Estimada comunidad universitaria:
Si la presión que nos hace vivir la situación de la pandemia ya nos hace, por sí misma, trabajar en tensión, en el día de ayer se ha producido una serie de hechos que a todas luces son indignantes y, posiblemente, constitutivos de delito. Hemos afrontado el cambio de la docencia presencial a la docencia a distancia y on line gracias al esfuerzo del profesorado. El proceso es el fruto del trabajo coordinado de la comunidad universitaria. Las resoluciones e instrucciones del equipo de gobierno han sido refrendadas por el Consejo de Gobierno, en el que está representada toda la comunidad, incluidos los propios estudiantes. Por todo ello, solo me cabe expresar mi reconocimiento tanto a nivel individual, como colectivo, a personas, servicios y órganos colegiados, a toda la comunidad universitaria, por su implicación en esta ardua labor de todos: profesorado, personal de administración y servicios y estudiantes.
En las últimas 24 horas, cientos de cuentas corporativas de correo electrónico de la Universidad de Cádiz han recibido distintos ataques informáticos desde la dirección alumnadoindignadouca@topmail.com. El primero de los ataques masivos, enviado a las 14:25 horas de ayer, remitía a un servidor de correo llamado Topmail, e incorporaba una dirección en la que había que clicar para leer el texto del mensaje bajo el asunto #LaUcaProtesta. Otros mensajes con idéntico remitente amenazaban con atacar el portal web, el campus virtual, la web de la Biblioteca, etc.
Desde el Área de Servicios Informáticos del Vicerrectorado de Infraestructuras y Digitalización de la Universidad de Cádiz, se ha trabajado intensamente durante las últimas horas para desactivar los intentos y preservar la seguridad de los equipos informáticos y el entorno virtual de la UCA por medio, entre otras acciones, de cortes parciales del flujo para realizar intervenciones de seguridad que no han afectado a los sistemas externos ni al núcleo de la web de la UCA. El Consejo de Dirección de la Universidad de Cádiz, en reunión extraordinaria celebrada esta misma mañana, ha decidido denunciar los hechos ante la policía, como no podía ser de otro modo, y pedir a la comunidad universitaria que no abra los mails ante el peligro de que el documento final que aparece tras derivar a Topmail no se trate realmente de un documento PDF, sino de un programa ejecutable de Windows con un virus del tipo ransomware (secuestrador), variante del famoso WannaCry. Este intentará encriptar o cifrar todos los ficheros que encuentre en el ordenador y aquellos otros que localice en unidades de red compartidas. La dinámica habitual en este tipo de casos es que los atacantes pidan un rescate con criptomonedas para desencriptar los archivos secuestrados.
El Rector informa:
Aunque de momento la UCA desconoce la identidad de los hackers que han actuado bajo el pseudónimo de “alumnos indignados”, tiene claro que en absoluto representan al conjunto de los más de 22.000 estudiantes de la Universidad de Cádiz que están haciendo, junto al profesorado, un sobreesfuerzo de adaptación a la docencia no presencial en un tiempo récord y que tienen, por otra parte, toda la legitimidad y el derecho de expresar sus opiniones tanto en sus perfiles individuales en redes sociales como en los procedimientos que la propia Universidad tiene habilitados para trasladar quejas y reclamaciones.
La Universidad de Cádiz ha ofrecido a los miembros de la comunidad universitaria afectados por estos ataques el asesoramiento y apoyo de sus servicios informáticos en todo lo que necesiten y ha trasladado, igualmente, toda la información relacionada con estos hechos a los centros que han sido objeto de los mismos.
La Universidad es un espacio libre, de reflexión, donde todas las opiniones son respetadas hasta el punto que las normas se respetan. En esta línea, no podemos tolerar ni admitir en modo alguno la noticia aparecida en un medio de comunicación que, de forma velada, insinuaba presiones desde la UCA para eliminar una noticia sobre las protestas, por lo que, al no tener ningún viso de veracidad, en defensa del buen nombre de nuestra Universidad se va a proceder al legítimo ejercicio del derecho de rectificación.
Finalizo con un mensaje reiterado de ánimo, de fuerza y de agradecimiento. Ningún sistema ni organización son perfectos, pero sería imperdonable e injusto que los fallos oculten el enorme esfuerzo, el trabajo y la voluntad que nuestra comunidad universitaria ha demostrado en un momento de crisis como este.
Gracias. Un abrazo