Cada vez estoy más convencido de que las altas temperaturas del verano afectan la capacidad de raciocinio del público en general y de la clase política en particular y no cabe mejor ejemplo entre estos últimos que lo que le viene ocurriendo al hombre de confianza de Feijóo, el señor Tellado, que a pesar de la climatología benigna de su tierra natal lleva un verano de locos.
Todavía la mitad de los españoles no se había lanzado a la conquista temporal del litoral peninsular cuando ya el tal Tellado había sufrido las primeras alteraciones por causa de la canícula veraniega y pedía que España desplegase su arsenal naval para protegernos de la invasión migratoria, como si de un enemigo invencible se tratara. Podría pensarse que sólo había sido un golpe de calor mesetario que no solo había coloreado los mofletes del singular portavoz popular, sino que también había calentado sus neuronas más agresivas.
Pero lejos de tratarse de un incidente propio de la locuacidad incontrolada de Tellado se ha podido constatar que era el inicio de una estrategia planificada por parte del sector más duro del Partido Popular, el que realmente controla la organización desde la llegada de Feijoo, para convertir la migración en el eje central de la política de oposición al gobierno de coalición de Sánchez.
En su agónica competencia con Vox por conseguir el favor electoral de la España más ultramontana Feijoo no ha tenido inconveniente en tirar por la borda cualquier atisbo de tratamiento racional del fenómeno migratorio para alimentar el fuego del odio al que llega de más allá de nuestras fronteras buscando unas mínimas condiciones de vida.
Y del ardor guerrero proclamando el despliegue de la Armada española para combatir al migrante se ha pasado en poco menos de mes y medio a predicar las deportaciones masivas de migrantes, dejando claro que Vox y PP la misma cosa es más allá de los intentos fallidos de los populares de homologarse con las derechas al uso en Europa.
Feijoo y su profeta Tellado han instalado al Partido Popular en las políticas de Meloni, Salvini, Orban y otros políticos extremistas europeos, y han dado una capa de barniz trumpista a su estrategia política, algo muy del gusto de su meritoria más ilustre la señora Díaz Ayuso. Y todo ello después de un verano donde los populares han puesto toda la carne en el asador par boicotear la política de aliviar la presión migratoria en Canarias o Ceuta con un reparto por las distintas Comunidades autónomas de menores migrantes.
Está claro que el peor Feijoo, el de las campañas basadas en la mentira y la creación de falsos escándalos cuando era oposición en Galicia, ha vuelto de la mano del sector más extremista del partido popular y de su particular profeta del apocalipsis el torpe Tellado, cuya vida política guarde Dios muchos años por el bien de Sánchez y su Gobierno.