Este año 2018 es un año importante para Amnistía Internacional. Y lo es porque es para nosotros un año de conmemoraciones. Celebramos el 70º aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Hace 70 años Amnistía Internacional no existía todavía, no nacería hasta el año 1961, pero con esta declaración que la comunidad internacional asumió al final de la Segunda Guerra Mundial con la intención de que no se volvieran a repetir los horrores de aquella guerra, se sentaban las bases que harían posible el nacimiento de esta ONG, porque el trabajo de Amnistía Internacional se basa precisamente en esta DUDH.
Nosotros soñamos con desaparecer por innecesarios, soñamos con un mundo en el que ya no tengamos que luchar por conseguir que sea realidad el artículo 2 de la DUDH: “Toda persona tiene los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición. Además, no se hará distinción alguna fundada en la condición política, jurídica o internacional del país o territorio de cuya jurisdicción dependa una persona, tanto si se trata de un país independiente, como de un territorio bajo administración fiduciaria, no autónomo o sometido a cualquier otra limitación de soberanía.”
Nosotros soñamos con desaparecer por innecesarios, soñamos con un mundo en el que ya no tengamos que luchar
La Declaración Universal de los Derechos Humanos es nuestra hoja de ruta. Como aparece en nuestros estatutos, nuestra visión es “la de un mundo en el que todas las personas disfrutan de todos los derechos humanos proclamados en la Declaración Universal de Derechos Humanos y en otros instrumentos internacionales de derechos humanos.” Y esta visión es la que marca nuestra misión que consiste en realizar labores de investigación y acción centradas en impedir y poner fin a los abusos graves contra todos estos derechos.
Nosotros entendemos los Derechos Humanos como algo universal, indivisible e irrenunciable, lo que quiere decir que todas las personas del planeta tienen todos los derechos aparecidos en la DUDH y nadie se los puede quitar porque ni siquiera la persona puede renunciar a ellos. Con esta idea nació en 1961 en Londres este movimiento que nació como una campaña puntual por la libertad de unos estudiantes presos bajo la dictadura de Salazar en Portugal pero que pronto creció y, en tan sólo un año, había enviado delegaciones a cuatro países.
En España tuvimos que esperar unos años más. Amnistía Internacional se fue extendiendo por distintos países y en 1977 recibió el premio Nobel de la Paz, y el premio de Derechos Humanos de Naciones Unidas un año más tarde. Fue ese año de 1978, por lo que celebramos nuestro 40º aniversario, cuando nació Amnistía Internacional en España. Efectivamente, tuvieron que pasar 17 años y la muerte de Franco para que Amnistía Internacional llegara a España. En estos 40 años nuestro país ha cambiado mucho, y nuestra organización. Si bien en un principio la preocupación de Amnistía Internacional eran los derechos civiles y políticos, hoy consideramos que tenemos que ocuparnos de todos, absolutamente todos, los derechos que aparecen en la Declaración Universal, y no sólo de los llamados “derechos fundamentales”.
Tuvieron que pasar 17 años y la muerte de Franco para que Amnistía Internacional llegara a España.
Sabemos que nuestro trabajo no siempre tiene el éxito esperado. Lamentablemente, después de estos 40 años de democracia, seguimos pidiendo justicia para las víctimas del franquismo y, si dentro de 40 años se sigue sin haber hecho justicia, seguiremos reclamándola. La nuestra es una labor lenta pero incansable para hacer cada día un mundo un poco mejor que el día anterior. Amnistía Internacional fue legalizada en España, sorprendentemente, el 10 de febrero de 1978 por el entonces ministro del Interior Rodolfo Martín Villa y nuestro primer presidente fue el sacerdote Manuel Casanoves.
Manuel Casanoves estaba en Londres en 1961 y entró en contacto con la organización desde el primer momento, siendo socio desde 1962. En 1976 se realiza una de las primeras reuniones que darían lugar al nacimiento de la sección española. Se trataba de una reunión para iniciar una campaña contra la tortura en Uruguay. Después vendrían otras campañas sobre Paraguay y China y en 1978, el 15 de julio, se celebró en Barcelona la Asamblea Constituyente, aunque la reunión definitiva se realizaría el 26 de diciembre en Madrid, en los locales de Cambio 16. En esta reunión quedó constituida la Sección Española de Amnistía Internacional y Manuel Casanoves fue nombrado su primer presidente.
Eran tiempos convulsos en nuestro país y no fue fácil. De hecho, en 1979 nuestra sede en Madrid recibió tres ataques. El último fue una bomba incendiaria que lanzaron el 11 de diciembre y que dejó un herido y la sede quemada. Siempre hemos sido un movimiento incómodo y siempre hemos estado en el punto de mira de los gobiernos totalitarios. Por esta razón, en 1981, como consecuencia del fallido golpe de estado de Antonio Tejero, los listados de socios de AI España fueron llevados, como medida de precaución, a la embajada francesa en Madrid.
Pero nuestras principales características son la independencia y la perseverancia. La independencia la conseguimos gracias a nuestra independencia económica, ya que no aceptamos dinero de estados, ni movimientos políticos, ni empresas, sino única y exclusivamente de nuestros socios. La perseverancia es nuestra razón de ser y nuestro trabajo diario. Quizás por eso hoy somos más de 84.000 socios en España (más de 7.000.000 en el mundo) y 2.400 activistas que seguimos luchando día a día y pueblo a pueblo por los DDHH.