Las elecciones andaluzas del 2D marcan un antes y un después en la política española. No solo se inaugura un nuevo ciclo electoral. El 2 de diciembre de 2018 finaliza la etapa que inauguró el 15M en mayo de 2011. Supone el cierre de la ventana de oportunidad tal y como la formuló la hipótesis Podemos. Cae el PSOE Andaluz, el gigante del socialismo español, a manos de las derechas centralistas, antidemocráticas y creadoras de desigualdad. Cae el partido que capitalizó la pulsión de demanda de justicia social y autonomía de Andalucía en los años posteriores a la constitución del 78. No cae a manos del empuje del 15M, de Podemos, de Unidos Podemos o de su formulación andalucista Adelante Andalucía, cae arrastrado por su alianza con el pasado, con las fuerzas reaccionarias vivas del régimen del 78 que aun divididas suman lo suficiente como para sacar del gobierno andaluz al partido de la casta andaluza.
Desde las elecciones generales del 20 de noviembre de 2015 en las que no se consumó el sorpaso de Podemos al PSOE (entonces liderado por un Sánchez que no era sanchista), toda la energía del régimen del 78, con el PSOE andaluz Susanista al frente, se dedicó a frenar el empuje de Podemos. En Andalucia el susanismo se dedicó a despreciar, vilipendiar, ignorar y pisar todo lo que tuviese que ver con el espacio electoral progresista que había abierto el 15M. Más el contrario el PSOE susanista andaluz actuó cooperando con Ciudadanos, defenestrando a Pedro Sánchez, ya sí sanchista, y sumándose al “a por ellos” de las fuerzas del régimen en forma de partido o en forma de institución. Las consecuencias electorales de demonizar a Podemos e IU y alentar los marcos de la derecha de raíz franquista, en el contexto de deterioro de los servicios públicos, paro, precariedad y desigualdad en Andalucía son la alta abstención del votante de izquierdas y la nula transferencia de voto del PSOEA a Adelante Andalucía.
“Andalucía no es España, España es Andalucía”, decía el catedrático de derecho de la universidad de Granada, parlamentario andaluz de Podemos y nacionalista andaluz, José Luis Serrano. Lo que él argüía por razones históricas desde la hispania romana hasta la actualidad, pasando por Al-Andalus, como sucesivos cambios de hegemonía política/cultural que nada tenían que ver con invasiones, trasiegos poblacionales o la construcción de los estados nación del XIX, sigue siendo válido en la actualidad como lo fue en la transición del franquismo a la democracia. Al igual que no puede haber una España centralista, totalitaria y desigual sin el concurso de Andalucía, no puede haber una España federal, democrática y en igualdad sin la implicación del pueblo andaluz en ese objetivo.
Si en la transición Andalucía determinó el modelo territorial de la constitución del 78 arrancando con las movilizaciones del 4 de diciembre de 1977, en este momento histórico en el que como consecuencias del austericidio neoliberal de la Unión Europea, crecen las ultraderechas nacionalistas, que vinculan de manera profunda la idea de estado como sinónimo de nación, en el suelo electoral abonado con la desigualdad, en Andalucía es donde se ha dado el primer gran aviso de que no es un imposible retroceder hacia un modelo de estado español centralista, antidemocrático y desigual.
En España, teniendo en cuenta la forma en que ésta se construye como nación tras el intento de constitución liberal de 1812 desmantelado por Fernando VII, no es posible un estado social y de derecho, nos atreveríamos a decir que ni con una mínima calidad democrática, sin el reconocimiento en igualdad de las distintas soberanías territoriales. El “a por ellos” no construye democracia, el PSOE andaluz apuntó Andalucía al “a por ellos” y a los recortes.
Nada de lo que contamos aquí estuvo en la agenda del 15M. Nunca debatió el 15M sobre el vínculo profundo entre modelo de estado y democracia, entre modelo de estado y derechos. No se trataría ya de reconocer o no la existencia de naciones culturales o políticas con derecho a decidir sobre su futuro, sino de atisbar que la única forma de oponerse al capitalismo neoliberal es reconstruir las soberanías usurpadas a los pueblos, ya se articulen sobre territorios con identidad cultural o política o, sencillamente como municipios o comarcas. Este espacio vacío olvidado por la pulsión de cambio que inaugura el 15M es el que están ocupando las ultraderechas europeas con el sencillo eslogan de “primero los nuestros”.
El gran proyecto contra neoliberal por construir en España, ahora que se desmorona el gigante del socialismo español, el PSOE A, fruto de la traición a su base electoral, como forma de oponerse al modelo de Estado centralista, totalitario y desigual, es un proyecto federal, republicano, democrático y en igualdad.
Esto es lo que ha inaugurado Adelante Andalucía, esto es los que se encuentra en la bandera andaluza que ha enarbolado durante toda la campaña, y esto es lo que ha permitido que el retroceso electoral no fuese del todo catastrófico, como lo podía haber sido sin el paraguas de la bandera de Andalucía. Fuera de esa bandera están las derechas, dentro está la defensa del federalismo, del republicanismo, de la democracia y de la igualdad.
Firmado por Mario Ortega y Francisco Garrido.
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