La banalización de la dictadura: un peligro inminente para España

El franquismo quería mentes ignorantes, normal, solo estas podían legitimar con el silencio imperante o el aplauso convenido las masacres y represiones tiránicas de la dictadura

Secretario de Memoria Histórica de las Juventudes Socialistas de Málaga capital

El dictador Francisco Franco besando la forma sagrada en una imagen de archivo.

Españoles, Franco ha vuelto. Parece un tema del pasado, parece estar ya olvidado, parece que el dictador genocida que oprimió a nuestro país bajo el férreo yugo del nacional-conservadurismo cristiano está enterrado en Mingorrubio sin más. Qué más quisiéramos nosotros. Por desgracia, está tremendamente palpable en consignas, ideas y odio de muchos jóvenes afectados por la voxización del neofranquismo.

Y es que eso me tiene inquieto, preocupado o como quieras decirlo; las nuevas generaciones, por lo general, tienen una visión ignorante que antes les llevaba a blanquear por mero desconocimiento al régimen franquista, el problema es que (aunque la ignorancia se mantiene fiel al nulo interés histórico-político de los jóvenes actuales) han dado un paso más, declarándose adeptos al franquismo sin poder nombrar más que idioteces o mitos sobre él. 

El franquismo quería mentes ignorantes, normal, solo estas podían legitimar con el silencio imperante o el aplauso convenido las masacres y represiones tiránicas de la dictadura. Dejo para los historiadores el debate sobre si lo consiguieron durante el régimen o no; pero en relación con el tema de este artículo, está más que claro que aún sin estar, el franquismo ha conseguido que las mentes dormidas les sean fieles seguidores y aduladores. 

No hablo por todos los jóvenes, hay gran cantidad de ellos que son muy conscientes del daño que una dictadura sin garantías ni derechos hizo a España; pero es innegable que el adolescente medio se siente atraído por el totalitarismo de extrema derecha. ¿Por qué? Para mí es una suma de varios factores. Primero, la combinación de la testosterona incontrolada con discursos que premian el riesgo, la reconquista cultural, la superioridad racial, la valentía, la intuición…resulta mucho más fácil que se unan a un discurso con tintes heroicos individualistas, propios del fascismo, que a un discurso socialdemócrata que habla de la sociedad en su conjunto sin buscar enemigos imaginarios.

Segundo, el adoctrinamiento que traen de casa muchos de ellos; que demuestra que el votante medio de derechas en nuestro país aún añora al genocida. Tercero, la pura moda. Aunque ya hablé de esto más en profundidad en un artículo llamado “Los jóvenes y el fascismo: así los capta la extrema derecha”; creo que aquí debo de recalcar que en mi humilde opinión, la moda provocada por Vox ha contribuido y mucho a la radicalización de la ignorancia juvenil. Esperemos que la moda pase y muerto el perro se acabó la rabia. 

En lo que yo quería hacer hincapié, es que han pasado al “Viva Franco” donde antes era “Viva Vox”. Brazos en alto donde antes no los había. Consignas antidemocráticas donde antes había al menos cortinas de humo. Y esto agranda el peligro que ya tenía el soporte de los más jóvenes a Vox, ya que ahora están dispuestos a llevar a cabo un revisionismo histórico fundamentado en consignas que les crean una sensación de pertenencia a un grupo. Y esto es lo peligroso, que ahora para satisfacer el deseo natural del hombre de pertenecer a un grupo hace falta ser franquista. Están jugando con la historia, la cual sin ninguna duda quema más que el propio fuego; y todos sabemos que pasa cuando se juega con fuego. 

Soy militante de Juventudes Socialistas de España (JSE) desde que cumplí la edad mínima para afiliarse en Julio de 2019, y me afiliaré al Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en cuánto cumpla los obligatorios 18 años en Julio de 2023, y lo llevo por bandera. Esto me permite observar desde una posición privilegiada el intento de ideología que tienen mis compañeros, amigos o sociedad joven en general. Voy a citaros frases textuales oídas este año: “A los rojos debería de pasarles como con Paco” “Con Franco vivíamos mejor” (pregúntale por qué y te hartarás de reír) “Rojo de mierda con Franco irías al paredón” “Franco no lo hizo tan mal” “VIVA FRANCO” “¿Pero con Franco se votaba no? Pues ya está, democracia”… podría pasarme así 10 páginas más. 

Aunque creo que lo anterior es suficiente para hacerse una idea general de por donde van los tiros, si así les queda más claro, les diré que aprovechando que el profesor no estaba, la clase de al lado puso el Cara al Sol en la pizarra digital a todo volumen mientras levantaban el brazo sin saberse si quiera la letra. Igual pusieron el himno del Málaga CF. ¿Por qué esa mezcla? Muy fácil, no buscan directamente lo que hacían, no estaban buscando hacer reivindicación alguna del franquismo, eso es lo que menos les importaba.

Buscan esa sensación de unión al cantar un himno a pleno pulmón hermanado con el resto de la clase, añadiéndole la tentación pícara de estar provocando una alteración del orden del centro escolar, con su lógico riesgo de ser objeto de una posterior llamada de atención. Para esto da exactamente igual el Cara al Sol que el himno del equipo de fútbol local. En primera instancia, y recordando a todos mis compañeros de carnet que hoy están en una fosa común sin nombre, creí firmemente que debía “liar un pollo” en conserjería por tolerar de facto estas conductas que con la nueva ley de Memoria Democrática (la cual espero ansiosamente) por fin serán ilegales. Pero después, más tranquilo pero con la misma indignación, llegué a la conclusión de que mi esfuerzo sería en vano.

Como yo, me consta que muchos compañeros de JSE también chillan callados contra el fascismo en las aulas, que esta vez no viene por parte del sistema o de los profesores, viene directamente del alumnado. Tan triste como cierto.

Siempre me gusta ser positivo al final de mis artículos y esta ocasión no puede ser distinta. Hay esperanza. Si hablas con la mayoría de especímenes antes relatados y les formulas la siguiente pregunta: “¿Entonces, te gustaría verme fusilado?” todos te responden que no llegan a ese extremo. Pues claro. Porque no son fascistas, son seguidores de la moda de turno. Es necesario hacerles ver que al cantar el Cara al Sol, levantar el brazo y homenajear al innombrable, están reivindicando la tumba de cientos de miles de españoles. Solo así más la madurez propia de la edad que irán adquiriendo, conseguirán despertar de la pesadilla franquista. 

Este artículo se lo dedico a mi profesor de Historia durante la ESO, D. Carlos San Millán y Gallarín, que aunque no simpatizara con los ideales de izquierdas, nos inculcó la crucial necesidad de pensar por nosotros mismos, cuestionar aquello que tenemos delante e intentó hacernos sentir la historia. Gracias de corazón, Don Carlos. 

 

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