Apretón de manos y sonrisas de oreja a oreja. Sánchez y Rajoy se vieron las caras días atrás en Moncloa en una reunión que dista mucho de la que tuvo lugar tras las últimas elecciones generales.
Apretón de manos y sonrisas de oreja a oreja. Sánchez y Rajoy se vieron las caras días atrás en Moncloa en una reunión que dista mucho de la que tuvo lugar tras las últimas elecciones generales. El recién elegido secretario general del PSOE —otra vez— se reunió con el presidente del Gobierno —el que eligió con su abstención y contra quien eligió buscar una mayoría parlamentaria— durante dos horas y media, con un tema central sobre la mesa: Cataluña.
Tras el encuentro no hubo comparecencia de ambos pero sí de sus portavoces, que recalcaron “el buen clima en el que había desarrollado la primera reunión” y el acuerdo de “mantener un contacto permanente” ya que coinciden “en lo esencial” sobre el problema catalán. Robles y Méndez de Vigo, portavoces del PSOE y del PP tras la reunión, fueron claros: Rajoy y Sánchez salieron contentos de la reunión. Y Robles recalca: “Pedro Sánchez no se va a quedar quieto a esperar qué sucede el 1 de octubre”, fecha de la convocatoria del referéndum por parte del gobierno de la Generalitat.
Patidifuso me quedo: Sánchez no se va a quedar quieto. ¿Y no se queda quieto frente al desafío de haber aupado con la abstención a Rajoy al gobierno y haber prometido luchar contra viento y marea para desalojarle con una mayoría parlamentaria alternativa? ¿Cuándo piensa mover el culo para poner en orden en sus filas internas —esas que supuestamente le habían traicionado— y responder ante el bochornoso espectáculo que su partido ha permitido durante estos últimos meses, dejando gobernar a uno de los gobiernos más corruptos del mundo con un proyecto social y económico regresivo y desastroso?
Esperen sentados porque Cataluña es la excusa común. Y en esa línea, querer abordar soluciones sobre el problema catalán sentándose con un partido político heredero de posiciones de desaprobación del propio estado de las autonomes un auténtico despropósito. Pero aún es un mayor despropósito hacerlo con el doble rasero con el que se mide el conflicto catalán. PP, PSOE y C’s “venden” que los catalanes pro-referéndum que defienden la consulta soberanista no se preocupan de la situación social y económica de Cataluña así como que la Generalitat utiliza el referéndum como cortina de humo para esconder sus vergüenzas. Pero, ¿qué está haciendo, por ejemplo, el Partido Socialista ahora? ¿Ya se ha olvidado el señor Sánchez de que hace tan solo unas semanas hubo una moción de censura para desalojar a Mariano Rajoy y que ha mirado hacia otro lado? ¿Dónde ha quedado su renovador proyecto político alternativo para el PSOE del que se hacía eco en las primarias? ¿Hasta dónde va a llegar el descrédito de la doble vara de medir política del Partido Socialista y sus maquillados dirigentes?