Que la izquierda nunca se une, que está condenada a las diferencias, que los liderazgos se imponen a los proyectos por los egos, que lo horizontal no puede funcionar porque el ser humano no está diseñado para vivir en igualdad y que no todos aportamos lo mismo intelectualmente…de todas estas frases, estoy cansado, de todas. Y mucho más harto estoy de escuchar que la masa es algo monstruoso, como en aquel cine que se representaba en la película Roma 1972, de Federico Fellini. Donde no dejaban actuar a ningún artista y se reconfortaban en la vulgaridad, mientras se vitoreaban consignas patrióticas entre acto y acto. Que la masa, a estas alturas, sea tan devoradora de oradores, políticos y artistas, yo no me lo trago. Ni quiero tragármelo.
Son tantos los mensajes que nos lanzan desde los medios de la derecha para que desistamos en buscar confluencias, que cualquiera se ve tentado a asumirlo. Y es que a medida que este capitalismo se hace más salvaje y despiadado, ver al vecino como un enemigo competidor parece tener más aceptación que intentar quedarnos con lo que nos une. Son muchas las opciones para que un individuo se declare o intente ser de izquierdas: desde el anarquismo, el comunismo, el socialismo, la socialdemocracia, etcétera, o pasando por el actual y peculiar individuo que se encuentra cómodo con un liberalismo suave y un gobierno benévolo en lo social, no puedo dejar de observar que tienen más cosas en común, entre ellos, que diferencias. Aunque ahora se lleve mucho ese progre de discurso solidario y gustos modernos, mientras pide que no se suban impuestos y la supresión del impuesto de sucesiones. Hasta a ese, al que le cuesta criticar al PSOE, mientras se desgañita boicoteando a Pablo Iglesias, por creer que éste alentará a las masas para que nos devoremos entre nosotros, hasta ese, repito, tiene más en común con la izquierda.
Y es que no descarto a nadie. Ni a los despechados ni a los que piden y dicen: justicia Señor pero por mi casa no. Hasta ese, vuelvo a repetir, que se ha aburguesado y desmemoriado, es válido para la confluencia. Y os explico: al margen de que los vicios del ser humano y sus pecados capitales, que nos juegan malas pasadas, cuando reviso los periódicos de izquierdas y veo las opiniones de los partidos que intentan plantar cara al sistema, todos coinciden, por lo general, en lo público y en lo común como estrategia.
Sanidad, educación, vivienda, pensiones, impuestos progresivos, una visión menos horrorosa del ser humano, laicismo, feminismo, interés en mantener un estado que mantenga a flote a los que menos tienen, controlar los sectores industriales y energéticos más estratégicos… En todo eso coinciden y podría seguir enumerando. Es en eso donde hemos de apoyarnos. Más que en si el anarquismo desecha al estado o si el comunismo hace cien años cambió en Rusia a unos tiranos por otros. La confluencia está de cara y si no lo vemos es porque la derecha nos ha comido la tostada.
Desperdiciar, por ejemplo, a nivel local, que tres grupos políticos o partidos como Podemos, Izquierda Unida y Ganemos Jerez no vayan juntas a las próximas elecciones sería catastrófico. ¿De verdad dejarán que la incompetencia de estos esbirros de la derecha como Ciudadanos le dé la llave de la ciudad a Saldaña? Un tipo que sólo triunfa en Jerez por seducir a gente despolitizada y rancia, que encuentra en la maldad y en lo reaccionario su alimento diario. Vamos, que incluso aceptaría al PSOE como animal de compañía para este viaje, si fuera preciso. Evidentemente teniendo las tragaderas suficientes y el cinismo que conlleva la situación para ir de la mano del partido de Felipe González. Compañeros tened prisa porque a este paso en Jerez de la Frontera, algunos, van a santificar al líder de los olvidadizos y las redes clientelares, el que está encarcelado.