En septiembre de este año 2023 que ha terminado se han cumplido 35 años de la declaración política del Comité Nacional de Andalucía (CNA) de la Liga Comunista Revolucionaria (LCR) "Los comunistas revolucionarios y la lucha por la liberación nacional de Andalucía". El nivel de análisis y toma de posición que emanan de este documento son un aporte sin precedentes por parte del marxismo revolucionario en y desde Andalucía. Justo es reconocerlo y recordarlo. En este artículo intentaré someramente situar el momento en el que se gesta esta declaración, las fuentes y experiencias de las que bebe y su influencia futura.
La LCR representó, con sus aciertos y errores, una tradición marxista revolucionaria heterodoxa con gran arraigo y recorrido en las décadas de los 70 y 80 del siglo pasado. Ese marxismo heterodoxo hizo posible una elaboración política propia dest acable en diversos campos, y uno de ellos fue el de la cuestión nacional en el Estado español. Quizás la conclusión más significativa de todos los debates y tesis políticas fue entender y defender como posicionamiento político que: "La presentación de España como nación o nación de naciones, como Estado nacional o Estado plurinacional voluntario, son manifestaciones del españolismo, una ideología reaccionaria cuyo objetivo es ocultar y justificar la opresión nacional que existe en el seno del Estado español. Combatirla es una tarea inexcusable de los revolucionarios y las revolucionarias. Frente a este Estado la tarea de los/as revolucionarios/as es impulsar alternativas nacionales o regionales de liberación, que contribuyan al desgaste del nacionalismo españolista y al pleno derecho del poder nacional o regional" (tesis sobre la cuestión nacional del VIII congreso de la LCR, 19-05-1989).
Es decir, la LCR es entonces una organización marxista revolucionaria que, además de entender y apoyar las diferentes luchas de liberación nacional que se dan dentro del Estado español, va mucho más allá y pretende ser un agente constructor de éstas. Ésta no es una cuestión menor, precisamente por estar elaborada desde el marxismo. Y es que a pesar de toda la teorización previa, y el camino marcado al respecto entre otros por Lenin, la cuestión nacional se le había atragantado hasta entonces a las organizaciones de origen marxista. Organizaciones que en el mejor de los casos asistían al fenómeno como espectadores y en muchas ocasiones de forma más bien oportunista. Había contadas pero muy destacadas, excepciones, que en el Estado español estuvieron representadas de forma casi exclusiva por el POUM y las organizaciones que terminaron confluyendo para su construcción: El Bloc Obrer i Camperol(BOC) y la Izquierda Comunista de España(ICE).
Ya en los años 30 el POUM, y sus máximos dirigentes Andreu Nin y Joaquín Maurín, había allanado mucho el camino. Se hizo un análisis muy avanzado en su época y se tomó claramente partido a favor de las luchas nacionales, de su profundización y desarrollo y de su enlace con la lucha de la clase obrera para avanzar hacia la revolución. La LCR recogía la rica elaboración del POUM también en lo referente a la cuestión nacional.
Por tanto, la LCR y el POUM como referente previo mostraron una especial sensibilidad hacia la cuestión nacional en el Estado español y elaboraron al respecto. Algo especialmente destacable dado el poco interés por el tema demostrado hasta entonces por el marxismo dentro del Estado, sobre todo por aquel enmarcado en la tradición estalinista. Pero ¿qué ocurrió en Andalucía?
La LCR andaluza participó activamente en las movilizaciones del 4 de diciembre del 77 en Andalucía. Entendió la importancia de toda esta gran movilización de masas que ponía en cuestión el marco que se pretendía dar a Andalucía dentro del estado de las autonomías. También su sentido de clase. Es decir, quienes militaban en la LCR en los años 80 y ya lo hacían en la segunda mitad de los 70 participaron activamente en las movilizaciones andalucistas de finales de los 70 y principios de los 80 y, por su experiencia, se reivindicaban andalucistas.
Quienes éramos demasiado jóvenes en el 77 como para participar de esas movilizaciones también nos impregnamos de ellas y nos sentíamos profundamente andalucistas. Unos y otros u otras reivindicábamos la lucha nacional andaluza desde el marxismo revolucionario y comprendiendo que andalucismo y lucha de clases estaban íntimamente ligados dadas las características específicas del echo nacional andaluz. Pero a todo esto había que darle cuerpo teórico y hacer un desarrollo del análisis de la cuestión nacional andaluza que supiera recoger experiencias previas y aprender de ellas, aún cuando estaban claramente fuera de nuestra tradición política, enriqueciéndolas desde el marxismo. Nos pusimos a ello siendo conscientes de que sería un trabajo no exento de dificultades y con muchas preguntas por resolver.
Posiblemente, no era el mejor escenario el que nos encontrábamos para emprender esta tarea. Ya en 1981 se había producido el cierre, muy bien trabajado por cierto por partidos como el PSOE, de las fuertes movilizaciones andalucistas de los años anteriores. Quedaban algunas ascuas de todo aquello, pero lo objetivo es reconocer que el fuego se había apagado y no tenía visos de reavivarse a corto plazo. Pero éramos conscientes del potencial de ruptura que encierra el andalucismo, de su intrínseca relación con la lucha de clases y, claro está, de la necesidad de enarbolarlo como la causa justa que es.
Por aquel entonces, la LCR andaluza estaba inmersa en un periodo de reconstrucción apoyada fundamentalmente en su parte más joven. Atrás habían quedado las grandes movilizaciones de la última etapa del franquismo y la transición, y con los años de parón en la movilización también había llegado el desencanto y el cansancio de una buena parte de la militancia. Hacía muy poco que se había perdido el referéndum contra la entrada de España en la OTAN. Pero habíamos visto y vivido las mayores movilizaciones estudiantiles en años. El movimiento feminista tenía una presencia destacable y capacidad de movilización. La lucha contra el servicio militar obligatorio comenzaba a dar muchos quebraderos de cabeza al poder y muchos de nuestros compañeros más jóvenes eran insumisos al servicio militar, con el horizonte cercano de posibles penas de cárcel. No nos olvidábamos de la intensa solidaridad con la revolución nicaragüense que pasaba unos momentos muy complicados con la intervención de EEUU a través de la Contra. En todo esto estábamos cuando decidimos ponernos a la tarea de redactar una declaración política sobre la lucha por la liberación nacional de Andalucía, tarea que nos terminaría llevando meses.
El documento, ya en sus inicios, hace una clara declaración de intensiones: "La lucha contra la opresión nacional encierra una potencialidad revolucionaria porque puede conducir a enfrentamientos políticos de masas con el Estado burgués opresor; que esta potencialidad se desarrolle o no, depende de la clase social y la dirección política que alcancen la hegemonía en esa lucha". Es decir, se señala el gran papel que puede jugar la lucha contra la opresión nacional en Andalucía en el enfrentamiento con el Estado burgués (lo que ahora llamamos Régimen del 78) y la importancia de que esa posible lucha sea hegemonizada por la clase trabajadora.
Ya a lo largo del documento quedan muchas más cosas claras, como la definición de España como cárcel de pueblos y como estado burgués de asimiliación forzoza. Para terminar con una conclusión desatacada:
“Para la Liga Comunista Revolucionaria, la lucha por la Revolución Socialista y por la Liberación Nacional forman una unidad:
...favorecemos decididamente la formación y extensión de la conciencia nacional andaluza frente y contra al proyecto asimilacionista español...
…Consideramos que la victoria y por consiguiente la Liberación Nacional de Andalucía exige la destrucción del Estado burgués Español...".
Es decir, para la LCR lucha nacional andaluza y lucha de clases estaban íntimamente ligadas, entendiendo que la lucha contra el sistema en Andalucía tendrá un fuerte componente nacional. Pero que no es posible conseguir la capacidad de decidir en Andalucía, lo que veníamos a llamar “el poder andaluz”, sin acabar con el estado burgués.
En la actualidad Anticapitalistas se siente heredera de lo que representó en su momento la LCR, con una importante elaboración propia que no desdeña experiencias pasadas. Ya en enero de 2017 se aprobó la primera declaración congresual de Anticapitalistas Andalucía sobre cuestión nacional andaluza: "Cuestión nacional andaluza y anticapitalismo". En ellas se sientan las bases de la consideración de Andalucía como nación con entidad propia, de la defensa del derecho a decidir, y de la relación entre lucha nacional andaluza y lucha de clases. Seguimos, por tanto, con la lucha y la relevancia de la cuestión nacional sigue siendo un punto fundamental en el día a día de nuestra organización.
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