El 18 de Julio de 1936 se inició el golpe de Estado que lideró el general Franco para imponer su “Cruzada Nacional” a sangre y a fuego, con el apoyo total de los sectores más reaccionarios del país.
El 18 de Julio de 1936 se inició el golpe de Estado que lideró el general Franco para imponer su “Cruzada Nacional” a sangre y a fuego, con el apoyo total de los sectores más reaccionarios del país. El fascismo español e internacional desplegó todas sus fuerzas con la mayor crueldad posible, llevando a cabo un genocidio contra aquellas personas que por su significación ideológica pudieran discrepar contra ese nuevo régimen. Diversos organismos internacionales y tribunales no han dudado en considerar “crímenes de lesa humanidad” los asesinatos que se produjeron en el período 1936-1939 en el territorio español, realizados con una evidente intencionalidad de represión política de masas.
En la localidad de Jerez de la Frontera no hubo prácticamente resistencia al golpe, y en un par de días el comandante Arizón había controlado plenamente la ciudad, instaurando el terror y la persecución política más implacable.
La investigación más completa sobre la represión en Jerez se publicó en 2011 a cargo de los investigadores Cristóbal Orellana González y José García Cabrera, con un censo de víctimas que ascendía a 390 asesinados y asesinadas en el municipio. El estudio La represión franquista en Jerez de la Frontera: censo de las víctimas y fuentes documentales para su identificación se publicó en la obra colectiva Memoria histórica y represión franquista en la provincia de Cádiz, coordinada por los autores citados y editada por la Diputación Provincial de Cádiz.
Las fuentes utilizadas para elaborar esa base fueron el censo de huérfanos, el Registro Civil de Jerez, un listado manuscrito que entregó un testigo presencial de la represión (José Sánchez) y otras fuentes diversas de menor incidencia (testimonios orales y otros archivos). El resultado fue un completo listado con los nombres y apellidos de los asesinados, y con algunos datos sociobiográficos.
Pero dicho censo, en nuestra opinión, debería ser completado con otro dato importante: la filiación política o ideológica de los asesinados. Las razones para ello son dos fundamentales:
1. La represión política tuvo esencialmente un componente ideológico; las víctimas lo fueron en su mayoría por su identidad ideológica, por su militancia pública en tal sindicato o en tal partido, o por su participación en sucesos de significación política. Junto al nombre y apellidos de cada represaliado, es importante saber por qué lo mataron, ya que, junto a la persona física, se mataban también a sus ideas.
2. En el caso de los/las anarquistas y anarcosindicalistas, consideramos de vital trascendencia conocer su filiación, ya que a menudo son los y las grandes olvidados/as de la narración histórica. Solapados dentro de ese saco confuso del “republicanismo”, son también víctimas de la negación de su identidad. Muchos/as de ellos/as no luchaban por la República, ni por la democracia, sino por el comunismo libertario. Vieron traicionadas sus aspiraciones por la II República (sobre todo a partir de los sucesos de Casas Viejas en 1933), y, aunque no dudaron en defender ese régimen político burgués frente al fascismo, su identidad, anhelos e ideología eran otros. En el caso de Jerez de la Frontera pensamos que la visibilidad de los/las libertarios/as hacia 1936 era enorme, puesto que la CNT era la principal fuerza sindical de la provincia de Cádiz. Pasó de 11.797 afiliados en 1931 a 45.323 en el año 1936, según reconoce el profesor Diego Caro Cancela en su artículo sobre la huelga general de verano de 1934 en Jerez. La suma de los/las afiliados/as a sociedades obreras jerezanas adheridas a la CNT hacia 1932 (último año del que se tienen datos) asciende a casi 20.000 trabajadores/as, en una población que rondaba los 100.000 habitantes (la UGT tenía unos 2.000).
Hemos acometido, entonces, la tarea de localizar la filiación anarquista de muchos/as de los asesinados/as en Jerez. Algunos/as de ellos/as sí tenían una destacada actividad en el campo libertario, pero otros/as, la mayoría, eran trabajadores/as anónimos/as, que no solían aparecer en la prensa o tener algún cargo orgánico de relevancia.
Las fuentes de identificación de la adscripción al anarquismo o anarcosindicalismo de esas personas son diversas: en ocasiones datos facilitados por la investigación referida de Orellana y García Cabrera; referencias en la Enciclopedia Histórica del Anarquismo Español (Íñiguez); Archivo Municipal de Jerez de la Frontera (AMJF) especialmente en la sección de “Asociaciones” del Protocolo Municipal, en la que aparecen numerosas cartas de las sociedades obreras en las que figuran nombres y apellidos de secretarios, tesoreros, etc. de sindicatos adheridos a la CNT; periódico La Voz del Campesino, en los números del año 1932, hemos localizado algunos nombres, escribiendo algún artículo o entregando dinero para el periódico; y en algunas ocasiones fuentes orales de familiares.
En total, hemos localizado 80 personas asesinadas (de las 390 ejecutadas en Jerez) con vinculación a la CNT o a las ideas libertarias. Probablemente sean muchas más de las que hemos encontrado, pero hemos optado por no incluirlas en la lista al carecer de algún dato o fuente que nos permita asegurarlo. O sea, un 20,51 % de las víctimas militaban en las filas del anarquismo, lo que supone una quinta parte del total.
Los/las libertarios/as jerezanos/as que pagaron con su vida en el funesto golpe fascista de 1936 no pueden pasar desapercibidos/as: su reguero de sangre continúa, 80 años después, reclamando memoria, justicia y dignidad.
Comentarios