Carta abierta a Francisco Fuentes Sierra

En su setenta cumpleaños y a las puertas de su jubilación

'La cosecha' de  Van Gogh, versión de Salud Sánchez Ramírez.
'La cosecha' de Van Gogh, versión de Salud Sánchez Ramírez.

Corría el año 1998, y coincidimos con unos vecinos nuevos cuyos hijos —Mari Carmen y Pedro— venían a tener edades similares a mis dos hijas —Ana y Salud—. En una ocasión me atreví a decirles, — “Nenes queréis un refresco”—. Vale, contestaron. —Pues pedirle permiso a vuestra madre y dar la vuelta—. Así comenzó nuestra relación. Desde los hijos. Porque resulta que los hijos son los únicos capaces de abrir las puertas cerradas de los modernos vecinos de puertas para adentro.

Al principio fueron los niños, a continuación, las compras mensuales compartidas entre Juani y Salud que hacían de la economía familiar ejemplo de gestión económica en nuestra vida doméstica, y, por último, iniciamos los dos hombres nuestra relación. Porque los hombres somos tan tontos que, manteniendo las distancias y cuidando las formalidades, creemos ser testimonio de gran responsabilidad. La experiencia nos demuestra que tan sólo somos más estiraos que el resto de la especie.

En cualquier caso, la cara de Paco, no expresaba más que la satisfacción de sí mismo, más contento de la vida que un jilguero cantor encima de su cabeza.

Un día, con la excusa de comernos una pata de cordero al horno, Paco se atrevió a rodear nuestro patio dispuesto a probar por primera vez aquello que nunca le había gustado. A partir de entonces, en períodos no alejados en el tiempo, pero tampoco demasiado cerca, Paco, aun con cierto rubor, rompía el silencio de los adosados llamando mi atención de la siguiente manera: —Manuel, hace tiempo que no charlamos ni me pones al día de cómo va el politiqueo, anda da la vuelta y me cuentas—.

Y allí disfrutábamos de una tertulia amena donde quien más aprendía era yo. Sí, aprendía yo. Y aprendía a escuchar, aunque Fuentes habla poco, pero Fuentes es una esponja. Una esponja y una fuente de sabiduría. Una esponja tolerante y respetuosa. Capaz de escuchar y capaz de asumir con toda sencillez. Así fui conociendo cómo, junto a los suyos, Paco fue forjando, desde el trabajo en silencio y sin aspaviento alguno, la conformación de una honesta empresa familiar: Ecotractor del Sur. —La empresa que cede los tractores en Jerez para la cabalgata de los Reyes Magos—.

En este su trayecto, he podido ver a Fuentes, en su recorrido empresarial, pasar por momentos difíciles. Pero lo he visto pasando de puntillas, sin hacer ruido, no queriendo de la compasión un ejercicio complaciente. Hoy, cuando estamos llamados todos a superar una situación de crisis generalizada que llamamos resiliencia, acudamos a Paco Fuentes que sabe de eso hace ya bastante tiempo: De capacidad de adaptación, de elasticidad, de saber resistir, de fortaleza y solidez. Y en su resiliencia ha sido capaz de levantar y hacer crecer con honestidad un proyecto empresarial que le honra y que honra a todos y a todas las personas que le han acompañado.

—Por cierto, Paco, — “lo del jilguero en una jaula fue el símbolo que usé en una ocasión con el fin de demostrarle a nuestro querido Pedro, que todos, incluido su padre, solemos ser víctimas inocentes del juego de la vida. Y pusimos en marcha ese juego que simbolizado por un corcho de una botella de espumoso y su jaula de alambre aún mantiene al día de hoy el rescoldo del inicio de una relación duradera.

— Paco, —Yo tengo el pájaro, ¿tú tienes la jaula?

—Lo ves Pedro, otra vez ha caído. — ¡Qué frágil la inocencia, en una vida intensa, repleta de emociones!

Post Data:

Al lado de Paco, agarrada del brazo o juntos de la mano, siempre caminando y compartiendo el mismo destino, Juani, su mujer. La que, en los comienzos de tu proyecto, llegado el sábado, se recorría las oficinas procurando cobrar las facturas impagadas, dispuesta a soportar sinsabores antes que regresar con los bolsillos vacíos.

—Paco, hoy, 30 años después sigues siendo ejemplo y testimonio de trabajo y esfuerzo constante, de tenacidad, de bondad y buena fe y tu familia nos honra con poder celebrar contigo el éxito de vuestro esfuerzo. Por eso, siguiendo tu ejemplo:

¡Que siga cantando el jilguero!
Y el candor de su trinar
abarque en la eternidad
desde el último al primero.

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