Mirando la planilla

Nací en Madrid, en 1965, aunque llevo exactamente media vida viviendo en Jerez. Soy licenciado en CC de la Información (Periodismo) por la Universidad Complutense. He sido jefe de la sección local del Diario de Jerez y también he trabajado en Información Jerez y el Diario Ya (época de Antena 3). He colaborado con El Mundo, Economía y Empresas, Notodo… Soy socio fundador de lavozdelsur.es. He publicado el libro ‘Sherry & Brandy 2.0’ y he redactado el guion del documental sobre el vino de Jerez ‘Sherryland’. Todo esto ha hecho que me vaya haciendo una idea aproximada de las cosas… 

Una madre vigila a sus hijos durante un paseo. FOTO: CANDELA NÚÑEZ

Está habiendo cierto despiste/pitorreo con el tema de los horarios, por tramos de edad, que ha establecido el Gobierno para facilitar la salida de los ciudadanos para pasear o hacer deporte durante una hora a partir de este sábado. Personalmente creo que es muy fácil de entender: adultos primera y última hora del día; niños acompañados, horas centrales; y mayores pues entre los niños y los adultos (nótese la simbología). Entiendo que esto no tiene ningún problema para los ‘millennial’, que han nacido con una hoja Excel bajo el brazo, pero hay gente que se lía por pura pereza, que no está acostumbrada a leer tres líneas seguidas y todo lo pregunta (“shooofeee… ¿este autobús es el 4?”… joder, pues míralo) y otra (gente) que es por no pararse un momento, recapacitar y relacionar lo que se le indica –en este caso el horario— con experiencias anteriores, colectivo este último con el que Confesiones se vuelca desde ahora mismo. 

Vamos a poner un par de ejemplos empíricos. Allá va uno, sobre todo para los mayores de 50 años… ¿Alguno de ustedes tenía algún problema en entender los horarios y películas que ponían en los cines de sesión continua? ¿A que no? Estaba perfectamente claro encima de las taquillas que a las 15:30 (sábados y domingos) era la del oeste; a las 17:30 la de vampiros; a las 19:30 volvían a pasar la del oeste; a las 21:30 una de destape (una palabra preciosa) y a las 23:30 (los sábados), nadie sabe lo que ponían ni a nadie le interesaba porque el personal iba al cine a otra cosa… aunque solían ser de Bruce Lee (¿o la de Bruce Lee era a las 21:30 y la de destape dos horas después? Tiene más sentido…). ¿Fácil, no? Pues eso… Lo del horario de salidas no tiene nada, hombre…

Otro ejemplo rápido: seguro que tampoco tienen problema los que han participado en competiciones de aficionados en fútbol sala o baloncesto y que utilizaban pabellones municipales (creo que aquí bajamos la edad a los mayores de 40). Vámonos a un sábado tipo, en el que podíamos encontrarnos –siempre muy claro— con que a las 9:00 iban ‘Los Fraggles’ contra ‘Los Amigos del  Cañizo’; a las 10:30 ‘Chumbawamba’ vs ‘Ole Mis C…’; a las 12 horas un apasionante partido de baloncesto entre ‘Top of the World’ y ‘Vamos muy Creciditos’; a las 13:30 se cerraba la matinal entre dos grupos de pioneras del fútbol femenino, ‘Las Amazonas’ vs ‘Las Empoderás’. Tras el preceptivo cierre para que el que conserje fuera a compartir el arroz familiar, a las 16:30 se reanudaba la actividad con un increíble ‘Los Juanitos’ vs ‘Los Patatas a la Importancia’; a las 18 horas, ‘PardoLomo’ vs ‘Los Granjeros’, y ya a las 19:30, para cerrar esta jornada maratoniana, un partido entre ‘ParaChutes’ y ‘Los BoliZas’, dos estilos totalmente contrapuestos… 

Bien, tras esta exposición exhaustiva pero no por ello carente de interés… ¿Alguien es capaz de pensar que alguno de los jugadores se equivocara de hora… o incluso de equipo? No, queridas amigas y amigos, todo el mundo sabía cuándo y con quién jugar, y eso que ya ven qué de colectivos: rocieros, ‘moelnos’, rurales, antidroga, cocineros, graciosillos… que a veces podían prestarse a duplicidades, pero no era el caso, ya que todo estaba bien expuesto en el correspondiente cuadrante, planilla o como lo quieran llamar y todo el mundo sabía su sitio. A sí que… ¿a qué viene ahora lo de “qué lío”? Dejémonos de molicie, por favor, y disfrutemos de la hora que graciosamente (en el sentido antiguo de la palabra) nos da el Gobierno para salir… No sin antes expresar una (pequeña) queja y una duda. La queja: con sus horarios, el Gobierno destierra a los adultos de la vitamina D. El problema no es tanto que expresiones como “estoy más blanco que un choco” o que “las tetas de una monja” cobren más vigencia que nunca, sino las enfermedades que su falta lleva aparejadas, sobre todo óseas, según leo en una fuente ‘siempre’ infalible como es Wikipedia. Respecto a la duda, la misma va sobre las personas mayores que corren, que las hay: ¿deben hacerlo en el horario asignado con el calor que se espera? A ver si va a salir alguien a las siete de la tarde con más de 30 grados a ‘darlo todo’, pudiendo salir un rato más tarde con los ‘adultos en general’…

Bien, y sin más preámbulo damos paso a las secciones fijas de Confesiones, empezando por Cultura Infecta. El lector recordará que a comienzos de abril lanzamos al aire quién sería el primero en citar en medios de comunicación “¿quién me ha robado el mes de abril?”, la conocida canción de Joaquín Sabina. De alguna manera apostábamos por Carlos del Amor (TVE), aunque constatábamos que, en honor a la verdad, el cursi había sido ya este propio cronista –en una especie de juego tipo novela de Paul Auster—, desde el mismo momento en que era él quien planteaba la cuestión. Lo cierto es que no he estado muy atento al tema –no por estar confinado tiene uno que seguir cómo se van resolviendo las pamplinas que él mismo días antes ha planteado— pero ayer me llama un querido lector para decirme que lo acaba de decir Roberto Brasero en El Tiempo con Roberto Brasero, como no podía ser de otra forma. Un día 30 no podemos afirmar que el hombre del tiempo de Antena 3 haya sido el primero en decir en medios de comunicación “quién me ha robado el mes de abril”, está claro, porque seguro que no ha sido así, pero sí podemos decir, sin miedo a equivocarnos, que Roberto Brasero ha sido el último en hacerlo… Desde aquí todo nuestro reconocimiento. 

 En la sección Desinfección y Chuletas, después de los habituales lavados continuos de manos siguiendo las instrucciones de la autoridades sanitarias, me aparecen precisamente varios tipos de nubes: cirros, cúmulos, nimbos, estratos… nubes que presagian una nueva tormenta sobre un notable en Ciencias Naturales de EGB…

Parece que después de la noticia de El Mundo, que contó con el firme altavoz de Confesiones, el Gobierno se muestra dispuesto ahora a comprar test de coronavirus a la industria farmacéutica nacional, lo que demuestra el poder que sigue teniendo la prensa. Que por qué antes se iba tanto a ‘los chinos’, pues eso ya…

Cuídense…

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