¿Se pueden seguir haciendo unas Confesiones mientras se disfruta de un baño en la playa? Como dice un anuncio que ponían en la tele hace unos meses: yo ahí lo dejo. O podemos volver a uno de nuestros momentos favoritos ante la catástrofe, el protagonizado por una de las grandes parejas del cine, Bogart y Bergman, ya saben “El mundo se derrumba y nosotros…” y nosotros cogemos y nos vamos a Valdelagrana a darnos un baño y tomarnos una cerveza bien fresquita. ¿No bebían ellos Champagne esperando a los nazis en París? Pues hala. Los pandemitas debemos aprovechar estas oportunidades que nos brinda la fase 2. Llevamos grabado qué se puede hacer en cada fase como si fuera una de esas chuletas que aparecían en la desaparecida sección Desinfección y Chuletas, todo un hito de los días duros de Confesiones que sirvió, recuerden, para que muchos lectores se reconciliaran con su tierna infancia e incluso su primera juventud...
No sé por qué pero me parece que a alguno de ustedes, queridas y queridos lectores, tal vez alguno un poco snob, le ha chirriado no tanto que vaya a darme un baño en el primer momento de la Fase 2 como que haya elegido Valdelagrana para ese chapuzón. Con esta ‘tesis del baño’ pasa un poco como con la tesis de las protestas contra el Gobierno que esbozábamos en las Confesiones de ayer: no se trata tanto de protestar contra el Gobierno por su gestión de la crisis del coronavirus como protestar contra ‘este’ Gobierno concreto, independientemente de su gestión de la crisis. E insistimos, que materia para la protesta hay de sobra, otra cosa es el ángulo con el que se empiezan a ver las cosas. Pues a alguno de ustedes les ocurre lo mismo con Valdela (por cierto, una vez un jerezano me recriminó esta palabra y le respondí que solo la he podido oír en Jerez; si alguna vez fue despectiva hace mucho que dejó de serlo, pasa un poco como con los seguidores del Atlético, entre los que ya saben que me incluyo: de ‘indios’ en los 70 –que nos lo pusieron nuestros vecinos, que son muy finos, porque el equipo tenía muchos sudamericanos— a años después tener de mascota precisamente a un indio).
Nos estamos dispersando. No pasa nada. Les decía que alguno de ustedes –sí, lo voy a centrar en los hombres porque los prejuicios de las mujeres suelen ir por otro lado- habrá dicho “¡Valdelagrana! Tanta gana de playa y coge el tío este y va a Valdela”. Pues sí, qué de prejuicios, insisto. A ver, a mí, ya puestos, también me parece más ‘cool’ la Puntilla, pero no se trata de eso, no… detrás de estos prejuicios se encuentra la secta de ‘Los Adoradores de la Barrosa para Abajo’, que vienen a ser algo así como una escisión ‘playero-guays’ del Priorato de Sion que incluye, entre sus capítulos, La Barrosa, Conil, El Palmar, Caños, Zahara, Alemanes y Tarifa… que sí, que claro, pero la cuestión es que este cronista se encuentra entre esa gente que, bien por gusto o por trabajo, le gusta ir a la playa un rato, dos o tres horas, y para eso Valdelagrana está estupenda: que quieres andar por la playa, te metes para los Toruños, que quieres más rollo urbano, pues hala, baño optativo y cerveza en una terraza… o las dos cosas, cervecita como premio al paseo. Ah, y en veinte minutos duchándote en tu casa. Ir a ‘la Barrosa para abajo’ ya no tiene nada que ver con el viaje que era hace veinticinco años o así, pero al final es para echar el día. De hecho, si se puede, mejor unos días.
No hemos respondido aún a la pregunta con la que se abren estas ‘Confesiones’ y ya se ha puesto sobre la mesa una aún más compleja: ¿Se pueden seguir haciendo unas Confesiones mientras se pasan unos días en la playa? Es evidente que el final de esta sección se va acercando de manera inexorable, a no ser que, por desgracia, haya un repunte y Jerez se convierta en la Totana de la provincia de Cádiz, digamos, pero sin la simpar Bárbara Rey entre sus conciudadanos. Por cierto, qué buenos ratos en las playas de Cádiz-Cádiz, tanto para el baño como para la cerveza en el paseo marítimo…
Y ante la imposibilidad de responder debidamente por ahora, pasamos ya a su pequeño magazine favorito de prensa, La Pandemia, al día, que hoy podría presentar perfectamente Teresa Luisa. Como sé que a algún lector de esta sección no le gusta Guillem Martínez –al que este cronista sigue desde que escribía en El País—, pues razón de más para recomendar su habitual artículo en CTXT. Esta semana toca “Fin del segundo acto Covid” en su particular Decamerón. Muy recomendable también César Calderón en Voz Populi, cuya reciente contratación no acaba de convencer a buena parte de la audiencia de este medio, que aprovecha el apellido del director, Cacho –se trata de Jesús Cacho, claro—, para coger carrerilla y lanzar todo tipo de asociaciones muy habituales en castellano, incluido “cacho cabrón”, que se puede leer sin mayor problema en los comentarios: eso es ser liberal. Ah, el artículo de Calderón, “La derecha que más gusta a la izquierda”, dará que pensar a más de uno, sobre todo si es de derechas. Por último, un titular de El Mundo: “Baile de cifras. Sanidad rebaja el balance total de muertos a 26.834, casi 2.000 menos que la cifra que ofreció ayer”. Pues nada, a ver si con un poco de suerte mañana y al otro vuelve a ocurrir lo mismo… Seguimos con un disparate tras otro: hemos dicho que es El Mundo, no El Mundo Today.
Este autor recuerda que las playas que a él le gustan no tienen forzosamente que coincidir con las que figuran en un artículo semi de ficción como este… ¡Viva la Puntilla!