Zambombas, las de antes; política, la de ahora

En el bus urbano, en la cola de la panadería o en la barra del bar... cualquier sitio es apto para analizar el tsunami vivido por Jerez durante el puente y no perder de vista la actualidad nacional

Nací en Madrid, en 1965, aunque llevo exactamente media vida viviendo en Jerez. Soy licenciado en CC de la Información (Periodismo) por la Universidad Complutense. He sido jefe de la sección local del Diario de Jerez y también he trabajado en Información Jerez y el Diario Ya (época de Antena 3). He colaborado con El Mundo, Economía y Empresas, Notodo… Soy socio fundador de lavozdelsur.es. He publicado el libro ‘Sherry & Brandy 2.0’ y he redactado el guion del documental sobre el vino de Jerez ‘Sherryland’. Todo esto ha hecho que me vaya haciendo una idea aproximada de las cosas… 

Zambombas en Jerez. El belén monumental, hace unos días, todavía con el Niño Jesús.

Hay días en que un reportero está de enhorabuena. Uno de esos es cuando le hacen el artículo, que no coincide con que se lo escriban. A ver, tú vas en el bus –en el 4, lo que no quiere decir forzosamente que vayas a Hipercor, que es que en Jerez no se andan con rodeos a la hora de poner nombre a las líneas–, pensando en de qué vas a escribir y, de repente, empiezas a prestar atención a lo que habla la gente que va sentada delante de ti. Son seis personas mayores, todas de setenta para arriba y puede que dos o tres ya en la siguiente década, y se conocen, pero no todas a todas. Se trata de finos analistas de la actualidad, como lo demuestra el diálogo que arranca con el bus enfilando la calle Santa María:

Sr. 1: ¿Qué, has ido de Zambomba

Sr. 2: ¿Yo? No, no. Yo a las Zambombas iba cuando conocí a mi mujer, hace 47 años. Eso sí que eran zambombas. ¿Ahora? Venga con la guitarra, venga gente... Un autobús de Cuenca, otro de Madrid... Pero dónde va tanta gente.

Sra. 1: Cómo lo sabes. Antes puede que hubiera una guitarra o puede que no, pero la gente se bajaba unas botellas, unos polvorones y a cantar. Y ya está.

Sra. 2: Y una candela...

Sra. 1: Si se podía, sí... Lo de ahora ni son Zambombas ni son nada.

Sra. 2: ¿Pues no había el otro día unas bailando sevillanas? Anda, anda... Si en algunos sitios se ve que no se saben ni los villancicos.

El autobús enfila ya hacia Santo Domingo, donde está el belén monumental. Hay un momento de silencio, así que presto atención a ver por dónde va a salir el grupo.

Sra. 2: Pues el otro día alguien rompió al Niño Jesús...

Sra. 1: Sí, lo oí, unos franceses, ¿no? [entre los sospechosos hay un grupo de británicos].

Sra. 2: Dónde vamos a llegar. 

Sra. 3: Pero si todos los años hacen algo en el Belén, el año pasado creo que secuestraron al Niño Jesús.

Sr. 3: Madre mía, un secuestro. ¿Pero no hay cámaras?

Sr. 1: Hay alguien de seguridad, pero...

Sr. 2: Al Niño Jesús le han destrozado la cara, por lo visto. Alguien debería hacerle a los autores lo mismo que le hicieron.

Sr. 1: Total, yo ya sé quién lo hizo.

Sr. 2 y Sra. 1: ¿Sí? ¿Quién?

Sr. 1: ¡¡Familiares de Pedro Sánchez!!

Sra. 1, Sra. 2, Sra. 3, Sr. 2, Sr. 3: Jajajajajajajajajajaja...

Vaya, por ahí no me esperaba, en absoluto, que rompiera el tema. Pedro Sánchez, la amnistía, los catalanes. Todo seguido. Ay, con lo bien, con lo a gusto que estábamos criticando las Zambombas, el nuevo deporte de los vecinos del centro... Me bajo del bus cuando todavía quedan cuatro contertulios. Justo en ese momento creo escuchar que comienza el análisis pormenorizado de la 'no boda'... 

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