Lo malo, si breve, no tan malo

Se acabaron los textos tan largos, ganas me dan de liquidar ya el presente, hoy hay más escritores que lectores y más opinadores que informadores y formadores

Catedrático de Estructura de la Información, Universidad de Sevilla. Entre 1974 y 1991 ejerció el periodismo en medios y gabinetes de comunicación. De todas las tendencias. Desde 1991 hasta ahora es profesor de periodismo. Ha tenido su faceta de literato. Más de veinte libros publicados sobre Comunicación, Historia, Periodismo y Antropología. Once libros de poemas, tres de narrativa, algunos premios, estancias académicas en el extranjero (América y Europa). Ama la música y el gazpacho. Y cree que el periodismo es imprescindible. 

Una imagen sobre el futuro tranvía de Alcalá de Guadaíra.

Algunos miembros de la crème de la crème de receptores -barra as- que me honran con la lectura de mis textos dominicales me objetan: 1. Que son muy largos. 2. Que se pierden en mis disquisiciones. 3. Que la publicidad digital se interpone entre ellos y mis palabras.  

No se preocupen, todo tiene solución menos la publicidad, incluso la muerte va camino de morir. Se acabaron los textos tan largos, ganas me dan de liquidar ya el presente, hoy hay más escritores que lectores y más opinadores que informadores y formadores. No hago falta. En mi caso, escribo por vanidad y por ahorrarme dinero en terapias. Y por desahogo. El dicho de Gracián nos lleva a saber que "lo bueno, si breve, dos veces bueno". A mí me gusta más otra frase que no sé quién la dijo: "lo malo, si breve, no tan malo". 

Brevemente, constato lo que sigue.

  1. Información internacional. Elecciones USA. Primero. La COPE me tiene desmarcado. ¿No es de la Iglesia? Sí, ¿verdad? ¿La Iglesia está contra el aborto? Sí, ¿verdad? Donal Trump, ¿está contra el aborto? Sí, ¿verdad? Kamala Harris, ¿está a favor? Sí, ¿verdad? Entonces, ¿por qué la COPE se inclina mucho más por Harris que por Trump?   
     
  2. Más información internacional. El asunto de Venezuela, ¿no se está exagerando un poco? Muy bien, aquello es una dictadura. Ya está, no le demos más vueltas y a otra cosa, mariposa, a mirarnos la viga en el ojo propio. El informe Draghi afirma lo que ya se sabía: que Europa está en decadencia mientras EEUU se mantiene y Rusia y China avanzan. Macron tampoco respeta los resultados electorales, Inglaterra tiene que acudir a nuevas tasas, incluso por aguantar mucho tiempo en un aeropuerto, algo que el viajero soporta contra su voluntad. Alemania estrecha fronteras para inmigrantes -¡uy, que viene el nazismo!- y se encuentra de capa caída, una de las causas principales es la eliminación de importación de gas ruso. Detrás de la inflación española también está la guerra de Ucrania. ¿Por qué seguimos lamiéndole el trasero a EEUU? Desde los años 50 del XX hasta hoy ese país ha impulsado unas ochenta invasiones de países y ha matado a mansalva en nombre de la democracia. Y nosotros dale que te pega con Venezuela. ¿Eso le va a dar más votos al PP? Qué va. Nos interesan las riquezas de Venezuela, en especial a EEUU, su democracia nos importa un pito. 
     
  3. Información nacional. No estamos tratando lo importante y sustancial de nuestra existencia, que es la socioeconomía, sino las batallas políticas, plúmbeas y repetitivas hasta la saciedad. Lo primero es: trabajo, comida y techo. Lo demás son monsergas. En efecto, ¿libertad para qué si no pueden los jóvenes ser libres? ¿Qué progresismo es éste? A la cola de Europa en viviendas sociales, en paro juvenil, los alquileres demuestran que los andaluces propietarios, a Dios rogando y con el mazo dando. Menos santos por la calle, menos pachúm pachúm y más calidad de vida. ¿O es que queremos ser una tierra de camareros eternamente? Ya veremos lo que pasa con las poses de Moreno Bonilla y sus viajes a China.
     
  4. Más nacional. Los empresarios no hablan nunca alto y claro, están acomplejados, no sea que vulneren la doctrina woke o posmoderna. Yo no solamente quiero retransmisiones en directo desde Las Cortes sino desde todos los consejos de administración de las grandes empresas. "¡Es la economía, estúpido!", en frase muy utilizada en la política estadounidense durante la campaña electoral de Bill Clinton en 1992 contra George H. W. Bush, que lo llevó a convertirse en presidente de los Estados Unidos. Esa frase es marxista y a ver si ahora ya hemos superado el marxismo y mandan los políticos. Exijo que hablen los empresarios -por ejemplo, sobre el escandaloso absentismo laboral- y que haya periodistas que filtren a los públicos lo que piensan los magnates en sus reuniones y charlas, que ya estoy harto de Begoña Gómez, de Pedro Sánchez, del hermano, del padre, del novio de Ayuso, del tibio Feijóo y de un periodismo de buenos y malos. Y no digamos de las “genialidades” de Irene Montero y del baile números.
     
  5. Información local. Si lo llego a saber no estudio el bachiller de letras con el latín y el griego clásico. Ese bachiller es uno de los elementos que me van a salvar de morir estúpido. Pero es que ahora todo son números, ¿no nos llevamos todo el puñetero día hablando de números y de años venideros? Así se nos va a pasar la vida. En Sevilla -la ciudad pasota que siempre duerme- circunvalaciones, cercanías, metro, tranvía, todo es para un futuro muy futuro. Anda y que os den por ahí, ya estoy harto de vuestra copla, vividores y funcionarios perezosos. Dejadme vivir, que un simple enlace entre la SE-20 y la autovía A-4 hace diez años que lo pensasteis, que un tramo de nada del tranvía lo habéis dejado parado todo el verano por falta de vagones, etc., con lo cual se encarecerá. Que el metro tuvo sus inicios antes de que se muriera Franco y se inauguró en 2009, que el tranvía desde Alcalá de Guadaira a Sevilla procede del Plan Director de Infraestructuras de Andalucía 1997–2007, lo pagó Europa, retiró el dinero por falta de aplicación y lo dio de nuevo en 2021 y hasta al menos 2027 no estará listo … ¡Venga ya!
     
  6. Comunicación: la publicidad. Si nos dan lectura gratis, las criaturas mediáticas tendrán que ganar dinero de alguna forma. Casi todo el dinero se lo lleva Google que después se las arregla para pagar menos impuestos que un ciudadano, en proporción. Pero los medios no tienen más remedio que tragar, la competencia es feroz. La publicidad jode al periodismo libre y sin embargo es necesaria. La publicidad tapa la lectura, es uno de los factores que la gente tiene que tragarse, aunque esté demostrado que la repudia. La publicidad es un mundo falso que estimula el mundo falso en el que vivimos.  
     
  7. Conclusión. He aquí un mundo lleno de incoherencias, si profundizas un poco en él se da uno cuenta de que quienes vivimos en una dictadura vestida con su camisita y su canesú somos nosotros, pero, como decía, más o menos, una viñeta de Forges en la que se ve a dos personas hablando de los ciudadanos occidentales: “Están muertos, pero mientras sigan cobrando no se enterarán”.   
     
  8. Y se acabó, esto de ser más breve me viene mejor para dedicarme a seguir escribiendo los dos libros que me traigo entre manos y que nadie leerá. Gracias por sugerirme que sea más leve y conciso.