Los últimos acontecimientos que se han desarrollado en el seno de la izquierda de nuestro país en los últimos tiempos indican lo acertado del título. En esa dirección va lo que está ocurriendo en el seno de Podemos ante el nuevo proyecto, Sumar, de quién salió como nueva líder tras la crisis anterior Yolanda Díaz. Por cierto ungida por la mano del dios Pablo Iglesias que ahora la niega.
Los enfrentamientos a cara de perro con las lugartenientes del anterior líder que actúa como dueño de la marca, Irene Montero y Ione Belarra, están poniendo en serio peligro un proyecto que había despertado grandes simpatías y apoyos.
El silencio de Díaz ante los reiterados errores infantilistas de las otras ha despertado su ira y la del dios Iglesias, cargando de manera insensata contra ella. El efecto podría ser demoledor, abocando a su fracaso electoral.
En el otro lado de la izquierda, PSOE también vive momentos de tensión extrema. La confrontación de Pedro Sánchez a cuenta de la reforma del Código Penal referida al delito de sedición, o al de malversación, con alguno de sus barones, especialmente Emiliano García Page, Javier Lambán y en menor medida Fernández Vara, tampoco ayuda al fortalecimiento del actual Gobierno de coalición.
Parece que estén actuando y hablando exclusivamente pensando en su propio beneficio electoral, de cara a las elecciones municipales y autonómicas de mayo de 2023 y no el bien común de su partido, de la izquierda y del país entendido desde esta ideología.
Pedro Sánchez, con su valentía en sus acuerdos con los independentistas, especialmente ERC, no solo busca el apoyo de sus votos para sostener el Gobierno, que sería la visión legítima pero cortoplacista, también aporta con una mirada estratégica ir eliminando las tensiones centro-periferia heredadas de nuestra Transición.
Cualquier crítica y más viniendo de sus filas, debería tener en cuenta este aspecto y observar sin orejeras que la situación en Catalunya es infinitamente mejor que la heredada del Gobierno de Rajoy. Ese es y debe ser el camino a seguir.
Así las izquierdas, siempre tan cainitas, están poniendo en serio peligro al gobierno de coalición y harían bien en ponerse las pilas para rectificar y evitarlo. Sólo desde la unidad sin fisuras en PSOE y Sumar es posible hacer frente a un poderoso enemigo, PP y Vox, más los poderes fácticos que les impulsan.
Enemigos que ya se frotan las manos teorizando que si esta situación continúa así y trae como consecuencia el fracaso en el próximo mayo, obligaría al PSOE a un cambio de rumbo de consecuencias imprevisibles. Es el razonamiento que a través de UPN se ha lanzado desde Navarra y no parece descabellado.
Porque desde esa otra orilla del espectro político ya lanzan avisos a navegantes, como los que han llegado a cuenta de la reforma del Código Penal sobre sedición y malversación y especialmente todo lo ocurrido a cuenta del Tribunal Constitucional y el Consejo Superior del Poder Judicial. Harían mal esas izquierdas a la greña en desoírlos.
Por otro lado, los traspiés dados con algunas de las últimas leyes, Ley de sólo sí es sí, Ley trans e incluso la Ley contra el maltrato animal, alguno producto de la inexperiencia legislativa de algunos jóvenzuelos que se creen vienen a la política ya sabidos, no ayudan nada.
Tampoco no saber vender lo realizado para mejorar la situación de los sectores más desfavorecidos de la sociedad, como por ejemplo la subida ligada al IPC de las pensiones, o los últimos indicadores que nos sitúan en muy buen lugar en el seno de la UE en temas como precio de la electricidad, IPC, crecimiento en el empleo, o evitando la recesión que acecha a otros.
Así se traslada a la sociedad solo los aspectos negativos de las tensiones obviando lo mucho ya realizado. ¿El futuro que nos espera? Para los progresistas oscuro tirando a negro si no varíamos el rumbo con urgencia. Veremos...