¡Danzad, danzad malditos!

Hemos tenido que soportar en estas pruebas entre otros cambios de última hora, una ampliación de plazos de entrega de la Unidad de Trabajo como "premio" a aquellos "rezagados" que, teniendo un plazo como todo cristo, tuvieron un poquito más de tiempo

Santiago Benjumeda León

Fotograma de la película 'Danzad, danzad, malditos' (1969).

Igual que el film Danzad, Danzad malditos, he aquí mi periplo en las oposiciones de este año de  un opositor a Formación Profesional de la rama Agraria de la Junta de Andalucía. Un proceso caro, para élites, donde según mi experiencia aquí relatada, en breve, no existe transparencia,  ni tampoco igualdad de trato y donde arriesgas tu vida en la carretera gracias a cambios de  última hora que imposibilitan poder organizar viajes de manera segura. Cualquiera que se  presente a estas pruebas podrá encontrar similitudes en cuanto a lo mal que se tiene que pasar para poder trabajar como profesor en la Junta de Andalucía, por oposición, no por listas  extraordinarias donde puede entrar como funcionario cualquier docente. Considero que  alguien que saca una nota en un examen debe ser incluido con más venía que alguien que  presenta "su curriculum vitae" y no se expone en ningún momento al Gran Tribunal. En la  película de 1959, se muestran las horrendas historias de los aspirantes a ganar un concurso de  baile, la pareja ganadora sería la que consiguiera llegar al final de la locura de bailar sin parar al  ritmo impuesto por los organizadores.

No recuerdo si era una semana bailando o algo así.  Estos ritmos eran cambiantes, al antojo de mentes sin escrúpulos que ponían a prueba la  resistencia, resiliencia o como quieran llamar a la serie de cambios diabólicos propuestos por  los promotores para zancadillear y echar el rato viendo cómo lo pasamos de mal. Exasperan,  frustran, te joden la marrana y aun así, lo único que obtienes de impresiones de tus  compañeros opositores es un soso "é cho que ai, en galego, es lo que hay" o comentarios  pobres, sin crítica al sistema ni nada que pueda perjudicar su oportunidad de lograrlo. Y esta  falta de crítica es reconocible cuando la gente tiene miedo a que sus comentarios puedan ir en  su contra. En los sistemas de elección no-democráticos, una candidatura está cubierta de un  solo-aparente halo de total seguridad a prueba de hackers, mirones, copiones, fraude,  impostores etc.., un anonimato mentiroso al que le damos el beneplácito de transparente,  pero el cual está cubierto de sesgos tan poco transparentes como contar los votos en  Venezuela. Ohhh, soy el número 56478964 en el examen A, Soy el número 599065432 en el examen B y Aaaah! De repente en la prueba oral soy fulanito de tal con DNI tal y tal!!! De  repente tengo cara, cuerpo, pensamiento crítico, expresión hablada, soy políticamente  incorrecto. En medio de mi exposición se levantó un vocal y espetó en voz alta: tu Unidad de  Trabajo tiene 25 horas y eso es antipedagógico. No he encontrado todavía en ninguna parte de  la convocatoria ninguna restricción horaria, al margen de otros fallos en los que pude incurrir.  Este año fue un experimento y quizá no se valoró mi propuesta como yo la preparé.

Por supuesto ese comentario influyó en el resto del tribunal (5 personas incluidas el Presidente, que por cierto se ausentó los primeros minutos de mi exposición incluso habiendo yo habiendo  pedido que estuviera y los demás vocales respondieron que podía empezar), de ahí las notas  tan parecidas y sin discrepancias objetivas de calado, es decir, todas en el mismo rango (de  3,90 a 4 con poco). Fallos técnicos y de forma que anularían un procedimiento en caso de  grabarse las sesiones orales. No fuimos tantos candidatos, solo 47, de los que un exiguo  número (28) acabaron totalmente el proceso selectivo. Parece como si de repente todos los  vocales ven la balanza caer del lado del comentario crítico sobre la carga horario. Ohhh es  verdad, 25 horas de docencia para una Unidad de Trabajo, a este nos lo cargamos. Encima en  la ronda de preguntas, las preguntas del tribunal no tienen nada que ver con el objeto de mi  presentación, se limitan a: ¿De dónde vienes? ¿Qué carrera has estudiado y en qué universidad?  Increíbles pesquisas de un tribunal que trabaja independientemente de la Fiscalía (dícese de los administrativos de recursos humanos que en el proceso previo recaban tus datos  personales, estudios, experiencia, cursos etc.). Entonces si me sentí delante de un Tribunal,  y lo escribo con mayúsculas porque me sentí juzgado. Qué error pensar que tienes por delante  a compañeros, ¡¡compañeiros!! ¡¡Error, no lo son de facto!!

Tengo por seguro que esto no puede estar avalado ni por el defensor del pueblo ni por la Unión Europea ni por ninguna  consultora de esas tan caras que les gusta a los políticos para justificar todo lo que les parece  bien, con las reglas del juego locas y cambiantes cuando les place, estás se las dan por buenas  porque pagan dinerales que no son suyos, son de todos. Este galimatías me da a entender que  en la presentación oral y a puerta cerrada, entre candidato y candidato, se decide tu nota por  consenso. A mí parecer, entre otras circunstancias, que a la vista del transcurso de las pruebas  se dejan entrever, parece tienen más que ver por cómo has caído y como podrías poner en  peligro su función pública si llegas a pasar las pruebas. Después de suspender el oral me dio  que todo quedó en que soy un peligro andante para los alumnos, en definitiva: un mal profesor, incluso más malo que los funcionarios interinos que entran a trabajar si hacer ningún  examen y ponerse delante del Gran Tribunal Togado.

Hablando de pedagogía, la exposición se ciñe más a la forma que al contenido y, el tribunal tiene más un halo de semidioses salvados  por el sistema y que ningún mindundi muerto de hambre va a venir a cambiar ni una coma de  su verífico. Nada que ver con "demostrar tu aptitud pedagógica", en ningún momento se  puede valorar bajo este sistema y sus rúbricas tu aptitud pedagógica. Eso es falso. Tiene más  que ver con factores que pululan en el universo Funcionarial, los hilos que mueve el padrino,  los hilos de los lobbies, academias, profesores de oposiciones y digamos influencers. ¿Verífico?  Culpable. Culpable, ¿de qué? De no haber seguido la rúbrica con la que se te examina, cenutrio.  Y, ¿por qué? ¿Qué es lo que no he explicado? No hay nada que explicar del tema chaval, aquí hay  que cantar un rollo que nos guste y que nos caigas bien. No se evalúan el cómo te entregas,  cómo se percibe tu pasión por la enseñanza, en definitiva, lo que se explica y se puntúa es de  todo menos pedagogía. No sé, quizás se notó que a mí lo que me gusta es trabajar y eso está  mal visto, que no me gustan las vacaciones, que no me gusta la pasta, que me gusta enseñar.  Qué putada. Cabe destacar que en mi examen teórico saqué notas también muy parecidas, en  torno a un 6 de los cinco evaluadores, margen muy estrecho que da lugar a vislumbrar un  cruce de datos entre evaluadores, una evaluación co-dependiente. Dicho esto, las evaluaciones  son inusitadamente parecidas y la desviación típica de la media es demasiado baja.

Esto da lugar inevitablemente a pensar que los votos están concertados o que los exámenes de los  opositores se intercambian como si fueran WhatsApps, si no, es imposible creerse que un  personal docente que ya está súper estabilizado corrija de una manera tan autómata para  evaluar de manera tan parecida. No cabe otra manera de pensar en los mundos en que  vivimos. Eso en las evaluaciones de expertos independientes no sucede. Si peco de  imprudente al pensar mal, quizás acertaré. Disculpen mi manía persecutoria, mi paranoia. ¿Un  peer-review a la andaluza? ¿Nos designan como tribunal y una vez nos conocemos las caras ya hacemos todo por WhatsApp? ¿Somos expertos en el temario y lo conocen al nivel de los  aspirantes? Discrepo. No.  

Una serie de cambios de las reglas del juego sin ton ni son, a las que parece que incluso los  sindicatos de docencia miran para otro lado. En otro orden de cosas maliciosas, hoy, yo,  Fulanito Experto en todo, omnipotente, como Consejero de Educación y a dos semanas de  haber convocado a las pruebas en Campillos, cuando muchos opositores han hecho reservas  de viajes, pernoctas, pedido permiso, etc. Se me antoja que cambio la parte escrita de  Campillos a Málaga (cuando las pruebas se dijo en un principio que iban a ser en Campillos,  todas), y que se jodan las reservas de trenes, pernoctas, billetes y etc. de los opositores. 

Hemos tenido que soportar en estas pruebas entre otros cambios de última hora, una ampliación de plazos de entrega de la Unidad de Trabajo como "premio" a aquellos  "rezagados" que, teniendo un plazo como todo cristo, tuvieron un poquito más de tiempo,  quizás tenían un padrino en la Consejería de educación para que se les ampliará el plazo por  sus santas bolas de billar. Una ampliación un tanto descorazonadora para todos los que  llevábamos meses trabajando para llegar en plazo. Una ampliación de plazo que, quizá no a  todos, pero sí a los que se lo curraron, sentó como un jarro de agua fría. Un aviso para  navegantes de que aquí empieza a oler a quemado. Un... "despajico conmigo". Pero así, nada  más, sin haber empezado el baile. Para que luego el tribunal te mire con cara de póker de tipo:  qué coño me está usted contando que yo vengo aquí obligado y tu rollo no me interesa salvo si  me suena a la historia que ya me han contado el resto de los opositores que se lo saben del  preparador o academia "Kawasaki Kemevoy a matar en coche Yendo a Oposital". Eso que tú  me cuentas, yo no lo entiendo mi amol. ¿Grabar las sesiones? Uy, mucho trabajo, posibilidad  de comparación con otros candidatos... En definitiva, imposibilidad de impugnar las palabras,  porque las palabras se las lleva el viento. ¡Andaluces! ¡Levantaros! ¡Pedid tierra y libertad! Sí,  pero si nos levantamos, ya disentimos del sistema, discrepamos, criticamos... Y eso es lo que no  quieren que impongamos en las aulas, la capacidad de estimular en los alumnos el  pensamiento crítico. 

En la película aparecen zancadillas de todo tipo, en plena crisis estadounidense la gente estaba  desesperada por un premio económico que, ganando el concurso de baile, les sacara de la  indigencia laboral. Por cierto, una indigencia que, a día de hoy sería comparable a los miles de  educadores que estamos esperando que la lotería nos toque, en mi caso muy esperada con 47  años, la verdad un poco tardía mi vocación profesoril, cierto, pero fuerte y afianzada y con  toda mi verdad por delante. Interino en Madrid sí, pero yo quiero vivir en mi casa, no debería  tener que emigrar en mi propio país. Interinidad difícil de recuperar cuando lo has apostado  todo a trabajar en Andalucía. El que esté en esto sabe de lo que hablo. Eso sí, experiencia a  raudales. Para formar en condiciones a gentes que estudian Formación Profesional.  

Seguimos en el puteo a los enseñantes como cuando Franco dispersaba a los Maestros fuera  de sus Comunidades para desarraigarlos. 

Hablo de lotería porque llegar a terminar un proceso selectivo como el de este año se ha  convertido en toda una proeza. En mi caso, las dos veces que me he presentado, en el impreso,  indico la casilla donde me quiero examinar, la primera Cádiz. Esto es porque vivo en Jerez, y  me gustaría poder ir el mismo día del examen, y dormir en mi casa. Esto supondría un buen  ahorro en mis arcas municipales, llamémoslo así a mis finanzas. Un proceso que se hace súper honroso. Más adelante os detallo las "dietas" sufradas de mi bolsillo. Pues no sé por qué  causa de entelequia, cuando yo nunca he tenido compañeros profesores andaluces de la  pública que pudieran caerme en cualquier tribunal; si estos destinos para opositar  dependieran de que conocieras a algún profe por Cádiz que fuera seleccionado para colocarse  la toga, me fuera a beneficiar en Cádiz, o incluso en Sevilla, Utrera, un poquito más cerca,  señoría, no pasa nada. Pues el año pasado me mandaron a Granada, y este año a Málaga.  Deben pensar que aparte de estudiar día y noche debo tener acciones en Airbnb o en Fooking,  y pasta a raudales.  

Siguiente cambio de pareja de baile del proceso: ahora, en vez de prueba práctica, y debido a  no se qué decisión, vamos a seleccionar a los profesores de Formación Profesional práctica a  través de un examen teórico práctico. No de habilidades, eso ya se lo enseñarán en el instituto  otros compañeros o lo aprenderán sobre la marcha. Bueno, hace ya meses, que en la 

convocatoria se dijo que la prueba sería práctica. Y tampoco éramos tantas personas, que yo  sepa, unas 28 pudieron acabar el proceso, la gymkhana, el baile de la muerte o lo que sea que se  te imagines. Pues vas y compras todos los EPIS necesarios: pantalón, botas de punta de acero,  gafas de protección, guantes de protección. Coste 150 euros, resultado: no los vas a usar  porque a poco del examen nos dice que no va a haber prueba práctica en sí.  

Viaje Jerez-Campillos día 7 de julio: gasolina ida y vuelta 40 euros. Pernocta de un día 50 euros. Cena, desayuno y comida: 50 euros. Total día de la presentación: 140 euros.  

Cambio de lugar del teórico o parte A: nos vamos a Málaga. Día 15 de julio. Gasolina: 60 euros,  peajes 20 euros, Booking 100 euros, taxi: 10 euros, comidas 40 euros. Total examen teórico  230. ¡Ahhh! Cancelación reserva de noche en Campillos del examen teórico que cambiaron de  Campillos a Málaga: 50 euros. 280 euros examen teórico.  

Día 27 y 28 exámenes oral y teórico-práctico. Gasolina: 40 euros. Hostal: 100 euros por dos  noches. Desayunos, comidas y cenas: 60 euros. Total: 200 euros.  

Día de revisión del examen: resulta que la página web de la Junta da los resultados a las 22.00  horas y convocan a los que quieran "revisar" su examen, a las 8 de la mañana del día siguiente  en Campillos. Eso, solo 10 horas. Ahí queda. Como si ya te hubieras quedado a vivir en el  Caminito del Rey de vacaciones haciendo trekking guay esperando la nota de vacaciones.  Cómo el que no quiere la cosa, así por así. 

Obviamente, con 10 horas por delante para pensar si voy, no voy, a qué hora salgo, si estoy ya  cansado, que es una paliza, que para que, si total, esta gente no se baja de un burro y cambiar  una nota de examen debe ser un sacrilegio castigado con destierro en formación carcelaria o  algo así... 

Ya uno no pega ni ojo, a las 3 de la mañana, con los ojos como un búho, como diría mi querida  amiga Rosa, decido caerme sigilosamente de la cama para no despertar a mi compi y que no  me eche la bronca por salir a esas horas. Después de conducir entre corzos y jabalíes cruzando  por la Sierra de Cádiz, a las 5 de la mañana llego al Instituto Camilo José Cela de Campillos,  donde me espera un aparcamiento para mí solo y me aseguro la primera atención de mi  revisión de mi examen. Viaje ida y vuelta: gasolina 40 euros, desayuno y comida de vuelta con  el peor chungazo psicológico en años: 20 euros. Total revisión de examen 60 euros.  

En total: tasas de examen 50.

EPIS para dárselos a Blás: 150. 

Presentación: 140.  

Teórico: 280.  

Oral y teórico-práctico: 280 euros.

Revisión: 60.

Total oposición: 960 euros.  

Para la revisión del examen nos presentamos 5 personas. Me atendió el presidente del tribunal  y un vocal, los otros tres vocales no estaban presentes. Mi nota total fue un 4,48, lo cual me deja a 0,52 puntos de poder ingresar en la bolsa trabajar de la administración educativa  andaluza como profesor. Por un puesto de trabajo, pidiéndole trabajo al tribunal de las 

oposiciones. Suplicando que me saquen del paro, que estoy preparado. Llevo 47 años  preparándome. Quizás consiga jubilarme de profesor, quién sabe. Es difícil. ¿Es justo que quien  no disponga de recursos económicos no pueda presentarse a profesor de la Junta de  Andalucía? Ojalá este artículo llegue a oídos de los Decision makers

¡Danzad, Danzad malditos!

Archivado en: