Como pone en la presentación de esos 'estrenos tv' que solían echar las teles los domingos por la tarde, las líneas que vienen a continuación están basadas en hechos reales (en realidad, todo el periodismo debería estar basado en hechos reales, pero bueno, como con los artículos de este tipo nunca se sabe, no está de más el aviso).
Son testimonios de un verismo escalofriante, declaraciones de denuncia de un problema que lleva ya sobre la mesa cosa de un par de años ante la desidia de las autoridades, tanto de las gubernativas, que lo aprobaron, como de las de Renfe, que no han sabido/querido subsanarlo. Un problema que atenta directamente contra la libertad de desplazamiento de las personas e incluso contra sus entenderas: todo el santo día con el cambio climático en los medios de comunicación y luego te encuentras con que al Gobierno se la trae al pairo y te induce a coger el coche.
Se trata, claro, del funcionamiento de los trenes de Media Distancia, debido a la gran idea de los abonos, de permitir las múltiples reservas, para ser más exactos, sin que en la práctica haya sanción alguna. Trenes en los que no hay plaza y luego hay sitio de sobra. Trenes que hay que prever con semanas de antelación y que han hecho que nos olvidemos de cosas sobre la marcha tipo "mañana vamos a echar el día a Sevilla" o "tengo que ir..." por cualquier motivo de causa mayor, que es ya cuando te cabreas de verdad.
Allá van estos horripilantes testimonios que le han llegado al cronista sin siquiera auspiciar un debate, porque sí, porque ha coincidido. Empezamos con M.B., que vino de Sevilla a Jerez un miércoles, que algo encontró en el 'hueco de la mañana' y, abusando de la amistad, tuvo que quedarse a dormir en casa de un amigo y coger algo al mediodía siguiente para Sevilla (hablamos de una persona de más de sesenta años, eh, y no precisamente dada a fiestas de pijama).
Si no les ha parecido suficientemente duro, tenemos a A.E. que tuvo que ir el lunes de Jerez a Sevilla a un asunto de trabajo y aunque estuvo mirando como desde cinco días antes tren tuvo que ir finalmente en su coche (todo muy ecológico) porque no había manera de llegar a una cita a mediodía, ya de la vuelta no hablamos, claro, pa qué.
¿Quieren más terror ferroviario en pleno año 2024, no están satisfechos? Tenemos a A.M., que se planteó un Córdoba-Jerez en fin de semana por un tema estrictamente de amistad, que al parecer aún queda gente así. Nuestro héroe consiguió un Córdoba-Sevilla, pero eso fue todo. Imposible conseguir nada de Sevilla a Jerez, por lo que tiró de BlaBlaCar (huelga decir que es el más joven de los tres casos). Tras disfrutar en Jerez de una comida en Lomopordo, el triunfo de España, la Borriquita 'en acción' en junio, dos o tres bares de la ciudad y un reponedor sueño, enganchó el domingo por la mañana otro BlaBlaCar en dirección Córdoba donde descansa ya, mecido por el aire acondicionado, soñando probablemente con trenes...