Puigdemont y Olimpiadas, ¿algo más?

La expectación de la venida de Puigdemont me ha parecido la llegada de Eisenhower a la España de Franco en 1959, sin detención. O la visita de algún Papa. Para algunos incluso podría compararse -sacrílegamente- con la segunda venida de Jesucristo

Catedrático de Estructura de la Información, Universidad de Sevilla. Entre 1974 y 1991 ejerció el periodismo en medios y gabinetes de comunicación. De todas las tendencias. Desde 1991 hasta ahora es profesor de periodismo. Ha tenido su faceta de literato. Más de veinte libros publicados sobre Comunicación, Historia, Periodismo y Antropología. Once libros de poemas, tres de narrativa, algunos premios, estancias académicas en el extranjero (América y Europa). Ama la música y el gazpacho. Y cree que el periodismo es imprescindible. 

Verano. El acto de Puigdemont en Barcelona del que consiguió escaparse.

Creo que vamos ya por los 8.500 millones de habitantes en el mundo y sin embargo para los curritos españoles esta semana sólo han existido dos asuntos: Puigdemont y las Olimpiadas. Ah, y el calor que como es invierno la noticia ha sido también la calor, en Andalucía no es raro que sea femenino, el lenguaje inclusivo en esta materia ha existido desde siempre. 

La canción del verano de 2024 tiene nombre de embutido, se llama Puigdemont, su estribillo podría ser "Puigdemont, el millor del món", se entiende, ¿verdad? Lo que puede sentarles mal a los catalanoparlantes es que su idioma se entienda y proceda del latín en lugar de este euskera que escucho estos días de estancia en la patria de Sabino Arana que no se sabe de dónde procede. Como buen lingüista, he descubierto la diferencia entre el catalán y el euskera. Mientras el catalán se ahorra letras al euskera le sobran. Espero que este descubrimiento me valga alguna distinción, lo malo es que no pertenezco a ninguna tribu ni partido que es donde se reparte el bacalao de los premios. 

La expectación de la venida de Puigdemont me ha parecido la llegada de Eisenhower a la España de Franco en 1959, sin detención. O la visita de algún Papa. Para algunos incluso podría compararse -sacrílegamente- con la segunda venida de Jesucristo que llega a liberar a los catalanes más díscolos de la asfixia española. El hombre se tuvo que ir de su terruño y ha sufrido una pasión de siete años en tierra extraña de la UE, regresando para consumar la voluntad de su padre, Cataluño, sin dejarse prender en el huerto de les olives, se ha limitado a lanzar el sermón de la montaña -resumido- en el Arc de Triomf y ahora dará comienzo su segunda pasión que finalizará con la redención de los pecados que hemos cometido los españoles y la liberación de Cataluña. Pedro Sánchez ha ejercido previamente de San Juan Bautista anunciando su llegada, pactando con los apóstoles del profeta en Madrid o en Cataluña, donde haga falta y con quien sea menester. Todo por la Patria.  

"El atleta Puigdemont llegó a Barcelona a participar en sus olimpiadas particulares después de siete años entrenándose a fondo en gimnasios y estadios europeos"

La UE, por cierto, ha demostrado que la UE no es la UE sino la NO UE, ya quisiéramos todos un destierro como el del prenda éste del que hablo mal porque envidio todo el pelo que tiene cuando yo voy careciendo del mío contra mi voluntad. Puigdemont, peludo, y Sánchez, guapo, no hay quien pueda con ellos y menos mientras Marlaska obedezca y congele a la policía. De manera que el peludo va de turné por la Europa de los derechos humanos cuando ha arrasado el mobiliario urbano catalán, ha jugado con el dinero público, por no hablar de la Constitución impulsada por aquel Honorable Tarradellas. Igualito el exilio y regreso de Tarradellas que el de Puigdemont. 

Vale que se quiera independizar de España, pero las cosas tienen un procedimiento. En Andalucía, como respetamos y seguimos respetando el procedimiento, así nos ha ido y nos va, el símbolo de Andalucía es la vicepresidenta María Jesús Montero que es bipolar: lloriqueos en Andalucía contra el PP cuando está de consejera y la fachosfera en La Moncloa y servicio al señorito en Madrid. Me dio vergüenza ajena ver a esta especie de Manolo el del Bombo arengar a las masitas en favor de su jefe cuando en sus cinco días de eremita estaba pensando en lo que hacer ante tanto follón judicial con su señora que debe ser una mujer ingenua y simplona, digo yo.

El atleta Puigdemont llegó a Barcelona a participar en sus olimpiadas particulares después de siete años entrenándose a fondo en gimnasios y estadios europeos cedidos gentilmente por esta Europa ayer dominadora y hoy con sus raíces y su cultura pendiendo de un hilo. ¡Qué extraño lo del expresident! El hombre viene a España, en teoría no se sabe dónde está, llega cerca del Parlament, suelta un discursito y se esfuma obligando a los mossos a enjaular Barcelona. Se dejaron abierta la portañuela y el pajarito se escapó. Bueno, ¿y los servicios secretos españoles no sabían nada de una persona cuya vida pública y privada está a la vista de todos y todas? ¿Saben más dos o tres leales de Junts que los propios servicios secretos? Oigan, que el mozo está acusado de malversación y de cómplice en actos terroristas. 

¡Qué conscientemente débil es el Estado español, no me extraña que pase lo que pasa! A los viejos los meten en la cárcel y los truhanes se cachondean de nosotros como hizo Puigdemont el Deseado después del sainete que se montó. Si quiere liberar Cataluña, que se vista de soldado, forme un ejército y se enfrente a la realeza borbona que fue la que lo venció, a ver si esta vez gana y no tiene que celebrar la Diada para conmemorar una derrota que no he visto cosa igual. 

"¿Qué pensará Eleuterio Sánchez, El Lute, de todo esto, con la de veces que él tuvo que correr hasta que lo agarraban?"

La otra droga de la semana ha sido la Olimpiada. Estaba por todas partes, el otro día, antes de acostarme a la siesta, levanté la tapa del váter para desbeber y me encontré con una retransmisión parisina. Fue horrible el susto, salí corriendo y deposité mi micción en una maceta del jardín, pensé que la urea es buena para las plantas. Me acosté, puse la radio y estaban las Olimpiadas. Lo apagué y me dormí, al despertar me encontré con una atleta china debajo de la cama. Había llegado la última y no quería que se enterara Xi Jinping. 

Hoy terminan, gracias sean dadas a los dioses. Me han gustado algunos detalles. Hay un atleta rubio, sueco, que va con un palo flexible corriendo -digo yo que será de bambú- lo apoya en el suelo y lo utiliza como pértiga para pasar por encima de otro palo atravesado en horizontal allá en la altura. Y vaya si lo pasa, de sobra. Me dicen las lenguas de doble filo que ese atleta vive en un primer piso pero nunca entra por la puerta, lo hace por el balcón, con un palo también. Y hacen un par de meses, cuando estaba entrenando, al irrumpir rompió el jarrón de Cerámicas La Cartuja que se compró en Sevilla cuando vino por lo de los Grammy a curiosear. Su señora lo abroncó en sueco y él se hizo el idem. 

Su superación personal la notó cuando un día, en lugar de entrar por el balcón de su casa, lo hizo por el del vecino del segundo piso. Casi le da un infarto al dueño que en ese momento estaba relajando a su mascota, enferma de ansiedad, ella sí murió del sobresalto, nunca mejor dicho. El vecino prometió venganza que, por fortuna, aún no ha consumado. 

También me gustó esa carrera mixta donde ni corren ni andan sino que trasiegan como un correcaminos. Es un símbolo de la sociedad actual, siempre vamos corriendo y estamos muy ocupados, por eso decimos tanto lo de "ya te llamaré", "tenemos que vernos", todo esto corriendo, y por supuesto nunca nos vemos, es pura rutina andaluza y, sobre todo, sevillana. La andadera mixta no les gustará a las feministas pues, si bien se observa la igualdad, se trata de una representación de cómo se pueden lograr triunfos entre ambos sexos o géneros y ya se sabe que los tíos somos todos unos delincuentes potenciales y que lo mejor para la mujer es que estemos lejos y con la pata quebrada.

Hablando de igualdad, no estaría de más que los hombres hicieran un esfuerzo al revés, es decir, que no corrieran tanto para que se igualaran las marcas a alcanzar entre hombres y mujeres. Es un gesto caballeroso que todos y todas e incluso todes sabríamos agradecer. 

Me ha sorprendido -y preocupado- lo de la boxeadora que se retiró al recibir dos o tres mamporros, no de Juan Espadas ni de Patxi López, sino de su rival. La golpeada dijo que aquello no era una mujer sino un hombre. Parece que, en efecto, no coincidían hardware con software y que el pegón o pegona superlativa había decidido cambiar de género sin cambiar. Preocupante para el futuro de las olimpiadas, cualquiera sabe a quién se va a tener en frente dentro de cuatro años con tanta modernidad. 

"Carolina ha encontrado un motivo para existir, además de vivir, que vivir vive una planta. A por él de nuevo, no hay de otra"

La estrella sin duda ha sido la inglesa de la carrera de los 800 metros. Rubia y hermosa, si me divorcio por tercera vez prometo pretenderla. El amor no tiene edad y además me va bien porque yo cada vez corro menos, una mujer así es capaz de llegar a su destino mucho antes que el tranvía de Sevilla llevándome a mí a caballito. Su mayor mérito fue vencer a todas las mujeres de raza negra que corrieron con ella. Hay que ver cómo corren los negros, hay estudios que señalan al ADN negro como más veloz que el blanco en algunas competiciones, he ahí la excepción a la regla y el mérito de la rubia. 

Todas estas grandes noticias se han producido bajo un contexto de altas temperaturas, demasiado altas, dicen, olas y olas de calor. Alerta amarilla, alerta roja, yo de niño he tenido alertas de ambos colores y he conocido los 45 grados con cierta frecuencia, en verano. Ahora parece como si se aproximaran diez cohetes nucleares de Putin y los medios de comunicación gritaran una y otra vez "sálvese en que pueda". ¡Menuda noticia! ¡En verano, los informativos abren afirmando que hace mucho calor! ¡Ni que esto fuera Argentina! Voy a repetirlo esta vez en este medio: la alerta amarilla significa que hay que beber agua del búcaro amarillo y la roja del búcaro rojo, tampoco es tan complicado de entender.   

Por último, siguen buscando trapos sucios entre los familiares de Sánchez y Feijóo. Lo penúltimo ha sido una prima de Feijóo con concesiones de la Xunta cuando Feijóo estaba en la mili. A Sánchez lo tienen rodeado, al pobre, y no digamos a Zapatero. Lo del novio de Ayuso sigue adelante. A Abascal ni lo investigan, ése es malo por naturaleza, lleva pistola, el tío, con eso se dice todo. Ha habido más noticias: catedrales que arden en Francia como si fuera queriendo, seres que apuñalan o endiñan con machetes, un marroquí con un montón de antecedentes penales que mató a un señor en Badalona… menudencias que, al lado de una buena solidaridad, no tienen importancia.  

No hay tiempo ya ni de enamorarse en verano y bailar la canción del verano, este año con nombre de salchichón: Puigdemont, a quien está costando más trabajo de capturar que a El Lute. ¿Qué pensará Eleuterio Sánchez, El Lute, de todo esto, con la de veces que él tuvo que correr hasta que lo agarraban? Y en comparación con lo de Puigdemont, Eleuterio no había hecho casi nada. 

Ahora me pongo muy serio para mandarle un abrazo sincero y con todo cariño a la onubense Carolina Marín. No la conozco personalmente, pero me pongo en su lugar y es gordo, muy gordo su problema. Otra vez la rodilla. Como escribió Miguel Hernández, "cuánto penar para morirse uno". Pues nada, lo de siempre, Carolina ha encontrado un motivo para existir, además de vivir, que vivir vive una planta. A por él de nuevo, no hay de otra, y a tener siempre un plan B en la cabeza. 

No tenemos nada mejor que hacer que vivir y ya sabemos por Nietzsche que lo que no mata fortalece, lo decía él que estuvo gravemente enfermo casi toda su vida. Y nos cambió la nuestra, al menos la mía. Me rompí parte del dichoso ligamento cruzado y a pesar de mi edad camino y hasta pateo bastante bien pelotas y naranjas ciudadanas que pululan por los suelos. Carolina, tú ya has demostrado que eres extraordinaria, puedo decir que has ganado de nuevo. Y el detalle de la china He Bingjiao con el pin de España que llevaba dentro tu alma y tu corazón, para llorar y para quitarse el sombrero.