Todos contra todos, qué divertido

El río revuelto es aire y energía para los que habitan en Moncloa y sus aledaños, de ahí están sacando sus votos y con ese río se están poniendo las botas

Catedrático de Estructura de la Información, Universidad de Sevilla. Entre 1974 y 1991 ejerció el periodismo en medios y gabinetes de comunicación. De todas las tendencias. Desde 1991 hasta ahora es profesor de periodismo. Ha tenido su faceta de literato. Más de veinte libros publicados sobre Comunicación, Historia, Periodismo y Antropología. Once libros de poemas, tres de narrativa, algunos premios, estancias académicas en el extranjero (América y Europa). Ama la música y el gazpacho. Y cree que el periodismo es imprescindible. 

Todos contra todos, qué divertido. Pedro Sánchez, en una sesión de control en el Congreso.

Si Luis Carandell viviera tendría para escribir una enciclopedia digital llena de celtiberias shows. Creo que Felipe González fue el que dijo hace poco que cada español somos un partido político. O algo así. Eso ya lo dibujaba Mingote en ABC por lo menos en el tardofranquismo, que yo recuerde. A mi entender, la intención de Mingote era otra: recordarnos la idea de Franco de que en España no se podían legalizar partidos políticos porque los españoles somos muy nuestros. Es verdad. En la Eurocopa –que termina hoy para que pasemos al siguiente recreo, las olimpiadas de París- el único país que tiene que tararear el himno nacional somos nosotros. Tampoco está mal, como ya sabemos lo que se evoca y desea en los himnos, con la música real y Carvajal guiñándole el ojo a la cámara es bastante, no hace falta letra.    

Me da cada vez más pereza conectar con las noticias nacionales diarias, qué le voy a hacer, es mi oficio y mi profesión, pero aguantar esta monotonía, esta canción con dos acordes tan sólo, este deseo de destacar y este postureo de todos contra todos, eso hace que, como se decía en mis tiempos, tenga el cielo ganado. Me están esperando una serie de libros que transmiten asuntos clave y realmente importantes y yo escuchando un periodismo que además cada vez comete más faltas de ortografía y habla más ligero y peor. 

Eso por no mencionar las enormes lagunas de conocimiento que proyectan otros medios –como redes sociales y sitios digitales varios- cuando nos muestran los tremendos errores de formación de algunos políticos y periodistas. Es que, señoras y señores, hoy, un cierto alumnado universitario o una persona que está aprendiendo o mirando el Tik Tok compulsivamente, puede pasar a ser secretario de Estado o ministro, para eso se requiere no tener trabajo alguno o una ocupación de tres al cuarto, poseer labia y listeza, docilidad ante el que manda, ambición y vocación mamporrera. 

Por cierto, Pedro Sánchez, ya que gusta tanto de 'máquinas del barro' de Umberto Eco, debería tener en cuenta también al semiólogo italiano en sus opiniones sobre las redes sociales: "Las redes sociales le dan el derecho de hablar a legiones de idiotas que primero hablaban sólo en el bar después de un vaso de vino, sin dañar a la comunidad. Ellos eran silenciados rápidamente y ahora tienen el mismo derecho a hablar que un premio Nobel. Es la invasión de los idiotas", dijo Eco en La Stampa, junio de 2015. Y también tuvieron aquellas palabras -y tienen- buen eco entre una parte de la opinión pública.      

No saben ustedes lo que es leer, ver y escuchar a los medios del barro progresista todos los amaneceres con el adoctrinamiento feminista que no cesa, los vulnerables buenos por naturaleza, la maldad de la ultraderecha con un PP que –dicen- se ha contaminado del Mal, y venga anunciar caridades de dinero público para unos y otros y venga sacar gente de la cárcel y de apuros legales diversos y venga menas que son angelitos querubines. Los jueces disponen y los progresistas -si les parece- agarran las sentencias y las pinchan en el WC para darse lustre en el boquete anal con letras y todo. 

Esta celtiberia show me recuerda la educación religiosa que recibí, con planteamientos ortodoxos indiscutibles, con acusaciones de pecador y de irse al Infierno a quemarse por toda la eternidad si no se acataban sin rechistar determinadas simplicidades. Es incluso peor que eso, te toman por un asesino, por un racista asesino, por alguien sin sensibilidad a quien hay que lavar el cerebro todos los días y lo hacen personas que desde el punto de vista progresista no resisten ni un examen de primaria y están llenas de contradicciones. Ah, pero como controlan las emociones de los demás son pescadores que logran nadar a gusto en el río revuelto del todos contra todos.    

Cambio de copla y aparecen los derechosos con Carlos Herrera y Jiménez Losantos al frente, insultando siempre a los mismos, valiéndose de sus megáfonos para vejar a quienes les plazca, sabiendo que si los llevan a los tribunales encima les dan una medalla sus empresas y sus escuchantes. Parece la guerra de Gila, que mientras a más gente matas más medallas te cuelgan. Y dale con la amnistía y dale con los independentistas y ahora contra Vox porque Vox es bueno si sostiene al PP y renuncia a lo suyo y malo si opera en sentido contrario. Oigan, ¿por qué no bajan a la arena como Alvise y se enfrentan cara a cara en Las Cortes con sus criticados y despellejados? Está uno de periodistas políticos y de profesores políticos hasta las narices. En la empresa en la que trabajo, la Universidad de Sevilla, se está dando un pulso interno a ver si el PSOE quita de en medio a un rector de su cuerda para poner a otro que le interesa más a Sánchez. Desde que el PP está en la Junta al PSOE le interesa especialmente estar al frente de las universidades, a los sindicatos ya los tiene en el bolsillo. 

Vamos a ver, señores y señoras de la derecha, ¿qué quieren ustedes? ¿Echar a Sánchez? Saben que nunca lo van a echar, ¿verdad? Prefieren convertirse en el trío patriota y peleón Feijóo-Abascal-Alvise antes que organizar listas únicas de coalición. Y, oh, si organizaran una candidatura única, ¿quién va a ser el macho alfa entre los alfas? Es más, si se unen ustedes, un amplio sector de votantes se asustaría porque están poseídos por la preeminencia ética y moral de la izquierda y eso de todos a una como en Fuenteovejuna no va con mucho personal ni siquiera con ustedes, los líderes. 

Ahora, con este Vox resultón están todos contra todos dentro del partido y luego en unas elecciones sus votantes se quedarán en casa o se mudarán al voto útil PP y puede que a Alvise. ¿Dónde está la integridad de la gente? La gente es el problema. A Podemos le ha ocurrido algo parecido: ha querido preservar sus señas de identidad frente al PSOE, lo han abandonado y encima se pelean todos contra todos en su interior, le pasó al PCE, le pasó en Andalucía al PA. El problema es la gente. Y la solución también.  

La izquierda llamada PSOE se acuesta ya no sólo con Podemos y Sumar sino con Bildu y al personal le parece bien. Los vota, ellos, los que yacen juntos, se aguantan los olores de sus pedos nocturnos y siguen adelante. La izquierda se acuesta con los supremacistas derechosos de Junts y con los conversos andaluces de ERC y no pasa nada, ¿dónde está el secreto? También ahí van todos contra todos, Junts contra ERC, Podemos contra el PSOE y Sumar también aunque estén en el gobierno ambos. Ahora bien, las poltronas y el rollo místico que está dentro de nosotros desde que nacemos tienen jodida a la derecha a pesar de ir de cristiana por la vida. No, los misioneros ahora visten con trajes progresistas, sigue pesando mucho la imagen del cura sentado siempre en la mesa de los ricos, ha ganado la teología de la liberación y si parte de esos predicadores se metieran a curas y monjas se habría acabado la crisis de la Iglesia que está en una grave crisis, se le caen a trozos los conventos y los sacerdotes ya entrados en años que resisten hacen penitencia estando a la vez en varios sitios, oficiando. Y al Papa lo llaman anticristo. 

Ítem más. Queda otra arma en la cartuchera progresista. Los inmigrantes. En Francia ya han hecho su papel. En España hay que seguir concediendo derechos al voto a quien lleva un tiempo aquí y no sabe apenas nada de nuestra historia y hay que continuar legalizando ilegales sin saber ni quiénes son ni qué piensan. Venga, esas paguitas, esas acogidas, ese ingreso mínimo vital que va muy lento, lo tienen que recibir más de un millón de familias y sólo vamos por el 17 por ciento. Venga, más impuestos a nuestras nóminas, subidas de sueldo a nosotros los funcionarios que luego te quitan por otra parte, bonos para los jóvenes, más subidas de pensiones que sirven para toda la familia, es la guerra contra el fascismo, todo por la patria multipaís del progresismo. 

El río revuelto es aire y energía para los que habitan en Moncloa y sus aledaños, de ahí están sacando sus votos y con ese río se están poniendo las botas. Todo es legal, todo es democrático, cumplen las normas que se establecieron en la Transición y años posteriores, se hace lo que los votantes desean, al que vote despistado a estas alturas habría que multarlo por papanatas, sería un despistado para la derecha y un patriota para el progresismo o al revés. La Constitución tiene mil lecturas y la que prima ahora es la de los que se alían legalmente a pesar de que sean alianzas de pitiminí. 

Quien maneja las emociones y mete denarios en las carteras es quien gana. Y esos no son ni Feijóo ni Abascal ni Alvise. Alvise sobra, si no tuviera ese deseo de ser una estrella –aunque afirme que no debería existir- se uniría a lo ya existente en lugar de joder. Abascal no sólo ha visto a Alvise quitarle 800.000 votos sino también que en Europa y otras partes del mundo sus ideas irán implantándose poco a poco de seguir así el patio. Y anhela separarse de la indefinición constante del PP que ni tiene las cosas claras ni elabora espeso el chocolate. Se podrá haber equivocado o no con su ruptura institucional, pero está bien que no quiera ser muleta del PP y demuestre coherencia. Eso sí, ahora deberá cargar con el cabreo y abandono de militantes que, aunque estaban contra la España de las autonomías, habían encontrado sillón y silloncitos en las autonomías. Es que la decisión de Abascal es darle demasiado a la Patria y todo en demasía es malo.     

En este todos contra todos se irá despejando el paisaje y puede que el remedio sea peor que la enfermedad, no por culpa del remedio, precisamente, sino de quienes han originado la enfermedad que se llama injusticia social, robo de la ilusión e incapacidad para hacer frente a los llamados efectos perversos de la globalización. Con el apoyo del pueblo, no se olvide. La ignorancia del entorno no exime que se pueda votar sobre él.