No tenemos intención de echar el cierre a Confesiones. Vaya por delante. En absoluto. Un querido lector me ha dejado caer si estaba barajando esta posibilidad después de leer el artículo de ayer, que insisto en que fue una simple limpieza de bodega, tal y como creo que decía explícitamente el texto. Aquí vamos a estar hasta el final, queridas y queridos lectores, sea ese el final que sea. Haremos como Marta Rovira, la heroína indepe, y “lucharemos hasta el final” (como dijo entre lágrimas días antes de irse a Suiza… en nuestro caso, más modestos y a la vez más hedonistas, no creo que pasemos de Conil).
Tenemos un tanto olvidada la res pública jerezana. La imparable internacionalización de los lectores de Confesiones, diseminados por Londres, Coruña, Madrid o Valencia/Teruel, entre otros sitios, hace que a veces se pierda de vista lo más cercano... No es el caso, estos lectores son los primeros que saben que el vínculo de este cronista con Jerez es tan fuerte y sincero como el de… hummm… como el de, por ejemplo, las folclóricas con su público, por lo que esos mismos avezados lectores son curiosamente los que más reclaman saber de la actualidad de tan singular ciudad y su incomparable campiña -citada ni más ni menos que en El Quijote-, que muchos de ellos conocen y han disfrutado, y los que no, sienten por ella esa extraña nostalgia que a veces se tiene de lo no vivido.
Bien… hay tres hechos que merecen toda nuestra atención: motos, empedrado y Feria. Lo del doble Gran Premio de Motociclismo es muy buena noticia, aunque sea forzosamente sin público. Una semana de foco de atención para la ciudad en julio; lleno –supongo- en los hoteles y a ver en qué fase se encuentran los bares (no pido plena normalidad, con que no se parezcan a la consulta del dentista es suficiente). Algo de alegría –y dinerito- para Jerez.
Ay, amigas y amigos, el empedrado… bueno, más bien el desempedrado de Esteve y Vargas. Dejando de lado todo lo que tiene que ver con conducciones y saneamiento, este es un tema del que nos faltan elementos de juicio. Seguro. Olfato periodístico. Desde el principio se ha percibido cierto empecinamiento por parte municipal más allá de la disposición de equis fondos Edusi. Se obviaron los dictámenes de la comisión de patrimonio y finalmente se removieron sillones. Ni vecinos, ni ecologistas ni ahora la Junta comparten cómo se han planteado estas obras. Mi conocimiento del tema piedras no pasa de mis hermanos, tías, primos y sobrinos, pero es un hecho que una ciudad histórica, que reclama para sí incluso una capitalidad cultural, debe cuidar estos temas hasta el mínimo detalle. El concejal del ramo lleva parte de razón al mantener que en Esteve no está levantando la Vía Apia, pero la pierde al decir que el empedrado –ese en concreto- es de 1995. No es la piedra suelta, es la piedra en el entorno, de lo que se habla. Y es que incluso es un tema casi de oportunidad: ¿ahora que va volviendo el comercio, haces la obra? (por cierto, imposible guardar la distancia social de seguridad al entrar en la plaza desde Corredera por el lado de la iglesia de San Francisco, ojo). Ah, y apenas hemos hablado de Vargas, que todo indica que se convertirá en una macro terraza (vale, macro, con su tamaño, no va a ser) si todos los locales ponen veladores: hala, en verano ruido hasta las dos de la mañana mínimo, pero esta vez ya legal… En fin, este tema va a seguir dando que hablar, seguro.
Y por último, la Feria en los balcones a partir de este sábado -¿o abrirá ya alguna terraza esta noche pero sin luz?, ja, ja-. Vaya ambientazo, por cierto, en la calle Ponce, mira que parecía un sitio más bien tirando a sosillo… la que han montado los vecinos. Igual en Jardines del Tempul. Creo que sobre este tema Confesiones, por una vez, va a mantener una actitud neutral (“en el término medio está la virtud”, Aristóteles). Hay gente que no quiere saber nada del asunto, por el luto de la pandemia e incluso porque piensa que si no hay Feria pues no hay Feria y ya está, y otra dispuesta a darlo todo (o casi) y a tomarse tan pichi sus medias, su rebujito y su jamón en el balcón. Veremos…
Y bien, damos paso ya a Cultura Infecta. Hoy de nuevo una sección muy trabajada, que viene condos temas. Uno, como es habitual, lo proporciona El País, el otro… no, el otro lo proporciona el sentido común. En primer lugar, destacamos la buena pinta que tiene el documental Letters to Eloísa sobre el escritor cubano José Lezama Lima (Eloísa era su hermana), glosado en un artículo en este medio. Ya cogiendo carrerilla les recomendamos la lectura de Paradiso, una novela estupenda, aunque no es fácil. Como segundo tema, nos llena de satisfacción el anuncio de que Tom Cruise rodará su próxima película en el espacio. Es una noticia sensacional –hay un montón de sitio y está muy lejos- que el protagonista de Cocktail (tan mala que da risa) y Top Gun haya tomado una decisión que desde aquí respaldamos plenamente… Ah, no es imprescindible sacar billete de vuelta.
Así damos paso ya a Desinfección y Chuletas, una sección tirando a tramposa y bullanguera que, sin embargo, nace de la obligación y del deber, el de hacer caso a las autoridades sanitarias, que recomiendan lavarse continuamente las manos, lo que produce la aparición en la palma de mi mano diestra (soy siniestro) todo tipo de palabras escritas a boli: no le den más vueltas, chuletas de toda la vida. Hoy aparecen “troposfera, estratosfera, mesosfera, termosfera y exosfera”, las cinco capas de la atmósfera. Próximamente, en la exosfera habrá dos elementos novedosos: Tom Cruise y un papelito ingrávido en el que pone “Carlos Piedras Morales, notable en Ciencias Naturales, 6º EGB”…
Y nos vamos. Qué nervios… ¿qué comunidades pasarán a la fase 1? ¿Estará Madrid o no? Parece que no. Las urgencias políticas van rápidamente ganando terreno a las sanitarias en todo lo que se refiere a la pandemia…
Cuídense.