En Jerez se acuñó y se fabricó hace un tiempo la falsa idea de su sostenibilidad en el Transporte Público Colectivo, nada más lejos de la realidad, sobre todo en lo que afecta a la repercusión de sus autobuses urbanos y de pedanías, donde el desgobierno y la ineficacia imperan, produciendo unas altas dosis de contaminación ambiental y acústica.
Es un fraude el servicio que se le presta a la ciudadanía, la lentitud, la mala interconexión, la complejidad de rutas, los atrasos, y los detenimientos para regular en el centro y en medio de la travesía, además de la incomodidad por su veteranía, algunos rebasan los 25 años y están mal cuidados y la falta de servicios para la subestación de Pedanías junto a las Angustias.
Es un agravio para los vecinos del centro que se ven afectados por paradas interminables, regulación la llaman, que con toda vibración, ruido y emisión de gases realizan los autobuses, con y sin conductor adentro. Plaza de las Angustias, Esteve y calle Diego Fernández Herrera son un notorio ejemplo de lo que no se puede, ni debe vivir.
Este Ayuntamiento ya cuenta con las quejas de los vecinos, la demanda de los usuarios y diversos estudios que a lo largo de este siglo se vinieron realizando para resaltar y confirmar que la organización del servicio es pésima y de acuciante modificación; pero estos gobernantes, como los anteriores, solo dan absurdas explicaciones y evasivas para no sentarse a diseñar y poner en marcha las soluciones.
Sí, se harán fotos en esta semana de la Movilidad, prometerán nuevos autobuses que no pueden comprar y nos traerán soluciones viejas como la flota que ya compraron hace unos años a Madrid, pero no se enfrentarán a la solución fácil y nada costosa, de unas lanzaderas que pasen por el centro y unas interconexiones en la infrautilizada Estación de Autobuses y en otros puntos donde la erosión a la ciudadanía se vea mitigada.
Seguiremos exigiendo un trato digno y saludable para la ciudadanía y una gestión eficaz y próspera.