vacunar, vacunar, vacunar” sirve pero no es suficiente y que o tomamos otras medidas de contención o acabará engulléndonos.
Además esa falsa dicotomía de salud y vida frente a economía y juerga, acaba desmontándose en la práctica.
Si se hubieran mantenido las medidas un tiempo más hasta de después de las fiestas, habría que preguntarse si la suspensión de cenas y comidas de trabajo, la participación en eventos culturales, o impacto en el turismo, con el consiguiente impacto económico; ¿habría sido menor?
Políticos cobardes, sociedad insensata e insolidaria, invierno, actividad en interiores, la mezcla explosiva para tener la situación actual.
Si se tomaran medidas más valientes como control de esos interiores, toques de queda en las fechas más señaladas, control de fronteras de país y comunidades, o reuniones con máximo dos burbujas familiares, podríamos contener esta avalancha. Pero no se van a decidir por falta de valentía y temor al impacto electoral.
La victoria rotunda de Ayuso en Madrid con su política sin restricciones, ha hecho mucho daño en esta lucha contra la covid. En estas circunstancias no debemos esperar nada nuevo en la reunión de presidentes del próximo miércoles.
Dejo para el final trasladar y hago de transmisor, un mensaje emitido por la variante Ómicron del coronavirus:
“A través de este comunicado deseo transmitir mi agradecimiento a Pedro Sánchez por su vacía comparecencia del domingo, a alcaldes como el de Villava de Bildu que permiten todo tipo de eventos, a las presidentas María Chivite de Navarra e Isabel Díaz Ayuso de Madrid, PSOE y PP, por su inacción y a esas gentes irresponsables e insolidarias.
Todos y todas ellas permiten mi supervivencia y extensión. Les deseo unas felices fiestas sin medidas, porque eso me hace muy feliz y asegura mi futuro.
A las gentes que sufren por mi causa trasladarles que no me pidan a mí responsabilidades por hacerles sufrir, porque eso forma parte de mi naturaleza, sino a quienes he citado anteriormente que garantizan mi existencia”.