Assange y el periodismo de batallitas

Ahora lo mejor que le puede pasar es que lo dejemos tranquilo a él, pero no olvidemos jamás lo que hizo

Catedrático de Estructura de la Información, Universidad de Sevilla. Entre 1974 y 1991 ejerció el periodismo en medios y gabinetes de comunicación. De todas las tendencias. Desde 1991 hasta ahora es profesor de periodismo. Ha tenido su faceta de literato. Más de veinte libros publicados sobre Comunicación, Historia, Periodismo y Antropología. Once libros de poemas, tres de narrativa, algunos premios, estancias académicas en el extranjero (América y Europa). Ama la música y el gazpacho. Y cree que el periodismo es imprescindible. 

Julian Assange, tras quedar en libertad.

Para mí, la noticia de esta semana ha sido la liberación de Julian Assange. Hace años, hacia 2007, Assange fue un héroe para medios de comunicación considerados importantes. Hoy es un maldito, alguien que fue condenado a pudrirse en una cárcel en Inglaterra o a que lo extraditaran a Estados Unidos para ser sometido a un juicio donde el pescado estaba vendido (filtración de documentos reservados, entre otros cargos, 175 años de cárcel). El Poder que mueve los hilos de los medios ordenó que Assange dejara de existir. Y pasó de héroe a villano, se rodaron películas sobre él -o contra él- donde aparecía como el ambicioso joven deseoso de alterar el orden occidental y de poner en peligro la seguridad nacional. En uno o dos cursos, mis alumnos del último año de la carrera de Periodismo ya no sabían quién era. Me recuerda el caso una viñeta de El Roto donde un sujeto pensaba: una riada de noticias se llevó todos mis recuerdos. Como dijo Umberto Eco, la censura, hoy, se ejerce por medio de la hiperinformación. 

No hay nada extraño en todo esto, es así como funciona la vida. La gente debe sentir, no pensar, afirmó John Locke, a caballo entre los siglos XVII y XVIII. En el XVI, Maquiavelo le había aconsejado al Príncipe que le entregara armas al pueblo antes de que el pueblo se hiciera con ellas y ese detalle lo presentara como un acto de camaradería y solidaridad. En Roma se repartía pan y circo y ahora fútbol, tantísimo fútbol que Franco se quedaría estupefacto si levantara la cabeza, él, a quien acusaban de dormir a los españoles con toros y fútbol. 

El periodismo de verdad suele estar oculto en la parte invisible del iceberg. A nosotros nos dan, sobre todo, batallitas políticas y asuntos del sector público hasta llegar a ese periodismo sucio, al que no hay que llamar periodismo, que se agarra del cogote de familiares de políticos como un lobo hambriento a una presa. Ahí está esa legión de periodistas tuertos -sólo mira en una dirección-husmeando a ver si la hermana del cuñado de alguien a quien se quiera destruir ha plantado una tienda de campaña en terreno protegido o le ha pegado una patada a un perro. 

Es cansino e indignante comprobar cómo lo que es noticia destacada para uno de los bandos mediáticos no lo es para el otro y viceversa. Y cómo la misma noticia ni parece la misma según el cristal con que se mire. Está bastante podrido el periodismo, no es nada nuevo, pero sí preocupante porque no damos saltos hacia delante sino que nos quedamos igual o retrocedemos. En mi vida profesional como periodista me he visto defendiendo a unos o a otros según la línea editorial del medio en que trabajaba. Tenía que comer. 

Veo en estos tiempos a algunos de mis antiguos alumnos, en activo en la profesión, jugando a un progresismo o conservadurismo muy radical, convencidos de que lo que hacen es lo correcto. Hasta me han censurado textos periodísticos a mí, su viejo profesor, lo cual no me ha extrañado y lo comprendo, sé de qué va este rollo, lo que me asombra es que no quieran enfrentarse con la responsabilidad de sus actos que incluye darme alguna explicación aunque sea mentira. No, silencio. Se puede ser censor, pero no cobarde, ahora ellos tienen el poder, están en tribus influyentes, yo me he quedado conmigo mismo, no muerdo. Y no doy nombres porque eso es lo de menos. Bastantes problemas deben tener ya encima, los pobres.

Julian Assange quiso ir mucho más allá, el Poder mundial no está en las manos de los protagonistas de las batallitas diarias de unos políticos contra otros. Esos son los payasos de las bofetadas -expresión que León Felipe aplicaba a Don Quijote- que los dueños de los medios colocan ahí -bien pagados o bien modelados- para estar ellos a salvo y que los periodistas nos digan lo que tenemos que pensar y discutir, convirtiéndolos en voceros de unos y otros. La alta política y los lobbies ligados a los fondos de inversión y los bancos accionistas de multinacionales son los objetivos a seguir, principalmente. El periodismo los sigue, pero en una ínfima parte de su trabajo y aquellos medios que osan llevar a cabo un seguimiento continuo acaban mal y son residuales. Hay muchas más noticias en el amplísimo ámbito privado que en el público y sin embargo la mayoría de la información son especulaciones y guerritas en el campo político. Eso es nadar, no bucear hondo.  

Mal terminó Julian Assange. Fundó un sitio en la Red, WikiLeaks, que hizo llegar a la prensa actividades del Poder estadounidense -concretamente de su ejército- en Afganistán e Irak. Unas actividades que no podemos conocer, nosotros a lo nuestro: la Ayuso, el novio, el Sánchez, su señora, el hermano, Alvise, las banderas LGTBI+, las cuotas feministas y el sursuncorda. Luego, muchos sucesos, muchas danas o calores, más feminismo de feria, mucha solidaridad, mucha defensa hipócrita de los vulnerables, mucha patria y unidad de la patria, mucho de lo mismo un día y otro. Interesante, no importante ni urgente. Y mucho deporte, cotilleos y cuidados del cuerpo. El lado oculto de las cosas es asunto de pocos y, además, aunque nos lo contaran, nos iríamos a Netflix a ver una de sus bagatelas. 

Un soldado norteamericano, analista de inteligencia, llamado Bradley Edward Manning, le filtró a Assange lo que no se debe filtrar. Tal vez la filtración más conocida fue la matanza de civiles inocentes que llevaron a cabo helicópteros de guerra USA en Irak. 

El ataque, perpetrado por dos helicópteros de EEUU, se produjo el 12 de julio de 2007. Once iraquíes —entre ellos, el fotógrafo de Reuters Namir Noor-Eldeen y su chofer y asistente, Saeed Chmagh— murieron en el ataque aéreo de las fuerzas de EEUU. El lunes 5 de Abril de 2010 la ONG WikiLeaks publicó el video que desmiente la versión oficial. En aquel momento WikiLeaks era prácticamente desconocida.

El Ejército de EEUU dijo que los periodistas habían muerto durante un enfrentamiento de sus helicópteros con tropas insurgentes. "No hay duda de que las fuerzas de la coalición estaban claramente en el medio de operaciones de combate contra una fuerza hostil", afirmó un portavoz militar a The New York Times. Entre otros medios, la matanza fue emitida por Canal 7, la TV Pública argentina, entonces en manos peronistas, el martes 6 y el sábado 10 de abril de 2010 con traducción incluida del dialogo entre los pilotos de los helicópteros Apache y la base de operaciones estadounidense.  

YouTube ha ido censurando las imágenes en todos estos años o bien nos indica eso tan misterioso de que las “Normas de la Comunidad” de YouTube han decidido que no son imágenes para menores cuando se han llevado años ahí. Este mismo curso las hemos visto en clase en Canal 7 y ahora ya nos solicitan identificación, como si no la supieran. Pueden comprobarlo. Sin embargo, tal vez puedan verlas aquí

El soldado Bradley Edward Manning fue descubierto y en 2013 condenado a 35 años de prisión y expulsión del ejército con deshonor. Antes de abandonar la Casa Blanca, en 2017, Obama le conmutó la pena. Años antes, Manning había decidido cambiar de sexo, desde 2014 se llama Chelsea Elizabeth Manning y hoy luce como una mujer atractiva. Aquí hay otra película, no sé si la habrán rodado, pero si lo hacen tendrán que revisar bien el guion para que los posibles espectadores no se dejen contaminar por la transgresión de Manning y de Assange. Y mucho menos si son muy jóvenes, esos están destinados a obedecer y han entrado por un aro virtual.  

El australiano Julian Assange cayó en desgracia. Ha estudiado de todo (física, matemáticas, filosofía, neurociencia, programación…) y no se ha especializado en nada, por eso creo que es una especie de humanista y una víctima de la cruda realidad, un caso empírico de cómo “matan” a las fuentes de información del periodismo y de cómo el buen periodismo se ve obligado a matarse a sí mismo. Lo acusaron de violar a una joven y de delitos de agresiones sexuales, nada ha sido probado. 

Estados Unidos lo acusó formalmente de espionaje y traición y solicitó su extradición por lo que en 2012 pidió asilo político en la embajada de Ecuador en Londres, que le fue concedido por el entonces presidente de Ecuador, Rafael Correa. Seis años se llevó refugiado a pesar de que en 2016 la ONU dictó una resolución solicitando su libertad. Cuando en 2019 Lenin Moreno estaba en la presidencia del país latinoamericano, Assange fue entregado a las autoridades inglesas que lo encarcelaron. EEUU no ha cesado de pedir su extradición. Y en esta semana que hoy termina ha sido puesto en libertad después de 1.901 días en la prisión de máxima seguridad de Belmarsh, cerca de Londres.    

La vida del herético ha sido destrozada, lo cual no es extraño, es que así funciona el Poder que tiene la obligación de conservarse y para eso a la gran mayoría de ciudadanos y súbditos nos llena la cabeza de idioteces y aspiraciones que nunca serán verdad. Y nosotros colaboramos graciosamente con esta dinámica, se trata, a primera vista, de una especie de esclavitud libremente consentida. Nuestra “libertad” a cambio de destruir la libertad del periodismo. Se supone que la inmensa mayoría somos chusma atomizada y el Poder está todo el día peleando entre él y sin embargo está condenado a entenderse.  

Ahora bien, hay una minoría de ciudadanos que ha luchado en favor de Assange y un estado de derecho -en este caso en Inglaterra- que funciona, a pesar de los deseos del Poder que, paradójicamente, es quien ha cresado ese estado de derecho que le estorba a veces. Lo ha creado para él, lo que ocurre es que con la ampliación de la democracia hay veces en que su propia creación lo perjudica, algo que se observa, asimismo, en que Biden ha permitido la libertad de Assange por miedo a perder votos (si es que al final se presenta, parece que está para sopitas y buen vino). Por tanto, gozamos y padecemos el menos malo de los sistemas para la mayoría de nosotros. 

La propia WikiLeaks confirmó que la defensa del activista australiano logró un acuerdo con el Departamento de Justicia de Estados Unidos que aún no se ha cerrado por completo. “Después de más de cinco años en una celda de 2x3 metros, aislado 23 horas al día, se reunirá con su esposa, Stella Assange, y sus hijos, que sólo han conocido a su padre tras las rejas”, informó la plataforma fundada por Assange. Según la cadena NBC, el fundador de WikiLeaks planea declararse culpable como parte de un acuerdo con el Departamento de Justicia de Estados Unidos que le permitiría salir en libertad tras pasar cinco años en una prisión británica. Como se ve, el Poder no ha perdido del todo, no puede consentirlo. Y ya veremos qué pasa en el futuro, es para no estar tranquilo.  

Medios como CNN señaron que ahora los fiscales norteamericanos solicitarán una condena de 62 meses en Estados Unidos, es decir, los cinco años que Assange ya pasó en la cárcel de Belmarsh, lo que le permitiría al activista regresar a Australia con su familia. Así ha sido. Para salvar el pellejo, Assange se ha visto obligado a desdecirse y eso le ha dado una victoria al Poder y una derrota más al periodismo que, como ven ustedes, no es un contra-poder exactamente.  

"¡Julian es libre! No hay palabras para expresar nuestra inmensa gratitud hacia ustedes, sí, ustedes, que se movilizaron durante años y años para que esto se haga realidad. Gracias", señaló en una publicación en redes Stella Assange, la esposa del periodista, quien acompañó su mensaje con un video en el que se ve al activista australiano subir a un avión.

Ahora lo mejor que le puede pasar es que lo dejemos tranquilo a él, pero no olvidemos jamás lo que hizo. Que esté más o menos sosegado en Australia porque la vida te da sorpresas, como decía aquella canción, Pedro Navajas, compuesta por Rubén Blades. No sé si este tipo de personas puede estar quieta en su casa. Assange afirmó una vez, en 2017: "Detenido durante 7 años sin cargos mientras mis hijos crecían y mi nombre era vilipendiado. Ni olvido, ni perdono". Personas como ésta son necesarias, ellas se inmolan —Assange está enfermo—, pero la Humanidad consciente da un pasito más en su deseo de ampliar el conocimiento de sí misma.